3- Ya no será de Idea Vilariño
3- Ya no será de Idea Vilariño
¡Buenos días, feliz lunes queridas gentes del Club de lectura ATRAPAVERSOS!
¡BIENVENIDAS!
La semana del 15 de abril leímos los poemas pertenecientes a Poemas de amor desde la página 27 a la 44.
Os dije que no quería adelantaros nada, porque prefería que leyeseis sin indicación alguna.
Recuerdo haber leído hace unos años a Rafael Sánchez Ferlosio refiriéndose a los mecanismos diferenciadores de la poesía; él afirmaba que «no hay en la lírica propiamente un receptor, sino un usuario», de modo que «el genuino y singular modo de empleo que la distingue y la define consiste en que cuando yo leo un poema no soy uno que escucha, sino uno que dice». Esto es algo que podemos ver claramente en las canciones, nos identificamos con el «yo» que canta.
Y la poesía de Idea Vilariño es un claro ejemplo de ello, recupera eso que son y han sido la canción popular y la lírica popular y lo hace pese a no rescatar del modelo popular determinadas estrofas o rimas como hacen otros muchos poetas como, por ejemplo, Pablo Neruda, ella huye precisamente de su estela y se centra en el ritmo interno de los versos, su prosa poética sigue siendo canción y poema pese a la desnudez y brusquedad de sus versos.
Fue ella misma quien afirmó: «El ritmo es fundamental en todo hecho poético. En un poema puede faltar todo lo demás; hasta puede, en determinados juegos, faltar el sentido; nunca el ritmo. Es esencial».
Al leer sobre ella siempre se destaca la frágil salud que sufrió desde muy niña, cuentan que padeció toda su vida una afección de la piel muy dolorosa y dicen que quizás ese hecho fue lo que provocó su capacidad para expresar el sufrimiento a través de las palabras, de ahí su dolor a flor de piel.
Pero el amor o el desamor que ella describe siempre llega acompañado de una cierta ironía, de una mirada objetiva casi distante que desmonta de un plumazo todo amor romántico (que no es amor que es otra cosa) como en el poema Después (todo un canto a la libertad) o en el poema:
Y qué
Tomo tu amor
y qué
te doy mi amor
y qué
tendremos tardes noches
embriagueces
veranos
todo el placer
toda la dicha
toda la ternura.
Y qué.
Siempre estará faltando
la honda mentira
el siempre.
Y esta semana leeremos los poemas del octavo poemario Pobre mundo desde la página 46 a la 58.
Pobre mundo se adentra en los paisajes que la rodean: los exteriores y los interiores y en ese poemario observamos cómo se entremezclan el estado de ánimo y el estado de las cosas y como se influyen mutuamente.
Y en cuanto a su lenguaje poético, a estas alturas ya sabemos que Idea se prodiga en versos de diversa extensión según se lo demanda el ritmo del poema (versos: bisílabos, trisílabos, pentasílabos, heptasílabos, endecasílabos...). Y ya es más que evidente cómo ha depurado el lenguaje: la poeta prescinde de comas y apenas emplea los puntos y esta carencia de puntuación da lugar a una lectura con un tempo acelerado; mientras la escritora suma componentes a la enumeración, casi no da pausa para respirar.
Y a estas alturas ya nos hemos acostumbrado al uso recurrente de la anáfora (la repetición al principio del poema de palabras o frases o incluso de construcciones sintácticas). Podemos verlo en el siguiente poema:
Hay por qué
No hay por qué odiar los tangos
ni el mar
ni las hormigas
no hay por qué abominar de la sonrisa
del sol
de los mandados
de los torpes cuidados de los hombres
no hay por qué estar asqueados de los diarios
de los informativos de la radio
de las concentraciones.
O hay por qué.
Hay.
Si habrá.
Sí.
Vaya si habrá.
Sí. Pero.
Pero no hay que.
Supongo.
Se repite:
- Conjunción (ni) + artículo+ sustantivo
- preposición (de) + artículo + sustantivo
- No hay por qué
- Hay por qué.
Y juega con la contradicción de lo que afirma y desmiente
Esos mismos mecanismos los vemos también en:
- Sólo para decirlo
Una interesante reflexión, y es que, a veces, nos basta con decir, ¡qué sanador!
Y así pues la próxima semana os grabaré algunos poemas incluidos o no en esta antología de este poemario y de algún otro.
Buena semana y nos leemos de nuevo el 29 de abril.
Un abrazo.
Paula Carbonell