2- Y todo debe ser mentira de Blanca Varela
2- Y todo debe ser mentira de Blanca Varela
En este lunes, 9 de diciembre seguimos con la lectura de la página 37 hasta la página 57.
(Al final tenéis el listado de los poemas de esta semana).
La escritora peruana Blanca Varela (1926-2009) encabeza una lista de poetas de ruptura con la postvanguardia. Si bien sus primeros títulos –especialmente Ese puerto existe, publicado en 1959 pero con poemas compuestos en su época parisina, iniciada en 1949– suelen ser considerados exponentes del surrealismo tardío, algunos críticos prefieren incluirla en las filas de la Generación del ’50, con una poesía de corte existencialista. Ella misma se identifica así en una entrevista con Edgar O’Hara, en 1985: “Yo pertenezco, como generación tal vez, más al existencialismo que al surrealismo”. Aunque sus estancias sucesivas en París, Florencia o los Estados Unidos decantaron en la definición de sus versos, ha recibido fuertes influjos latinoamericanos, en especial del padrinazgo o de la obra de César Vallejo, Octavio Paz y José María Arguedas. De todos modos, no se la puede considerar una escritora programática, de adhesión férrea a movimientos o modas literarias.
En el prólogo al primer libro de Blanca Varela, Ese puerto existe (1959) Octavio Paz escribe sobre ella y su poesía:
"No creíamos en el arte. Pero creíamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o el cuadro eran exorcismos, conjuros contra el desierto, conjuros contra el ruido, la nada, el bostezo, el claxon, la bomba. Escribir era defenderse, defender la vida. La poesía era un acto de legítima defensa. Escribir: arrancar chispas a la piedra, provocar la lluvia, ahuyentar a los fantasmas del miedo, el poder y la mentira. Había trampas en todas las esquinas. La trampa del éxito, la del 'arte comprometido', la de la falsa pureza. El grito, la prédica, el silencio: tres deserciones. Contra las tres el canto. En aquellos días todos cantamos. Y entre esos cantos, el canto solitario de una muchacha peruana: Blanca Varela. El más secreto y tímido, el más natural».
«... Blanca Varela es una poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo, una piedra negra tatuada por el fuego y la sal, el tiempo, el amor, el tiempo y la soledad. Y, también, una exploración de la propia conciencia.
... Poesía contenida pero explosiva, poesía de rebelión.»
Y termina diciendo, citando estos versos de la autora:
Despierto.
Primera isla de la conciencia:
Un árbol.
«La poesía no tiene ni nombre ni fecha ni escuela. Ella también es un árbol y una isla. Una conciencia que despierta».
La poesía de Blanca Varela ha sido caracterizada por la crítica especializada como hermética, carente de retórica, precisa y directa. Se dice también que en ella se oculta todo rasgo sentimental, se acentúa la ironía y se sirve mucho de lo cotidiano.
En su primer poemario existe un optimismo vital, un espíritu de búsqueda del sentido de la existencia que se irá diluyendo progresivamente.
Por ejemplo, en el poema “La lección”:
Como una moneda te apretaré entre mis manos
y todas las puertas cederán
(…)
Hallaré la señal
y la caída de los astros
me probará la existencia de otros caminos.
Poermas de esta semana, de la página 37 hasta la página 57.
Del poemario Frente al Pacífico
Vals
Palabras para un canto
Alla prima.
En uno de sus valses-poemas, concretamente en Vals, se vislumbra un movimiento en espiral, de acciones que se desencadenan y se reiteran cíclicamente, Y que paralizan el tiempo y, con él, toda esperanza de respuesta.
Asciendo y caigo al fondo de mi alma
que reverdece, agónica de luz, imantada de luz.
En este ir y venir bate el tiempo las alas
detenido para siempre.
Del poemario Vals y otras falsas confesiones (1964-1971)
Valses
Vals del Ángelus
Ejercicios
A rose is a rose
Fútbol
El título del poema A rose is a rose hace referencia al poema de Gertrude Stein del mismo título y de este modo adquiere valor la repetición A rose is a rose is a rose es el mejor ejemplo de lo que ella misma bautizó como “litismo”, estilo literario basado en el empleo de repeticiones verbales que delatan el hermetismo de las cosas y del lenguaje, la imposibilidad de que las palabras expliquen su naturaleza. Pues la palabra, en Varela, no libera. El poema no salva porque no contesta el enigma primordial.
A medida que avanzamos en su producción se va intensificando el nivel de escepticismo hasta llegar al nihilismo.
Del poemario Falsas confesiones
Secretos de familia
Poderes mágicos
Conversación con Simone Weil
Poderes mágicos es sin duda uno de ms poemas preferidos
¿Y el vuestro?
Del poemario Canto villano (1972-1978)
Ojos de ver
Juego
A la realidad
Noche
Identikit
Un abrazo y hasta el lunes 16 de diciembre.
Paula Carbonell