WHAT'S IN A NAME, 1
WHAT’S IN A NAME, 1
¡Bienvenidas, estimadas personas amantes de la poesía, al club ATRAPAVERSOS! Comenzamos este mes de marzo la lectura de Ana Luísa Amaral con su libro What’s in a Name, que distribuiremos del siguiente modo:
- Esta primera semana de marzo leeremos el apartado Cosas que llega hasta el poema titulado “Whats in a Name” de la página 49.
- Segunda semana, todo el apartado titulado Retornos que llega hasta el poema “Accidentes de guerra” de la página 97.
- Tercera semana, hasta el poema “Preguntas” de la página 137.
- Y en la semana del 21 de marzo ¡Día de la Poesía! terminaremos la lectura del poemario.
Para las personas que os incorporáis por primera vez al club, unas cuantas recomendaciones generales:
Tenemos muchas formas de acercarnos a un poema: a veces hay que comprenderlo, otras sencillamente nos emociona. Las mejores experiencias son una mezcla. En todo caso, siempre hemos de llevarlo a nuestro terreno, es decir, a nuestra propia capacidad y circunstancias vitales. Pues un poema es un mensaje de palabras calculadas y bellas que aterriza en un momento concreto de nuestra vida. Esta es una de las razones por las que la poesía tiene muchas lecturas, no solo de diferentes lectores, sino de diferentes momentos de ese lector o lectora.
Otra cuestión importante a la hora de leer poesía es tener la certeza de que en un libro de poemas va a ser raro que todos nos gusten, a veces serán solo unos pocos, en otros casos incluso únicamente uno. ¡Y ya por eso merecerá la pena el libro entero! Esto es así porque cuando encontramos un poema que nos habla especialmente, se produce un deslumbramiento por el cual ese texto pasa a formar parte de nuestra percepción de las cosas, las emociones, el mundo; en resumen, que empieza a ser parte de nuestra vida. Bienvenido sea, pues, ese único poema.
Me gustaría insistir en lo siguiente: de vez en cuando lee los poemas en voz alta, a solas si es tu deseo, pero lee en voz alta. Me atrevo a asegurar que al autor-a mientras los escribía, también le sonaron las palabras dentro de sí. Leer un poema de viva voz hace que nos impregne, que forme parte de nuestro cuerpo, que se vuelva más nuestro. ¡Haz la prueba!
La lectura de poesía es una lectura de relectura. Si devoramos el libro tal vez se nos escapen matices; por el contrario, si volvemos sobre lo que nos ha llamado más la atención, incluso si nos planteamos aprender el verso o versos que más nos han gustado, el poema se queda con nosotros-as, se incorpora (in-corpore), y nos habita.
Después de todo, eso es lo que se persigue con la lectura, que esta sea significativa, que nos acompañe, que nos abra nuevos horizontes. ¡Qué placer ser esa casa donde los poemas pueden quedarse un tiempo, tal vez para siempre!
Una cosa más, cuando leemos por primera vez un autor, hay un momento inicial de acomodarnos, vibrar con su voz poética particular. Cada poeta es un mundo. Esto nos va a sorprender siempre. Más en nuestro caso, después de haber leído a Benedetti. ¡Qué diferente forma de afrontar el hecho poético nos vamos a encontrar en Amaral! Adentrarse en el espíritu y el lenguaje de un autor tiene algo de aventura.
Es posible que lo que más nos sorprenda de Ana Luísa Amaral sea la manera que tiene de ordenar los argumentos y sus planteamientos formales: la sintaxis, unido a una forma particular de puntuación. Entrar en ese mundo poético nos va a llevar unos cuantos poemas. Luego podremos releerlos más tranquilamente, una vez que nos hemos habituado al lenguaje de la autora.
En este nivel formal, no esperéis rima ni estrofas regulares. Su lectura es una entrada en su pensamiento. Y este lo sentimos abierto, sin afirmaciones ni proclamas absolutas. Solo se me ocurre deciros que entre sus versos parece que corre el aire, que su silencio también cuenta.
La lectura de esta semana termina con el poema que da título al poemario: “What’s in a Name” (p. 49). Esta frase en inglés es de William Shakespeare de su obra de teatro Romeo y Julieta; y está recogida en la cita que abre el libro. ¿Qué hay en un nombre de la esencia de eso que nombra? Vamos leer la respuesta bellísima que nos da a lo largo de su poema: extirpado el nombre, quedará el amor. Amor hacia lo pequeño y sin embargo tan grande como para llenar de sentido la existencia.
Estamos ante una transfiguración íntima de los actos más cotidianos. Por ello, todo lo que se desprende de estas vivencias tiene un halo metafísico, pensativo. Nos damos cuenta de que para la autora todo contiene una trascendencia. Incluso el acto en apariencia banal de matar un mosquito, con el que arranca el poemario: “Matar es fácil”.
En palabras de Antonio Sáez Delgado —tomado de su artículo Lo que hay en un nombre (El país 13-11-2020, revista cultural Babelia)—: “Ana Luísa Amaral trasciende la realidad de cualquier detalle (una receta de cocina, la forma de una verdura o la memoria de miembros de su familia o de lugares perdidos) para entregarse al acto profundamente intimista de la escritura, en el cual siempre aparece, como una tabla de salvación ante los posibles excesos neorrománticos, una visión distanciada e irónica de la existencia, en su propia búsqueda filosófica (…). Gracias a esa estrategia, la poeta deconstruye el universo doméstico y afectivo y lo amasa con la materia de la memoria, en un continuo y persistente cuestionamiento sobre los límites de la posibilidad de nombrar y las fronteras del lenguaje poético”.
Ahí os dejo, con la esperanza de que una vez habituados a su especial lenguaje, estos versos os resuenen con agrado.
Que ustedes lo pasen-lean bien. Ya nos vamos contando. ¡Buen viaje al universo ligero y misterioso de Amaral!
Estrella Ortiz