Una habitación en Babel: del capitulo 30 al 42
Llegamos al final de nuestra lectura compartida. Ultima lectura del año. A modo de reflexión:
Babel es una metáfora del mundo donde conviven gentes diferentes. Procedentes de países distintas, de culturas y civilizaciones muy alejadas, de estratos sociales con apenas relaciones entre sí. Ahora bien, todos tienen un objetivo: sobrevivir. Desde Stefano con sus pizzas y trapicheos, a la abuela de Berta con sus inseparables programa de salud de televisión. Desde Nor llegando del África ecuatoriana a Gil, personaje clasificable que a lo largo de la novela nos irá desvelando su historia y su lugar en Babel. Y en medio de esta Babel ¿qué hace allí Ángel ese profesor de filosofía con cara de despistado?
Si la novela arranca situándolos en un espacio múltiple donde en ese mundo de cajitas apiñadas viven los personajes ignorándose como trampeándose, espiando los unos a los otros, la búsqueda del memorín de Berta será el elemento desencadenante de la historia. El memorin nos llevará a la basura de manos de Marcos como adivinador del futuro y rival de Stefano en sus pretensiones hacia Berta, y del basurero pasaremos a la chabola del Chancla, personaje repulsivo inquietante desde que aparece en la novela. Inmediatamente de su mano nos introducimos en el mundo de la droga y de los ilegales mundos lleno de amenazas, de trampa, chantajes, de servidumbre mundo peligroso para quien trata de entrar en su mundo.
Paralelamente, en la historia se cuela Ángel, profesor atípico y de filosofía, que ha llegado a esta localidad huyendo de sí mismo tras haber perdido a su mujer recientemente y que se ha instalado en la torre no se sabe si para huir de sus colegas o para otear la realidad desde un lugar privilegiado, o simplemente para dejarse llenar de vida exterior en una persona que necesita pagar sus silencios interiores. Ángel se introduce de forma abrupta en la historia al ser visitado por una enigmática africana, tía de un alumno suyo, Nor, que le da una carta de este y en donde el alumno, ciertamente un alumno aventajado le informa que se ha ido a buscar a su hermano.
A estas alturas de la novela avanza por los tópicos de cualquier novela juvenil que se precie: un espacio urbano, ciudad dormitorio, al lado de una gran ciudad, un instituto con rivalidades entre sus alumnos, profesores (eso sí, prácticamente no hay referencia de ellos) y alumnos que deambulan con sus propios intereses, Con todo este bagaje podríamos prever que estamos ante una novela de adolescentes de su espacio natural “el instituto” con adolescentes que sufren y se enamoran, con profesores que intermedian en sus vidas, con enfrentamientos más o menos graves entre jóvenes y adultos. Pues bien, esto no es así y la novela seguirá un rumbo totalmente distinto. El autor trabaja en un instituto de la ciudad parecida a la que describen nos van a acercarnos a una realidad que todos vemos a nuestro alrededor pero que ignoramos deliberadamente
Capítulos 30 al 42
Rashid volvió a medianoche borracho, y Ángel al verlo lo llevo a su habitación y el muchacho se puso a llorar, y contó la historia de su padre, que se fue antes de que el nazca y hizo como si no era su hijo, y entonces Ángel intentó consolarle y luego le dijo que mañana tendrían que ir al molino a ayudar a Nor, Rashid no quiso al principio, pero finalmente aceptó y se fueron los dos. Al llegar al molino encontraron a Nor y estuvieron los tres esperando durante la noche que llegase la barca. Tras unos instantes vieron la barca llegar y pararse a los 300 metros, y todos los negros en ella saltar hacia el agua para nadar hacia la costa, se fueron a su encuentro corriendo y Nor reconoció a su hermano. Rashid, que se quedó mirando fuera de la costa, vio a un hombre que se ahogaba y decidió salvarle ayudado por Nor, y al sacarle del agua vieron las luces de un coche de la Guardia Civil todavía lejos que se acercaba, y Ángel, Nor, su hermano Bari, y Rashid echaron a correr
Los muchachos esperaron cerca de la carretera a Ángel que tardó en llegar con su coche, y luego montaron los tres y emprendieron el viaje de vuelta hacia Sevilla. En el camino Ángel tuvo una llamada de la Policía que le advertía que Gil había muerto, y que no tenía ningún familiar. Gil se lo dijo a Nor y cuando llegaron fueron al hospital a ver su cadáver, pero les dijeron que ya fue llevado o al crematorio o a una sala de donantes. Entonces abandonaron la búsqueda de su cadáver y Ángel entregó un libro muy viejo que se le dejó Gil a Nor para que pueda venderlo y pagar la universidad en el futuro. El día siguiente, Angel supo que unos policías atraparon a Stéfan y Rashid por su negocio ilegal de CDs, y esto dolió a Ángel. Además, en la Torre se encontró con el Chanca que era trapero y recogía los muebles, tras una conversación agresiva el Chanca le informó que Nabí le robó su dinero y se fue como una ladrona, lo que dejó a Ángel contento.
Mientras Ángel estaba en su casa con fiebre, vino Lucía, la madre de Berta, a limpiar la casa y hablaron un poco, lo que les dejó a los dos muy contentos, y el día siguiente Ángel estaba repuesto y en el colegio Berta vino y le contó que estaba escribiendo la novela que empezó en su Memorin y que cambió los personajes, que ahora el hombre era un profe de Filosofía, y le contó que su madre parecía enamorada. Finalmente le recordó que tendría que escoger un poema para leerlo delante de todos y Ángel eligió un poema filosófico
Feliz semana de lecturas
Felices fiestas. Nos vemos de nuevo en febrero con un clásico: "Caperucita en Manhattan" de Carmen Martín Gaite
Saludos
Alejandro