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Una habitación en Babel: del capitulo 21 al 29

Libro que estamos comentando: 
Una habitación en Babel

La Torre es el mayor edificio del pueblo, un bloque ácido en inhumano en el que viven tantas personas como en toda la urbanización de casitas adosadas que acaban de construir en las afueras. Personas instaladas en estantes del aire, como libros, cada uno con su historia, algunas buenas y otras malas. Unas a punto de abrirse y otras de cerrarse. En ella viven Ángel y Gil, Nor y Berta, Rashid y Stéfano. Cada uno en su habitación de la Torre, hablando con su propio acento, pero obligados a entenderse cuando descubren que pertenecen a una misma historia.

La historia engancha pues está escrita con cuidado y se describen de modo convincente los distintos episodios, el mundo interior del profesor —el personaje central y el más acabado—, y los conflictos que tienen sus alumnos inmigrantes —sus problemas de adaptación y los derivados de relacionarse con las redes mafiosas que canalizan las salidas de sus países y su instalación en España—. El relato tiene un comienzo un tanto confuso, con un episodio protagonizado por Berta y su amigo Marcos, y una fugaz aparición de un chico llamado Lolo que no tiene continuidad, pero enseguida se centra en Ángel, el profesor. Se presentan bien su trabajo y su mente ocupada en el debate sobre si ha de implicarse más o no en ayudar a Nor; se reflejan bien momentos de clase y de vida colegial; vienen a cuento las explicaciones al paso y son certeras las referencias literarias.

VALORES

Tolerancia: Los diferentes puntos de vista representados en esta novela (desde la acomodada postura de Ángel, al inevitable sacrificio de Nor, pasando por el práctico Rashid) proporcionan una  panorámica al  lector  tan  rica  que  no  es  posible  una  interpretación  cerrada  o maniquea de la novela. El resultado es un canto a la tolerancia, a la comprensión de las motivaciones de los demás.

Justicia: Los diversos personajes de esta novela son conscientes de lo injusto de la situación social que lleva a los inmigrantes a la marginalidad. No tienen libertad ni poder para solucionar las cosas, tan solo pueden ayudar. Pero tampoco se resignan ante la injusticia: mantienen un alto concepto de la honradez y de la lealtad a los amigos.

Solidaridad: La solidaridad no es representada como una virtud o un rasgo de buena educación, sino como una necesidad, un instinto que está más allá de la razón y que les impulsa a ayudar sin pensar en las consecuencias.

Amor: Eliacer Cansino nos presenta un amor potente, pero callado, con numerosos obstáculos por delante y al mismo tiempo muy ilusionante. Encontramos casos como Berta, que ya ha pasado por un enamoramiento sin final feliz; como Marcos, quien está dispuesto a ser paciente; y también amores incipientes como el que apenas despunta entre Ángel y Lucía, la madre de Berta. 

Capítulos del 21 al 29

   El día siguiente, día en el que Ángel quería irse a salvar a Nor, por la mañana en la calle se encontró con Rashid, inmigrante marroquí que conocía mucho la situación de Alfarache y empezaron a discutir, entonces luego tomaron un café y Ángel le preguntó por Nor, y fue el profesor fue sorprendido al ver que Rashid lo sabía todo e incluso más, le dijo que iba a salvarlo y finalmente decidieron ir los dos a ayudarle, y emprendieron el camino hacia Tarifa. Al llegar a Tarifa se asentaron en una pensión y ahí Rashid preguntó a un hombre. Este le dijo que vio a un pequeño negro un poco diferente el lunes pero que ya se fue, entonces comprendieron que Nor estaría en Bolonia y decidieron quedarse en le pensión aquel día e ir por la mañana a buscarle.

   Ángel y Rashid emprendieron el viaje hacia Bolonia y llegaron a una pensión llamada EL Atún Amarillo, y ahí cogieron dos habitaciones y preguntaron al dueño si había visto a un negro últimamente, refiriéndose a Nor, y les respondió que sí y que estaría fuera. Entonces subieron a sus habitaciones y al asomarse a la ventana divisaban a un negro que caminaba por la playa, entonces bajaron y se echaron a correr hacia él, aunque llovía, y comprobaron que era Nor y Ángel le abrazó, y volvieron juntos a la pensión.

   Los tres empezaron a hablar juntos en el café de la pensión, y Nor les explicó que, si su hermano no venía, él se iba a volver a Guinea, esto hizo reaccionar a Rashid que le odiaba de una cierta forma y le insultó porque no comprendía cómo podría querer volver e intentaba advertirle, aunque de forma agresiva, de todos los peligros del camino, y Rashid acabo gritando, enfadado, y se fue. Tras eso, Ángel que le dolía la cabeza fue a pedir una aspirina al dueño, y ese le pidió disculpa diciéndole que si le hubiera dicho quién era el no le habría tratado de la forma, y el dueño le hablaba como si Ángel fuera un mafioso, seguramente debido a lo que Rashid le contó sobre él, entonces Ángel, confuso, subió a la habitación de Nor y vio que este se preparó y estaba decidido a irse, y le agradeció antes de salir.

Este libro nos enseña que no se puede traficar con las personas, que todos somos iguales, que todos tenemos derecho a cumplir nuestros sueños y a vivir medianamente bien, que el amor no se busca ni se espera, simplemente se vive sin pensar en ello y esa es la única manera de encontrar el verdadero amor. Hay que ayudar más a la gente, la vida lo devuelve todo y tenemos que luchar por todo aquello que nos haga feliz, tenga las consecuencias que tenga.

Feliz semana de lecturas

Alejandro