Un lobo dentro: del capítulo 33 al 44
«Todos hemos atravesado el proceso del acoso escolar. Si no es como víctimas, ha sido como acosadores, cómplices o testigos. Ese efecto ha hecho que los lectores hagan una retrospección y se hayan dado cuenta de que no siempre fueron los buenos».
Para Mañas, ese ha sido un sentimiento que le ha calado hondo. Como ha clarificado, «todos podemos ser monstruos.
De la misma forma en que 'El principito' reconecta con nuestra infancia, este libro busca reconectar con nuestra adolescencia».
Cómo y por qué: cinco puntos clave sobre el bullying
Se hace difícil creer que haya alguien que no sepa lo que es el bullying en 2023, si no por experiencia personal, por las desgracias reales que han tenido eco en los medios de comunicación o la reproducción de estas en libros o en la tele. Si eres alguien que nunca ha tenido que enfrentarse al bullying en ninguna de sus formas, ¡enhorabuena! Me alegro de corazón, sobre todo porque, desde que las redes están tan enraizadas en nuestro día a día y suponen una herramienta a la que es fácil darle un mal uso, parece casi imposible huir de él.
¿No te da la sensación de que muchísima gente se ha visto expuesto a algún tipo de acoso? Y, a pesar de esto, la mayoría no sabría decir más que un par de cosas sobre qué es (tal vez sólo que «es cuando los chavales se pegan y se insultan», o algo así). ¿Es eso suficiente para entender un problema tan grave y, desgraciadamente, tan común? Yo creo que no. Porque pocas veces se puede luchar contra algo que no se conoce del todo, y creo que es necesario entenderlo mucho más profundamente para intentar aplacarlo en la medida de lo posible.
Deja que te presente cinco puntos clave para comprender el bullying e intentar hacer algo contra él.
1. No todo es «bullying».
Aunque las agresiones pueden darse en muchísimos contextos, que un niño se meta con otro no significa inmediatamente que le haya hecho bullying: sí, es un término extendido, pero en realidad una de las condiciones para considerarlo como tal (al menos, según UNESCO) es que es necesario que se repita a lo largo del tiempo y, al menos, una vez al mes. Además, tiene que haber un desequilibrio de poder entre agresor y víctima (que el agresor sea más grande, más fuerte, más listo o más popular, generalmente) y, por supuesto, que haya una clara intencionalidad a la hora de hacer daño.
Así que no, no todo es bullying y menos una burla puntual o un empujón aislado en el patio, aunque eso siga sin estar bien.
2. El «bullying» no tiene causa aparente.
Hay muchos factores que pueden favorecer el bullying: conflictos de intereses, tendencias violentas aprendidas e imitación de modelos violentos, estatus... Pero, por supuesto, siempre es culpa del agresor, no de la víctima. Eso sí, ¿qué lleva a un niño a ejercer violencia contra un compañero?
Según los estudios, depende de diferentes factores a nivel individual (los antecedentes personales del bully), a nivel relacional (si tiene otra relación violenta con alguien en su vida), a nivel de la comunidad (los refuerzos que obtiene de otros alumnos al producir las agresiones) y a nivel de la sociedad (cómo se valora socialmente la conducta del agresor, si se penaliza o, por el contrario, se pasa por alto). Dentro de estos parámetros, sin embargo, el acoso escolar puede aparecer por cualquier causa, y es por eso que para localizarlo es más fácil centrarse en los protagonistas del conflicto: el agresor y la víctima.
Los agresores suelen tener un perfil más dominante y buscan autoridad y la aceptación del grupo, justificando sus actos en la violencia y minimizando lo que hacen para preservar su autoconcepto. Por otro lado, las víctimas suelen ser personas más reservadas y pasivas que cuentan con menor apoyo por parte de la comunidad y que tienden a aislarse. Identificar estos perfiles puede ayudar a prevenir posibles casos de acoso y, sobre todo, pararlos a tiempo.
«—¡Es que no es mi problema, joder! —se enfureció él—. El problema no lo tengo ni yo ni uno que tiene acné ni el que está gordo ni la que saca buenas notas… o malas. ¡El problema lo tienen ellos, la gente como Hernán! ¡Ellos son los que llevan dentro algo malo!
“Un lobo”, pensé. Un lobo que, para escapar de su infierno, va levantando otros a su alrededor.»
3. La mayoría de los agresores han sido alguna vez víctimas.
Que quede constancia de que esto no es una justificación, sino una explicación: muchos abusones tienen detrás un historial de abusos ellos mismos, ya sea por otros niños o por un adulto de su entorno. Tal vez fueran el saco de boxeo en su antiguo centro, o tal vez vengan de un hogar con una figura parental que usa la violencia ante o con ellos. Al final, la violencia se aprende, y crecer en contextos violentos puede llevar al aprendizaje de estos comportamientos.
De nuevo, esto de ninguna forma justifica el comportamiento de acoso, pero sí puede ser una forma de explicarlo. De igual manera, esto tampoco significa que todas las víctimas de bullying vayan a terminar acosando a otros en el futuro, por supuesto.
«Su lobo, igual que el mío, había nacido de alguna parte, esa que yo había dejado al descubierto».
4. Genera secuelas.
Aunque el acoso escolar ocurra solamente durante unos pocos años de la vida de la víctima, los efectos en esta pueden durar mucho más tiempo. No, sorprendentemente, ¡no es «cosa de chiquillos» ni «tampoco es para tanto»!
El cerebro humano se desarrolla hasta la vida adulta, por lo que una experiencia traumática como es el acoso puede afectarle y provocar secuelas de diferentes tipos a corto y a largo plazo. Las secuelas a corto se perciben sobre todo en cambios en la personalidad y en la caída del rendimiento académico, lo cual sólo genera nuevos problemas que la víctima suma a la situación actual (ya no sólo se meten con él, sino que ahora encima tampoco se concentra y empieza a sacar malas notas, le regañan en casa, se aísla, etc). Por otro lado, las secuelas a largo plazo son las que afectarán más profundamente la vida de la víctima tanto a nivel social como en el desarrollo de posibles trastornos psicológicos: inseguridad, consumo de sustancias, depresión, trastorno de estrés postraumático...
El acoso escolar puede traer graves consecuencias y, por tanto, hay que darle la importancia que se merece.
«Lo quisiese o no, el carácter violento de mi padre, su aspereza, su aparente solidez, eran en gran parte el resultado de aquellos años. También él, como Gabi y yo, estaba marcado por una cicatriz indeleble. Podía dejar de doler, pero no desaparecía nunca.»
5. Se puede hacer algo contra él.
Aunque este sea un problema «que ha estado ahí toda la vida», eso no significa que no se pueda hacer nada para intentar paliarlo; de hecho, se deben invertir recursos desde los centros educativos para prevenir los casos de bullying y, cuando haya, intervenir directamente. También es importante pedir la colaboración de los padres y concienciar a los niños para evitar que se genere la figura del espectador, es decir, de los niños que presencian el acoso sin participar en él y que, por miedo o por complicidad, no dicen nada.
En general, lo más importante es que se instauren programas de prevención del acoso y que los docentes se impliquen, buscando y aplicando los innumerables recursos que existen para aprender a actuar en este tipo de situaciones y, con suerte, placar el máximo número de casos posible.
¿Conocías alguno de estos puntos clave sobre el acoso escolar? ¿Te has encontrado alguna vez con una historia que hable del bullying, ya sea en la vida real o en la ficción?
Un lobo dentro, la novela de Pedro Mañas, arroja una nueva perspectiva sobre esta experiencia tan común mostrando un caso que ejemplifica bien los puntos mencionados arriba: el de un muchacho que crece bajo la influencia del acoso y la violencia aprendida, y que acaba ejerciéndola de la misma manera que la sufrió él como mecanismo de defensa. Una lectura recomendada para entender un poco más el ciclo de la violencia, cómo esta se adopta y cómo se contagia, con un protagonista real y lleno de capas.
Libros para visibilizar y prevenir el acoso escolar
El 2 de mayo es el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, cuyo objetivo es la concienciación y visibilización sobre el riesgo que supone el acoso escolar en los niños y jóvenes a nivel mundial. Y es que el acoso escolar es una triste realidad que afecta y condiciona la vida de innumerables niños en todo el mundo, repercutiendo en su salud y en su bienestar mental y emocional.
Al final de la novela, el autor presenta la leyenda de los dos lobos. «Uno de ellos es fiero y está lleno de ira y de arrogancia. El otro, por el contrario, es manso, compasivo y generoso. Los dos luchan cada día dentro de ti, dentro de cada uno de nosotros, intentando acabar con su oponente».
¿Cómo piensas que puedes alimentar a tus dos lobos internos?
¿En qué sentido crees que puede ser positivo alimentar al lobo malo?
¿Cómo puedes reconocer cuál es el lobo dominante de alguien? ¿ Cuáles son las señales que permiten apreciar si una persona ha alimentado más a su lobo compasivo o a su lobo fiero?
Feliz semana de lecturas
Saludos. Nos vemos el próximo lunes
Alejandro López
PD. Para despedir el curso escolar en Julio leeremos y visualizaremos un cómic que ya se ha convertido en un clásico moderno: Lo que más me gusta son los monstruos de Emil Ferris, te esperamos.