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1ª parte. Hasta el capítulo 6

Libro que estamos comentando: 
Un hombre decente
Es la primera vez que me he encontrado con un caso semejante. Al intentar leer alguna reseña de la versión en inglés de la novela de John le Carré, comprobé que el título original, “Agent Running in the Field”, nada tenía que ver con el de la edición española. Pero la curiosidad y la sorpresa fue mayor cuando, revisando las cubiertas de UN HOMBRE DECENTE en otros idiomas, en la red social más importante de lecturas compartidas, Goodreads, los títulos tampoco coincidían.
Estos son algunos de los más relevantes: 
 
  • Espía fuera de servicio, Holandés
  • Un agente libre, Sueco
  • Devolución de servicio, Francés 
  • Volante, Alemán
  • Un hombre honesto Griego
  • Una tarea más, Finlandés
  • Juego de agentes, Estonio
  • Al servicio del oponente, Rumano
  • Bajo cubierta, Lituano
  • Trabajar con agentes de campo, Búlgaro
  • Hombre de campo, Judío
  • Agente de primera línea, Ruso
  • Agente de campo Polaco, Húngaro
  • Agente en un campo extranjero, Checo
Posiblemente esto sea algo anecdótico, sin embargo esta anécdota supera cualquier otro ejemplo similar. El título de la novela es considerado un elemento de alto valor comercial a la hora de atrapar el interés del lector; por eso ¿tan diferentes son los públicos de cada país que han merecido títulos tan opuestos?
 
Aunque estemos en el inicio de la lectura, sí que se advierten dos grandes grupos entre los títulos. Unos hacen hincapié en la figura del espía, y es que de eso va la novela, como casi toda la producción literaria de John le Carré. No hay posibilidad de confusión con ese autor.
 
El otro grupo hace referencia al bádminton, el deporte que desde el inicio vamos a comprobar que es el eje de la trama de UN HOMBRE DECENTE. EL bádminton ha sido hasta hace poco un deporte minoritario en España y era practicado, espero no equivocarme, principalmente por la juventud durante sus clases de Educación Física. Solo en los últimos años, con la aparición de nuestra campeona Carolina Marín, el bádminton se ha convertido, aunque sea de oídas, en un deporte popular.
 
Un acto tan aparentemente banal como puede ser el reto que el joven Ed propone al veterano Nat en el Athleticus Club de Battersea resulta ser la escusa para presentar el principio del hilo de esta novela.
 
El bádminton se convierte, de esta forma, en una especie de MacGuffin (expresión acuñada por Alfred Hitchcok para designar una escusa argumental que motive a los personajes y al desarrollo de una historia, pero que carece de relevancia por sí misma - Wikipedia) que se extiende durante los quince partidos que tendrán lugar entre los dos protagonistas.
“Campo”, "devolución”, “servicio”, “oponente”, “volante (la bola de bádminton)” son términos que se utilizan con doble sentido en los títulos, haciendo referencia a lances del juego y a las disputas ideológicas entre los dos diferentes puntos de vista de los contrincantes.
Extrañamente impersonal y poco descriptivo resulta el título en castellano, catalán y portugués, UN HOMBRE DECENTE. Se refiere más bien a las cualidades morales de un personaje. ¿De cuál? Hasta el final de la novela dudaremos si se refiere a Nat o a Ed.
 
PERSONAJES
 
Nathaniel, al que en su club llaman simplemente Nat, es un cargo medio de los Servicios de Inteligencia británicos en el exterior, que ha disfrutado toda su vida de la cobertura que la embajada le ha estado proporcionando durante toda su carrera. Es un espía ya veterano y de la vieja escuela, con dificultades para integrarse en las nuevas funciones que el oficio demanda. Después de muchos años en el extranjero, es reclamado por la Metrópoli para desempeñar un cargo gris y burocrático, dirigir en Londres una oficina de escasa reputación, el Refugio.
 
En esta primera parte de la novela John le Carré aprovecha para describir funcionarios y organismos con menos glamour del que nos tiene acostumbrados en sus novelas de espías. En el organigrama de la sección rusa de los servicios de inteligencia con base en Londres, Nat está dispuesto a aceptar cualquier función. Su mujer, Prue, le presiona para que abandone y haga una aburrida vida normal. Su hija Stephanie forja su carácter en la rebeldía  propia de sus diecinueve o veinte años, y desconoce el verdadero trabajo de su padre.
 
Durante el proceso de hacerse cargo de El Refugio, aparecen una importante cantidad de personajes vinculados de una u otra manera a los servicios secretos encargados de controlar la presencia rusa en el Reino Unido. Unos son directivos y otro personal que controla a ciudadanos rusos que en algún momento decidieron abandonar su país y que todavía se consideran que tienen utilidad para los servicios secretos británicos.
 
En estos primeros capítulos conoceremos más ampliamente la trayectoria de Nat en los servicios secretos, los países donde ha estado destinado y la especial circunstancia de unos directivos empeñados en sacar ventajas personales del trabajo de sus subordinados. 
 
De Ed conocemos todavía muy pocos detalles, solo que tiene un especial interés por jugar al bádminton y enfrentarse a rivales de los que pueda aprender. Establece una aparentemente desinteresada relación amistosa con Nat a pesar de su diferencia de edad. También conoceremos su furibunda animadversión hacia el proceso del Brexit en el que el  Reino Unido se encuentra inmerso en esos momentos. Su vehemencia es considerada con una mezcla de condescendencia y de flema británica por parte de Nat. El bádminton les une, pero el amor y la lealtad a su patria les va a colocar en posiciones enfrentadas.
 
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