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4ª parte. Hasta el encuentro con Nora

Libro que estamos comentando: 
Un asunto demasiado familiar
El misterio no está afuera, está en la familia. Cuando los Hernández, los presentes y los ausentes, incluso Lola en perfectas condiciones, además de ganarse la vida resolviendo pequeños misterios de barrio, intentan encontrar explicaciones a la marcha de Nora, se olvidan de mirar hacia dentro, en las interioridades familiares, en las historias secretas que todos esconden y de las que ni siquiera quieren acordarse. 
 
A estas alturas de la novela creo que ya nos hemos dado cuenta de que "Un asunto demasiado familiar" no es una novela negra convencional, ni siquiera es una novela negra, más bien lo negro es la existencia atormentada de los que viven en la casa. 
 
Algunos intentan definirla como "domestic noir", "family noir" o "novela familiar con detectives" https://tinyurl.com/y8ve43ea y todos me parecen bien. Ha encontrado Rosa Ribas un filón en esta familia que trabajan juntos en una agencia de detectives (bueno, algún miembro familiar lo deja, pero seguro que todos gravitarán alrededor de Hernández Detectives en futuras entregas). Ha conseguido deseccionarlos y que veamos sus entresijos y sus debilidades más íntimas, pero también ya sabemos de sus fortalezas. Solo falta que los ponga a trabajar en casos mayores para que la agencia tome vuelo y nos hagan disfrutar de lo lindo.
Habíamos dejado a Mateo previendo la visita de El Emperador y dispuesto a acabar de una vez por todas con esa amenaza que no estaba dispuesto a que se alargase ni a que afectase a su familia. Sin saberlo, Mateo había puesto en bandeja la relación sentimental entre Amelia y Ayala a costa de ocultar el peligro que suponía  que un elemento tan descontrolado como El Emperador rondase por el barrio.
 
Una escena especialmente sentimental, que da el tono de la novela, más dramático que "noir" es la vez que vemos llorar a Mateo. Ocurre después de recoger a su padre del cementerio, cuando se sienta en su escritorio de la oficina y parece que se le cae el mundo encima. Notamos que por una vez está sobrepasado: su padre, Lola, que le desquicia, y la angustia por la falta de Nora. Y eso todavía tendrá que mantener un enfrentamiento con su hija Amalia. Al menos lo que los lectores sabemos de Marc no trasciende al ámbito familiar, ni sus problemas con el alcohol ni sus desencuentros con su mujer, Alicia.
 
Se acercaba el cumpleaños de Nora y todos sabían que esa fecha suponía, inevitablemente, alcanzar un punto crítico en el desarrollo anímico de Lola. La batalla de la madre con el alcohol era una batalla perdida, puesto que ella lo utilizaba para "dejar salir ese negro que vivía en su interior entes de que le envenenase la sangre". Su familia podría paliar los síntomas de su enfermedad, pero nunca curarlos. La diferencia se encontraba en la diferente forma con la que se enfrentaban al problema: Mateo solo concebía que Lola estuviese en casa, a su cargo, asumiendo casi en exclusiva la responsabilidad de sus cuidados. Sus hijos preguntan por qué no acuden a especialistas o a instituciones en las que Lola pueda estar más controlada. La gota que colma el vaso ocurre cuando Amalia contempla como su padre medica a su madre sin ningún tipo de control médico. Los desencuentros entre ellos se hacen insoportables para Amalia. Mateo ocultaba siempre información a su hijos con la escusa de que de esa forma les protegía, sin embargo a Amalia le parece que la mejor forma de protegerlos es advertirlos de los riesgos que corren.
 
Parece que Amalia hace caso a su prima Silvia, cuando le dijo que lo que mejor podía hacer era marcharse de su casa y poner distancia con su familia. Abandona la casa y tambíen la agencia de detectives porque su enfado le impide separ a la familia del trabajo.
 
El resentimiento marca las relaciones entre el padre y la hija. Ninguno de los dos se siente tratado con justicia y con respeto, aunque Mateo esperaba que algún día su hija atendiese a las razones que estaba dispuesto a darle, y que finalmente le perdonase.
 
Las dos investigaciones que se resuelven en esta úlitma parte tienen escasa trascendencia. El descubrimiento de la timba en la que jugaba el doctor Vinyals es un camino sin salida para saber si afectó a la marcha de Nora, y la amenaza de El Emperador, y lo que podría suponer para la difusión del pasado de Mateo, se difumina con el descubrimiento de su cadaver. Se acabó el problema.
 
El punto de inflexión de la novela ocurre cuando Amalia, con un poco de intuición y otro de conocimiento de la forma en la que pensaba su hermana Nora, consigue aclarar muchos de los secretos que se habían estado amontonando y ocultando en la familia Hernández
 
Y las últimas páginas son muy pormetedoras. Aunque sin ningún tipo de detalles, asistimos al encuentro de las dos hermanas. Las explicaciones las leeremos en la continuación.