Enero, Febrero, Marzo
Queridas lectoras, queridos lectores:
¿Alguna vez os habéis enamorado de un lugar, de una casa, de un paisaje... y habéis anhelado dejar todo atrás, mudaros, comprar la casa y empezar de cero? ¿Lo habéis hecho? ¿Lo haríais, si pudierais?
Esto fue lo que hicieron Peter Mayle (1939-2018) y su esposa: en 1987 abandonaron el Reino Unido, facturaron sus dos perros, compraron una casa en Provenza a los pies de los hermosos Montes del Luberon y se lanzaron a vivir “bajo el sol”. Naturalmente, y como suele suceder, nada resultó como planearon en un principio, en invierno (¡oh, sorpresa!) hacía mucho frío, nevó, las cañerías reventaron, no tenían calefacción central, apenas entendían el dialecto de sus vecinos... pero la comida era deliciosa, los operarios eran verdaderos artistas (aunque les dejasen empantanados con las obras para atender a los veraneantes que pagaban muy bien), tenían una mesa maravillosa para comer en el patio en la primavera (aunque les costó dios, ayuda, raspones, sangre y meses moverla...)..., una piscina fantástica para el verano que tendrían que limpiar (y lo harían), y unos vecinos peculiares y hasta oscuros (como Masson, el propietario de esa casa sórdida, heladora, que odia a los alemanes y que es cazador...), pero, en cierto modo, encantadores.
Peter Mayle y su esposa Jenny, por tanto, cambiaron Devon por la hermosa Provenza francesa. En principio, nuestro autor se mudó allí con la intención de escribir una novela, pero lo que escribió fue una crónica de su primer año. Un año en Provenza ha vendido más de seis millones de ejemplares, y le siguieron una decena de libros, muchos de sus títulos han sido adaptados al cine; Mayle también fue guionista. Seguro que recordáis Un buen año, protagonizada por Russell Crowe y dirigida por Ridley Scott.
Los libros de Mayle contribuyeron a poner muy de moda esta región francesa. En este artículo de 2017, firmado por Montserrat Sánchez da cuenta de la magnitud del fenómeno y de las consecuencias para el matrimonio:
El libro se convirtió en un best seller: ha vendido más de seis millones de copias, se tradujo a 30 idiomas y en 1989 fue premiado por los British Books Awards como Mejor Libro de Viajes. Incluso el gobierno francés condecoró a Mayle como Caballero de la Legión de Honor por el aporte que entregó al país: desde la publicación de esta obra, la Provenza se reactivó como destino y los precios de terrenos y casas despegaron.
La fama también tuvo sus costos: fue tanto el alboroto, que más de una vez el inglés encontró turistas en el patio de su casa. La región comenzó a estar tan saturada de turistas que a mediados de los noventa Mayle y su mujer se mudaron. Estuvieron cinco años en Estados Unidos y volvieron a la Provenza en 2000. Esa vez, ya no comentaron dónde quedaba su casa.
El libro, con una prosa sencilla y amena que permite un ritmo de lectura muy fluido, es una suerte de diario de encuentros, desencuentros, alegrías, decepciones... y está estructurado en doce capítulos que responden a los doce meses del año. En Enero, Febrero, Marzo, quizás podríamos destacar algunos temas:
El primero de ellos es un asunto que voy a denominar la ingenuidad del turista. Esto es, cuando estamos de turismo, de vacaciones, y nos encandilamos de un lugar, creyendo que todo el año será igual. Que la brisa será cálida, que no habrá mal tiempo, que todo irá como la seda... Y, claro, la realidad.
¿Y qué sucede cuando se corre la voz de que te has mudado a un sitio tan maravilloso como es la Provenza? Que empiezan a surgir invitados no deseados, gentes que se auto invitan, amigos de amigos, conocidos de conocidos que ... esto no deja de ser bastante alarmante y me ha recordado, inevitablemente, a los Durrell en Corfú.
La gastronomía francesa (abstenerse de leerlo con apetito...) La cantidad de comida, restaurantes, invitaciones a cenar o a comer, aperitivos... desde las sencillas (y pantagruélicas) meriendas campestres a lo más exquisito como la trufa... Por cierto, no sé cómo estará ahora el cultivo (o la recolección) de la trufa en Francia, pero en la actualidad parece que nos hemos convertido en el primer productor mundial de trufa (60 % del total).
Y es que aquí cultivamos la trufa, con muy buenos resultados... en esta web encontraréis algunos mitos y curiosidades en torno a ella, y nos cuentan qué es la truficultura
La amistad, la buena vecindad. Como las cosas salen adelante porque la gente se ayuda unos a otros, porque se llega a acuerdos, a colaboraciones, en las que unos ponen la mano de obra y otros el dinero o los productos... También, claro, ligado a ello, una economía sumergida en la que el dinero negro pasa de mano en mano y no se pagan impuestos...
Han pasado tres meses en su mas. Han pasado frío. Aún falta por concluir algunas reformas. La mesa ya está instalada en su sitio exacto. Han logrado que les limpien la piscina. Hace buen tiempo. Los cazadores han desaparecido y la naturaleza ha despertado. Masson despotrica. Peter y Jenny puden, al fin, disfrutar de la primavera provenzal, de los largos paseos... ¿o no?
Algunos enlaces:
- Peter Mayle
- En ruta por el Luberon, el corazón de la Provenza
- La historia del castillo del Marqués de Sade que compró Pierre Cardin
- Las recetas de Julie La Drome Provenzal No es, exactamente, la zona de Peter y Jenny, pero las recetas y los paisajes... hummm (abstenerse hasta después de saciar el apetito).
- Lacoste (vídeo)
- Tráiler de Un buen año
Por cierto, ¿alguna otra película ambientada en la Provenza, con mucha comida, amistad, amor... ?
¿Nos leemos?
(Las fotografías las he tomado de esta web, y de esta web )