2ª parte. Hasta el comienzo de la Segunda Parte.
Libro que estamos comentando:
Tongolele no sabía bailar
¿Cuál es el motivo por el que el inspector Dolores Morales y su cómplice/colaborador Serafín Manzanares, alias Rambo, deciden volver a Nicaragua después de haber sido expatriados a la fuerza a la vecina Honduras? ¿Quizás vuelve por encontrarse con Fanny? Fanny permanece en esta primera parte como un personaje ausente, atado al cáncer que padece. Su contacto con Morales es doña Sofía, que cumple fielmente con su papel de cuidadora, informante de la evolución de la enferma e, inesperadamente, en una experta en las redes sociales cuando le toca difundir por Twitter las cartas que recibe Morales sobre los desafueros de Régimen Sandinista.
Parece que ambas acciones, el ser expulsados y el volver a su país, se realizan de forma ilegal. Regresan gracias a la ayuda de un peculiar personaje, Genaro Ortez y Ortez, alias Gato de Oro, el "baqueano" , término por el que en América se refiere a la persona conocedora de los caminos, sendas y atajos de una región, que les ayuda a volver sin que el ejército o la policía de frontera les detecten.
La Junta de Gobierno formada en Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista en 1979. En la imagen aparecen el escritor Sergio Ramírez, Daniel Ortega, Violeta Chamorro, Alfonso Robelo y Moises Hassan.
Estos localismos, todos los que he podido comprobar con entrada en el Diccionario de la RAE, añaden riqueza, musicalidad y realismo a una prosa florida en la que enseguida te sumerges y te dejas llevar por su belleza. Un ejemplo puede ser una palabra desconocida en España y que necesita la consulta del Diccionario: en el prólogo se dice que la abuela de Morales tiene un puesto de "abarrotes" en el mercado, un término empleado en América para referirse a las tiendas de ultramarinos.
No solamente los localismos adornan el texto con profusión, también abundan un montón de referencias culturales que el autor traspasa a los diálogo y que los hace vivos y cercanos a los lectores que sean capaces de entender esa especie de códigos secretos. Por ejemplo, en el primer capítulo, Gato de Oro, al ofrecer lotería a los huidos , dice: "La suerte no tiene horario, ni fechas, ni calendario." Además de referirse a su profesión de vendedor de lotería, remeda una célebre canción del venezolano Simón Díaz, "Caballo viejo", en la que en una de sus estrofas se canta: "Quererse no tiene horario, ni fecha, ni calendario."
El que me parece el gran hallazgo de la novela, el que causa simpatía a pesar de que es un personaje moralmente deleznable, es la némesis de Morales, el jefe de los servicios secretos Anastasio Prado, alias Togolele. Fueron compañeros en la Revolución, pero la vida les llevó por senderos distintos. Se han tenido que encontrar en las novelas anteriores, sin embargo, en esta está claro que lo van a volver a hacer; y esta vez de forma definitiva.
En torno a Tongolele y a Morales se estructura, separada por capítulos que ponen el foco alternativamente en cada uno de ellos, la trama de la novela. Hasta ahora seguimos, por un lado, a Morales y a Rambo, estableciendo contactos con los personajes que los apoyan y que ideológicamente se enfrentan al régimen sandinista. Les ayudan en su camino a Managua, sin que sepamos muy bien qué van a hacer allí, Monseñor Bienvenido Ortez, dominico y crítico con el gobierno, del que denuncia en sus sermones los abusos, la corrupción y la connivencia con los poderosos. Después el padre Honorio Pupido les lleva a Managua en su furgoneta disfrazados ya con trajes de clérigo. "Los púlpitos se han convertido en una trinchera contra el régimen de Daniel Ortega", encabeza El País en una de su muchas noticias sobre la actualidad más cercana en Nicaragua. Otro colaborador activo es el español Padre Pancho, el cura vasco José Xavier Aramburu, al que se dibuja como un compulsivo fumador de Ducados. En su casa, además de ponerse al día de la situación de la zona, entra en contacto con doña Sofía, que utiliza con eficacia Twitter para dar a conocer mensajes contrarios al régimen sandinista.
En el lado de enfrente, Tongolele aglutina la actividad relacionada con la represión de la oposición con medios poco ortodoxos: los muchachos de su amante Fabiola asesinaron al principio de la novela a Gato de Oro, los suyos propios atentaron contra Monseñor, su madre se ha convertido en la visionaria consejera/pitonisa cuyos apreciados consejos son tenidos muy en cuenta por la pareja gobernante en el país. Aunque nunca se cite a Daniel Ortega y a su mujer, Rosario Murillo, su presencia es constante, e incluso se aprovecha que no se les cita por su nombre para adjudicarles la utilización de las artes mágicas a la hora de tomar decisiones políticas. Eso también se les ha aplicado a gobernantes que han tenido trágicos finales: los Romanov, Hitler o Perón. Si tenéis curiosidad sobre este asunto podéis acceder a este artículo de ICON
La caja china que va y que viene, protegida por la poco discreta escolta policial, desde el palacio presidencial al domicilio de Zoraida, la madre de Tongolele, no solo sirve para establecer la importancia de colocar "árboles de la vida" en lugares estratégicos, sino también para trasmitir las órdenes que se envían desde la cúpula del estado.
A la izquierda, árboles de la vida, instalados en las rotondas de Managua.
La caja china que recibe Tongolele le pone, a su pesar, al servicio del que va a ser artífice de la represión gubernamental sobre los manifestantes que, como hemos leído en el viaje que Morales y Rambo realizan en furgoneta hasta Managua, empiezan a protestar por las calles del país. A pesar de que ha sido un servidor fiel al régimen le retiran de todas sus funciones en el Servicio Secreto y le colocan bajo el mando de un viejo conocido, Leónidas, un personaje con muchos rasgos fantásticos (o con rasgos de realismo mágico, refugiado en su finca en bancarrota a pesar de tener un presencia constante en la política del país) que prepara la represión de las manifestaciones que comenzaron en abril de 2018 y que causarán en esos primeros meses la cifra de más de 300 muertos. Noticia de France Press.
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