1ª parte. Hasta el capítulo titulado "Perversión"
Libro que estamos comentando:
Todo lo mejor
Parece imposible que una novela se ubique en Berlín Oriental en los años 80 del pasado siglo y no tenga una relación más o menos directa con el mundo de los agentes secretos, los espías y con los avatares que en aquellos años venían marcados por la guerra fría. Los dos grandes bloques políticos que en ella se enfrentaban estaban representados por las dos grandes superpotencias de la época: Estados Unidos, en el bloque capitalista, y la Unión Soviética, en el comunista. Física y simbólicamente en Europa estaban separados por un muro construído en 1961 que dividía a la vez a los habitantes de Berlín y dejaba a la ciudad como la capital de la Alemania integrada en el bloque socialista, la República Democrática Alemana (RDA).
Durante medio siglo XX (1947-1991) se produjo un conflicto que directa e indirectamente enfrentó a Estados Unidos y la Unión Soviética. Con este conflicto ambas superpotencias trataban de expandir sus modelos ideológicos, económicos y sociales a través de sus llamados países afiliados, evitando siempre la confrontación abierta entre lambos países, y manteniendo una situación muy tensa y equilibrada.
Merece la pena, al leer esta novela, aprovechar para repasar o profundizar sobre un conflicto que marcó la vida política del siglo pasado.
Poco después de los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, Viktor Lavrov regresa a Berlín desde su país, donde ha participado en la coordinación de la seguridad de la delegación alemana oriental. Allí conoció a Erika Eisemberg, una funcionaria alemana de la que se enamora perdidamente, pero que lo rechaza cuando conoce su verdadero trabajo.
Todos saben en Berlín que Viktor, psicólogo criminalista, trabaja en la Administración 12, el organismo que coordina la colaboración entre los dos servicios secretos más poderosos y eficaces de los países del Telón de Acero, el KGB y la STASI. Con otras palabras y menos circunloquios, Viktor Lavorv es un espía.
Tras la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, el KGB fue el encargado de formar y organizar los servicios secretos de la Alemania Oriental. César Pérez Gellida aporta una serie de cifras y datos que avalan la expansión de la STASI dentro de la sociedad del país. La STASI llegó a contar con más de 90.000 funcionarios y 200.000 personas de manera indirecta. A principios de los 80 la porporción era de un informante por cada siete ciudadanos. Con este número de integrantes y con recursos casi ilimitados, la STASI se convirtió en "el escudo y la espada" del Partido Socialista Unificacdo de la RDA y, por extensión, en el órgano de control de la influencia capitalista en el bloque soviético.
Conocemos a Viktor cuando, por su cuenta y riesgo, se enfrenta con éxito al intento de secuestro por parte de una pareja de espías del servicio secreto de la Alemania Federal. En uno más de los enfrentamientos entre servicios secretos, los integrantes del BDN de la Alemania del Oeste, se encargan de secuestrar a personajes relevantes del régimen comunista y de pasarlos a través del muro a la zona occidental.
De Viktor iremos conociendo poco a poco detalles de su vida y de su trabajo. Es de ascendencia española, su padre fue soldado del Ejército Rojo, es un experto en análisis de conducta y posee una extraordinaria capacidad para evaluar los informes que llegan de los distintos servicios de información instaldos en Berlín.
Desde las más altas instancias de la seguridad de la Alemania Oriental recibe el encargo de trabajar en la captura de un topo que facilita información sobre los servicios secretos orientales instalados en la zona alemana occidental. Sin embargo, unas palabras de una conversación cogida al vuelo le llaman poderosamente la atención: la información oficial difunde que los asesinos en serie no existen en la RDA. La preparación porfesional de Viktor le hace interesarse por el tema y entrar en contacto con Otto Bauer, un inspector jefe de la Kriminalpolizei que investiga las misteriosas apariciones de cadáveres de niños y jóvenes con signos de habérseles extraido la mayor parte de su sangre.
Con una técnica con la que nos hemos familiarizado en las últimas novelas del club, César Pérez Gellida cuenta, utilizando dos planos narrativos distintos, la investigación al servicio del contraespionaje alemán con la descripción del aislamiento incomunicado de Niklas, un niño de nueve años, a manos de un extraño personaje que se mueve con una extraña facilidad a través del muro.
El trabajo de ambientación de Pérez Gellida en TODO LO MEJOR me parece fantástico, aportando sin aparente esfuerzo muchos elementos positivos a la credibilidad de la trama.
También el dibujo de los personajes gozan de un alto nivel. Mezcla algunos verdaderos con otros fruto de su imagianción, pero la novela en su conjunto mantiene una unidad y coerencia muy creíble. Y si alguien se pierde entre tantos nombres propios, al final de la novela el autor añade un apéndice con los nombres y su correspondiente referencia de la mayoría de los personajes de la novela, separados por las categorías de personajes principales y secundarios.