Hasta el capítulo 24
Queridas viajeras, queridos viajeros: iniciamos la última lectura del año, nada más y nada menos que Seda, de Alessandro Baricco. Lo primero es preguntaros: ¿la habéis leído? Sé que algunos de vosotros nos acompañáis en el viaje con el ánimo de hacer una relectura más serena y madura. Sé que algunos de vosotros nos acompañáis en este viaje con el ánimo de leer, por primera vez, esta novela/cuento/historia tan reconocida, tan famosa, tan vendida… (aunque tiene sus detractores, por supuesto. Lo debatiremos. ¿Es para tanto, o no?).
Lo primero es enlazar la biografía de Alessandro Baricco y destacar que, si bien cuando se publicó Seda se decía que era un tanto solitario y que no le gustaba conceder entrevistas, hoy en día es fácil escucharle y verle haciéndolo, por ejemplo, os enlazo esta, de este 2021, para el diario El País. O estas dos, del 2011 y del 2016, para Página Dos, sobre otras dos novelas suyas: Emaús y La esposa joven. (Todas en vídeo).
¿Qué tenemos entre las manos? Un relato leve, sutil, suave, liviano: “si se sostiene entre los dedos, es como coger la nada”. El relato de una vida escindida en dos estados: el reposo y el viaje, la historia de la búsqueda del amor, en apariencia tan lejano y en realidad... tan próximo.
Hervé Joncour estaba predestinado a ser militar, pero Baldabiou se cruzó en su camino y en el de su padre; y desde entonces, compra y vende, vende y compra gusanos de seda. Unos meses al año, viaja por el mundo en su busca y, normalmente en abril, regresa a su pueblo francés, se dedica a terminar de prepararlos y descansa. Está casado con Hélene, una mujer de bellísima voz que le ama tiernamente. Él también parece quererla, pero a su manera. Hervé asiste a su vida, pero no la vive plenamente: “son personas que contemplan su destino de la misma forma con que la mayoría acostumbra a contemplar un día de lluvia”. Qué imagen tan evocadora.
La rutina de Joncour se ve alterada por la epidemia que infectó a los gusanos de seda; es entonces cuando Baldabiou (con el respaldo del resto de los comerciantes) le propone que viaje hasta el fin del mundo y se haga con los gusanos de seda. Que corra el riesgo, que es mucho. Hay que destacar que esos comerciantes, honrados hombres de negocios, no se alteran ante la trampa, el robo, el saqueo… porque no se perpetrará a sus semejantes, a los occidentales. Esto es tremendo y curioso, ¿verdad? Es menor la ofensa cuando se le hace al distinto. Cuando la ofensa se hace en un lugar remoto, donde queda "enterrada" por la distancia.
En este viaje, además de romper con la rutina, Joncour conocerá a una mujer exótica y bellísima que lo hechizará. Esta mujer se nos presenta como una posesión de Hara Kei, el señor de la aldea japonesa con el que Joncour establece negocios, un animal precioso al que exhibir frente al extranjero. Y…
Curiosos, y mucho, los pájaros enjaulados, obsequio para las amantes fieles, un obsequio de valor incalculable, mucho más cuantioso que toda la producción de la seda del pueblecito francés de Hervé, Lavilledieu.
Tenemos a Joncour prendado de la misteriosa mujer y queriendo a su esposa legítima, la de la voz bellísima. Tenemos un pueblo francés próspero, gracias al comercio de los gusanos de seda y su posterior fabricación en las hilanderías. Tenemos a un personaje enigmático en Francia, Baldabiou (¿cuántos años tiene? ¿De dónde es?) Tenemos a un personaje enigmático en Japón, Hara Kei. Y, viajando de uno a otro mundo, nuestro comerciante francés, empeñado en que su vida sea apacible, como un lago quieto, pero…
Es Seda un texto para ser leído muy despacio y, también, para leerlo en voz alta, atendiendo a su música. Porque tiene música lograda a base de repeticiones, ritmo, imágenes sensuales, sensaciones visuales y táctiles.
Os dejo unos cuantos enlaces:
El tráiler de la película (¿la habéis visto?) (Vídeo).
Del gusano de seda a la seda… (Vídeo)
Cómo la ruta de la seda hizo al mundo: capítulo 1, capítulo 2 y capítulo 3 (Vídeos).
Artículo de Condé Nast Traveler: “De Francia a Japón: seguimos la ruta de Seda de Alessandro Baricco”
Y un episodio, dedicado a Seda, del podcast Un libro, una hora, SERPodcast. He dudado de si enlazarlo aquí o dejarlo para el final, pero me he decidido a hacerlo porque si ya leísteis el libro con anterioridad, lo disfrutaréis muchísimo. Sin embargo, si no habéis leído Seda y esta es vuestra primera vez, no lo escuchéis, dejadlo para el final, pues contiene spoilers. (Seguro que conocéis este podcast de Un libro, una hora, es una maravilla).
Por ahora, nada más. Os dejo viajando por tierra y por mar, bordeando el lago Baikal al que algunos llaman el mar y otros el demonio.
Salud y largo viaje, lectores.
(Fotografía del autor, tomada de aquí).