Primera y segunda parte de "Salvaje"

Queridas viajeras, queridos viajeros,
¿Cómo estáis? ¿Qué tal va todo?
Ya sabéis que estaremos todo el mes de febrero viajando gracias al relato autobiográfico de Cheryl Strayed, Salvaje. La autora, tras una hecatombe emocional, herida su salud mental tras la muerte fulminante de su madre debida a un cáncer particularmente agresivo, gastados sus últimos cartuchos (mantener su familia unida, mantener su matrimonio, sostenerse…) decide emprender una aventura: caminar durante 100 días por el Sendero del Macizo del Pacífico, una ruta impresionante, bella y dura, durísima.
La primera parte, Las diez mil cosas, se compone de tres capítulos en los que Strayed narra cómo fue su infancia, su adolescencia y su temprana juventud.  En ellos, descubrimos que su madre fue una mujer maltratada que, cuando pudo romper definitivamente con su maltratador, luchó, trabajó y perseveró por ofrecer una vida mejor a sus tres hijos. Sin embargo, las relaciones con tipos dudosos no faltaron hasta que apareció Eddie, el padrastro, un hombre que no solo encandiló a la madre, sino que también enamoró a los hijos.
Cuando todos se trasladan a ese pedazo de tierra en Duluth, y construyen una casa con materiales de desecho y cultivan un huerto, y viven como los pioneros, la adolescencia de la autora se revela como una época de escasez en la que cualquier tarea rutinaria (asearse, cocinar, limpiar) es casi una epopeya. Leyendo sobre esta época de la vida de la autora, se me ha venido a la cabeza la idealización vivir en la naturaleza que, a raíz de la pandemia, parece proliferar. No sé, creo que no todo el mundo podríamos vivir en un entorno así, con tantas dificultades y molestias, sin luz ni agua corriente…
La madre es el eje de la familia. Lo fue, lo es. Por eso, cuando enferma y fallece, la familia se desintegra. Tal vez podríamos hablar sobre las diferentes formas de encarar el dolor, la enfermedad, que se reflejan en Cheryl y en sus hermanos Leif y Karen.
Nuestra protagonista, que procede de un entorno obrero, había conseguido ir a la universidad y, su madre, con cuarenta años, decide ir también. Es una mujer, sin duda, con un gran carisma y muy valiosa. Su muerte es el inicio del proceso de autodestrucción de Cheryl: a la par que intenta mantener a su familia unida (¿quizás es porque ella es la que lo necesita y no?), y salvar su matrimonio, comienza a ligar y a mantener relaciones sexuales esporádicas y frecuentes con varios hombres. Ella misma define su comportamiento como “autolesionarse” y es así. Aunque llama la atención que se casase tan pronto, pero dice haber estado muy enamorada de Paul, (¿quién no lo está a los veinte?). En fin, que con las piezas rotas de su vida y con tan solo veintiséis años, tras muchas decisiones, despedidas y comienzos, inicia su andadura por el SMP.
Me llama mucho la atención que una mujer joven y habituada a la acampada, al aire libre, al trabajo en una granja… no esté preparada para el SMP. Mejor dicho, me estremece. Porque debe de ser bastante duro. Y, sin embargo, ella, decide aventurarse. Está tan rota que necesita estar sola y caminar, caminar, en una huida hacia adelante. Esa imagen en el motel, con una montaña de cosas sobre la cama, para luego intentar levantar la monstruosidad de la mochila (catorce litros de agua, libros, y un largo etcétera… Pero, ¿cuántos kilos pesa esa mochila?)… desde el primer momento en que la leí, sentí pena y desasosiego. No lo logrará, pensé.
¿Os ha pasado algo parecido? ¿Os habéis lanzado a una aventura similar, sin estar preparados, ni física, ni psíquicamente?
La segunda parte, Huellas, se compone de cuatro capítulos en los que ya comienza la andadura de la autora por el SMP; sin embargo, seguimos conociendo más detalles de la vida de Strayed, detalles que nos explican por qué está haciendo ese camino sola, y por qué está en tan mala forma física y psíquica.
Las autolesiones se agravan cuando las drogas llegan a su vida, en concreto, la heroína, y de la mano de Joe, uno de sus novios. Fue Joe, pero podía haber sido cualquier otro. Durante meses, la autora y Joe se drogaron y se amaron, cautivados más por cómo la droga les hacía sentir que por la historia que estaban viviendo. Gracias a Lisa y a Paul, su exmarido, se aleja de las drogas, pero vuelve a  recaer, incluso, un par de días antes de comenzar el viaje vuelve a drogarse. Así las cosas, ella se plantea el SMP como un punto y aparte en su vida.
Pero no está preparada. Los sufrimientos que padece son muchos: lleva muchísimo peso en la mochila, le salen muchas ampollas en los pies, se encuentra cansada, famélica, no puede cocinar caliente porque se ha confundido con el combustible… rodeada de una naturaleza potencialmente peligrosa, Strayed sigue caminando, en una agonía que duele leer.
En un momento determinado, ella se pregunta si el SMP la está ayudando a reflexionar sobre lo que se ha convertido su vida… pero es que, realmente, el sufrimiento físico tan fuerte que padece hace que el sufrimiento de su alma se amortigüe. Quizás necesita, precisamente, eso.
Un hito importante es cuando comienza a relacionarse con excursionistas del SMP: Greg, Albert y Matt, Tom y Doug… todos ellos han leído su nombre en el libro de registro del sendero (¿todos los caminos importantes tienen esa especie de registro, como el Camino de Santiago?), y cómo se relaciona, amistosamente, con ellos, sin que haya sexo de por medio. Albert le ayuda a desembarazarse de cosas inservibles para que su mochila no pese tanto, Greg le enseña a utilizar el cabriolet, Doug le regala una preciosa pluma como amuleto… Pero que el SMP es duro queda patente con la enfermedad que tumba a Albert y a su hijo, ese parásito que se les ha colado en el cuerpo a través del agua.
La lectura es otro de sus refugios; por eso ha llevado libros y, en cada caja que recogerá en las distintas paradas, encontrará lectura. Menos mal que ahora, libro que lee, libro que quema. Creo que quemar libros en esta tesitura está más que justificado.
Por delante le queda a Cheryl la Sierra Nevada y la amenaza de la nieve. ¿Qué ocurrirá? ¿Continuará o abandonará?
Quisiera destacar el apellido Strayed, que significa perdida, extraviada. La autora cuenta cuándo y por qué se cambió el apellido tras el divorcio: “ (…) Strayed era una incorporación reciente, mi apellido oficial desde abril, cuando Paul y yo solicitamos el divorcio. Habíamos adoptado nuestros apellidos cuando nos casamos y nuestros nombres se convirtieron en un largo nombre de cuatro sílabas, unidos por un guion. Nunca me gustó. (…)” Y explica cómo pensó que tendría que inventarse uno y cómo Strayed parecía estar hecho para ella.
Confieso que este tema de los apellidos de los estadounidenses nunca me había quedado claro. Pero hete aquí, que encontré el podcast Aló, Miami, de Belén Montalvo, una española que lleva viviendo en Miami bastantes años, casada con un americano, y que en su podcast desvela muchas cosas (insólitas, indignantes o curiosas) sobre el “sueño americano” (de momento hay treinta episodios, todos magníficos). El episodio 14, Los apellidos en EEUU es esencial para entender lo que nos cuenta Cheryl Strayed.
Os dejo algunos enlaces más:
Cheryl Strayed en Wikipedia
Entrevista a Cheryl Strayed sobre Salvaje (2013).
Conversación con Oprah Winfrey sobre Salvaje. Está en inglés, pero creo que es interesante ver y escuchar la voz de Strayed.
El Pacific Crest Trail se ha traducido a Sendero del Macizo del Pacífico y es verdaderamente, impresionante. Sitio oficial.
En la Asociación del SMP, tenemos, entre otras cosas, mapas del sendero, y el enlace en en Google Earth.  
Pacific Crest Trail: a Ride to remember. En inglés, documental.
Categoría en Wikimedia sobre el SMP
La película Alma salvaje, protagonizada por  Reese Witherspoon. Tráiler
El Tao Te King
Duluth, Minnesota
Georgia O’Keeffe
Los libros que Cheryl le lee a su madre en la clínica: El despertar Kate Chopin y La hija del optimista Eudora Welty
Joshua Tree, el álbum de U2 que escucharon en el coche, de camino a la clínica, Cheryl y su hermano Leift.
El Desierto de Mojave, National Geographic, 1971.
Algunos libros que acompañan a la autora en el camino:
Mientras agonizo, de Faulkner; The Dream of a Common Language, de la poeta y activista  Adrienne Rich.
He encontrado este poema, Poder, en un blog. Está dedicado a Marie Curie, no sé si será el mismo que leía Cheryl en el Sendero, ese primer día…
John Muir
Lucinda Williams, Something about what happens when we talk. 
El montañero Ray Jardine (un gurú). 
Es vuestro turno. Contadme cómo lleváis el viaje. Si tenéis ampollas, si pasáis calor o frío, si tenéis hambre, si os gustan los atardeceres y el olor a salvia os da energía. Contadme, contadnos, lo que gustéis.
Salud y largo viaje, lectores. 
(Foto de la autora de Larry D. Moore, CC BY-SA 3.0).