Relatos KM: La señorita Brill, Marriage à la mode, La casa de muñecas y La mosca
Última semana de lectura de este libro delicioso. Espero que os haya gustado Katherine Mansfield y en estos días de verano os animéis a leer alguna otra colección de relatos suyos, es una autora fantástica.
Pero vayamos con las últimas páginas del libro.
LA SEÑORITA BRILL
Uno tiene la tentación de imaginar que la señorita Brill es un trasunto de la propia Katherine Mansfield, que es la autora quien tiene la costumbre de salir a mirar la vida "como si fuera una obra de teatro" (p. 294) y, sin lugar a dudas, también como un venero del que manaban las historias que luego fermentaban en su cabeza y pasaban al papel. Así las cosas uno podría imaginarse que esta historia es la del cazador cazado, la historia de la escritora que sale a la calle en busca de inspiración y acaba siendo protagonista de una historia. Pero claro, todo esto son elucubraciones mías.
Os animo, una vez más, a que disfrutéis de la prosa magistral, de las breves y precisas pinceladas que nos ayudan a completar el cuadro del cuento y, sobre todo, a la carga simbólica que adquieren algunos elementos (como el zorro en este caso, que abre y cierra el relato, qué cosa magnífica).
MARRIAGE À LA MODE
Un potente relato en el que contrastan la mirada, los anhelos, el deseo... de William y de su esposa ("la nueva") Isabel. No es la primera vez que leo una historia de este tipo (o incluso que he visto una película con una trama similar), pero resulta fascinante cómo lo va contando la autora.
Nos encontramos además en el nudo gordiano de la trama: lo que William disfrutaba y vivía se aleja y con ello se aleja su posibilidad de ser feliz en familia y también pierde sentido todo lo que hace (como por ejemplo tener que pasar la semana trabajando fuera); mientras que lo que vive y disfruta la nueva Isabel parece ser que le da felicidad (y también la aleja de su marido). Podríamos hablar mucho de estos dos modos de vivir y (des)compartir la vida que transcurren en planos paralelos (el de William y el de Isabel), podríamos buscar culpables de lo que ocurre, podíamos centrarnos en la importancia de la búsqueda de la propia felicidad... pero creo que sobre todo este cuento es una oportunidad para insistir en la necesidad de hablar, de comunicar, de contar y contarse. Porque estoy seguro que hablando William e Isabel resolverían cuestiones y podrían acercar (o romper finalmente) posiciones. Acaso la carta sea un intento de conversación (epistolar en este caso), pero un intento fallido, eh.
Otro tema bien interesante sería hablar de las rémoras que se han fijado a esa familia. Da el perfil de otros personajes habituales en cuentos y novelas de la época (de Miller, de Anais Nin, etc.)
En fin, un cuentazo.
LA CASA DE MUÑECAS
De nuevo un relato cuyas protagonistas son las niñas. Acaso un trasunto de su propia familia y de su infancia. Y de nuevo un relato en el que nos topamos con la diferencia de clases y cómo las niñas diluyen (o no) esas barreras invisibles (o no). De nuevo una historia en el que los más pequeños padecen los prejuicios, problemas, situaciones... de los mayores.
Me gusta mucho de este relato cómo se va trenzando toda la historia, cómo se van superponiendo las tramas, cómo parece que la casa de muñecas es el eje que atraviesa todo cuando, más bien, es un medio para que ocurran otras cosas. Me gusta el giro inesperado del final que da una idea de optimismo: la infancia es capaz de superar esas barreras impuestas, porque desobedecen y muestran, porque desobedecen y ven.
En fin, un relato delicioso (uno más).
LA MOSCA
Con este relato terminamos el libro. Una muestra más del magisterio de esta autora que nos va llevando de una conversación entre dos hombres mayores, aparentemente banal, al núcleo del recuerdo y del dolor de uno de ellos y cómo, para ahondar más en el poder de la historia, incluye en ella a una mosca y su lucha por sobrevivir (pura carga metafórica).
Si nos centramos sólo en la mosca, elemento simbólico asociado a lo muerto, a la muerte, pero también la mosca como un recuerdo (molesto, insistente, tenaz) que pervive a pesar de las dificultades (por eso el final resulta aún más fascinante), nos damos cuenta una vez más del poderío de esta escritora que es capaz de dar carga simbólica a elementos (acaso marginales) de las historias (la casa de muñecas, el aloe vera, el peral... ¿recordáis?). Esta capacidad de Katherine Mansfield hace que sus relatos tengan una hondura y una calidad extraordinarias.
Disfrutad del cuento. Os leo en los comentarios.
Feliz semana de lecturas y feliz descanso. Nos encontramos a finales de septiembre de nuevo.
Saludos
Pep Bruno