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2- Prenda de abrigo de Francisca Aguirre

Libro que estamos comentando: 
Prenda de abrigo

2- Prenda de abrigo de Francisca Aguirre
 
AVISO NAVEGANTES:
(que va a ser una constante en mis entradas semanales).
Si yo estuviera en vuestro lado, creo que leería esta entrada tras la lectura de los versos, porque a mí personalmente no me gusta que me destripen la lectura y aunque yo intentaré no hacerlo, en la explicación que os doy de algunos poemas anticipo algunas cosas, en vuestras manos queda leer antes o después.
 
 
En este lunes,12 de febrero comenzamos la lectura del segundo y tercer apartado: «Mitos en el camino» y apartado «Música de las esferas» que van desde la pág. 41 hasta la página 70.
 
«Mitos en el camino» comprende muchos de los poemas que conformaron el primer poemario de Francisca Aguirre «Ítaca» publicado en 1972, ella ya contaba con 42 años de edad, y llegó a la poesía a lo grande con un poemario con una hondura en forma y fondo que asombra.
 
En este apartado nos encontramos con: Triste fiera; Ítaca, La bienvenida; Desde fuera; Penélope desteje; El orden; Telar (fragmento)
Hasta Telar estamos en Ítaca en la primera parte de ese poemario que desentraña las entrañas de lo que significa una odisea, un viaje, un retorno y una espera porque como bien se dice en el segundo poema:
¿Y quién alguna vez no estuvo en Ítaca?
Ítaca, ese es el nexo de unión, Homero y su maravillosa Odisea, pero también, nos lleva a Kavafis, que algunas gentes ya leísteis con estrella Ortiz, aún recuerdo la primera vez que me asomé a su obra y me encontré con Ítaca:
 
«Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
 
Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Ítacas.»
 
Y la sorpresa al leer la peculiar «Ítaca » de Francisca Aguirre y sorprenderme al oírla hablar de ello, de ese abismo que es Ítaca, de esos colores que ya no te abandonan. Fue entonces cuando me acerqué a su universo y me deslumbró, porque para mí lo difícil en poesía es sumergirte y sentirte en casa; y eso me sucede cada vez que leo sus versos. Es como llegar a la cumbre de una montaña y asomarte a la vida y a la memoria, la suya, pero sobre todo la nuestra, la mía. Mezcla la historia de la humanidad y su mitología con la propia de una manera sutil y desgarrada y eso la hace única.
Sentir que en su caso la estética no es solo formal sino también moral, llega de la mano del humor, la ironía, la inteligencia y la ternura; es un no renunciar en su poética a la justicia, un no dejarse llevar por el dolor que todo lo aniquila. Detenerse en lo pequeño para hablar de lo universal con una sensibilidad exquisita.
 
Y si creíamos que la poesía de Francisca carecía de metro que no de ritmo, llegan Los cantos de la troyana (fragmento) y logra eso que es tan difícil, y en lo que Garcilaso y Lope de Vega eran maestros, contar y emocionar con sonetos de esquema clásico de versos endecasílabos (de once sílabas) con estructura (ABBA, ABBA, CDE, CDE). Ese poema habla sobre el trágico destino de una de las troyanas tras la derrota y el saqueo de Troya que te deja sin aliento.
Para poco después llevarnos hasta otra forma de hacer poesía, cambiar de metro y recurrir a la prosa poética que utiliza en los poemas: Casandra; también en El actor; en Cronos; y en Epílogo todos ellos del poemario «Ensayo General» de 1995.
 
Y cierra con el poema Mi carta que es feliz, pues va a buscaros que pertenece a «Los trescientos escalones» poemario de 1976, parezco una aduladora, pero es que no te deja indiferente.
 
El tercer apartado del libro titulado «Música de las esferas»
Comprende los poemas: Música de la distancia; Música mentirosa; Música de la huida; Flamenco; y Mar de música del poemario «La otra música» de 1978.
 
Y [Este mar no lo conoce nadie]; [Al parecer sólo se alcanza el paraíso]; [El mapa de los cielos se parece]; [Cuando la vida enseña sus pezuñas] del poemario «La herida absurda» de 2006.
 
Y termina con el poema [El gota a gota del tiempo navega en nuestra sangre] de 2018 perteneciente a «Una larga dolencia» y me emociona cuando leo
Ese verso que dice: Las certezas abrigan poco.
 
Hoy te cuento poco yo porque ya lo hace Francisca por mí, dime, cuéntame...
 
A ti, ¿cuál te ha gustado? ¿alguno que no?
 
Espero que lo disfrutéis.
Hasta el lunes 19 de febrero.
Un abrazo.
Paula Carbonell