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1 PIEDRA Y CIELO. Juan Ramón Jiménez

Libro que estamos comentando: 
Piedra y cielo

1, PIEDRA Y CIELO. Juan Ramón Jiménez
  
Buen día, queridos amigos y amigas de ATRAPAVERSOS.
Para todas las personas que os incorporáis al Club de Poesía por primera vez ¡BIENVENIDAS!
Espero que hayáis tenido un verano largo, venturoso y poético.
Iniciamos este último trimestre del año con el libro Piedra y cielo de Juan Ramón Jiménez, uno de nuestros poetas más internacionales, editado por Visor.
 
Una lectura que nos va a tener ocupados todo el mes de octubre y, aunque la obra tiene tres partes muy marcadas (bastante desiguales en cuanto a su número de páginas cada una, por cierto), en el club la vamos a leer en cuatro semanas, que organizaremos de este modo:

  • Esta primera semana vamos a leer desde la página 109, que es desde donde se inician los poemas de la primera parte, hasta el poema Nube de la página 139.
  • Segunda semana, del lunes 10, leeremos hasta el poema de la página 167, con el que termina la primera parte del poemario.
  • Tercera semana, del lunes 17, leeremos hasta la página 203.
  • Y en la cuarta y última semana llegaremos al final de la lectura.

 
Como ya habréis visto, la Introducción y estudio preliminar del libro corre a cargo de Jorge Urrutia, quien demuestra ser un estudioso profundo del poeta. No he querido incluir esta introducción de ¡100! páginas en ninguno de nuestros apartados de las cuatro semanas. Lo dejo a vuestro criterio cuándo leerlo. Eso sí, os recomiendo que lo hagáis porque es muy interesante. No obstante, en mis comentarios haré referencia a él para tratar algún tema concreto y ya os indicaré la página donde dirigiros para que de este modo lo leáis poco a poco.
 
Una aclaración preliminar: a veces los poemas tienen hasta tres numeraciones (en números romanos) en el encabezamiento, como es el caso por ejemplo de la página 119. Vamos a verlo en detalle. La cifra de más arriba es el número general de los poemas (en este caso es el poema número X de la primera parte). Después encontramos más abajo del título el número III, que nos indica el número de orden de los poemas que tienen el mismo título hasta ese momento del poemario; en nuestro ejemplo, se titula EL RECUERDO y nos muestra que es el tercero con el que nos encontramos titulado así. Y por último encontramos una tercera numeración cuando el poema tiene varias partes, cuatro en este caso.
Parece un lío, pero es sencillo si mientras estáis leyendo este párrafo miráis el poema en cuestión que acabo de describiros.
 
Como nos dice Urrutia en la página 59, la primera parte del libro, titulada Piedra y Cielo I, tiene 54 poemas y se centra en el concepto del poema y sus elementos; la segunda parte se titula Nostaljia del mar, tiene 15 poemas y trata sobre la función del poema. Y la tercera y última parte vuelve a titularse Piedra y Cielo II, tiene 50 poemas y trata sobre la escritura en sí y su realización.
 
Estamos a punto de adentrarnos en la voz de Juan Ramón Jiménez con esta obra suya tan emblemática y a la vez poco conocida. Y aquí van mis dos comentarios iniciales que espero os ayuden en la lectura.
En primer lugar, el tema de Piedra y Cielo es la poesía en sí misma. Es decir, que todos los poemas giran alrededor del hecho de la creación poética. Un poemario que habla de la poesía. Esto históricamente fue algo muy novedoso: que la creación poética se mirase con tanto detalle. Pues hasta entonces, estamos hablando de principios del siglo XX, la mayoría de la poesía había sido narrativa y no “reflexiva”. Nuestro autor sigue pues la estela de renovación poética de las vanguardias, y en el caso que nos ocupa, del Simbolismo.
A propósito de ello, va mi segunda observación: los poemas están escritos en clave simbólica, es decir, todo lo que se nombra: rosa, estrellas, noche etc., significan algo más que su propio nombre. Por ejemplo, la rosa no es solamente la flor que conocemos, sino que el poeta la utiliza para denominar al poema, de modo que una rosa para él es el fruto de su sueño, de su inspiración.
Esto no debe asustarnos a la hora de afrontar la lectura del libro, porque el lenguaje en sí mismo es simbólico, estamos habituados a hablar y pensar así. Por ejemplo, decimos “se me partió el corazón”, “estaba feliz como unas castañuelas”, “tenía un hambre de lobo”, “se me pusieron los pelos de punta”. Y así hasta el infinito… todo el lenguaje es metafórico, y lo que ocurre es que estamos acostumbrados a utilizarlo y pocas veces somos conscientes de ello. Para esto, entre otras muchas cosas nos sirve la poesía, para tomar conciencia del propio lenguaje, de su singularidad y belleza.
¿Cuál es la particularidad de esta obra? Pues que el poeta se ha centrado en crear un mundo particular, original por decirlo de algún modo, aunque sus referencias sean palabras de la naturaleza, y que lo mantiene a lo largo de todo el libro. Esta es su invitación y, por tanto, ese es el esfuerzo que nos exige: entrar en su mundo trascendente e inspirado.
 
Antes de comenzar la lectura os invito a que leáis las páginas 60 a la 68 de la Introducción en la que se detallan todas las referencias simbólicas que nos van a ser muy útiles para comprender los poemas de esta semana.
 
A pesar de todas estas indicaciones, una última cosa: sentíos libres para dejar que los poemas os “resuenen” de modo particular. Es decir, que por encima de todas las consideraciones anteriores, lo que pueda sugerirnos un poema en concreto a cada uno-a puede ser especial, único. No renunciéis a ello. El poeta habla en particular, sentíos aludidos.
 
Os dejo en buenas manos. Ya me iréis contando.
¡Salud y Poesía!
 
Un abrazo,
Estrella Ortiz