Pedro Páramo, I
Hola a todas y todos, iniciamos hoy la última lectura de esta temporada en el Club de Lectura "Alonso Quijano”, se trata de Pedro Páramo, uno de los clásicos indiscutibles de la literatura hispanoamericana del s. XX. Antes de meternos en harina, como es habitual cada vez que empezamos libro, unas cuantas recomendaciones prácticas:
- En primer lugar hablemos del libro. Mi edición es la de Cátedra (col. Letras Hispanas), una edición crítica a cargo de José Carlos González Boixo, de bolsillo, que se puede comprar y que está disponible en bibliotecas.
- En segundo lugar una cuestión de ritmo. El libro es no es muy largo, unas 130 páginas en mi edición. Creo que el ritmo de lectura será de unas 65 páginas cada semana, así que en dos semanas habremos terminado.
- Los comentarios. Al igual que en los clubes de lectura presenciales estos clubes de lectura virtuales se nutren de vuestras aportaciones. Sentíos libres para comentar lo que os apetezca: lo que os haya sugerido el texto, algún detalle, alguna reflexión, algo al hilo de lo leído, dudas, cuestiones sobre el estilo o la estructura, curiosidades, lo que os ha provocado, otras lecturas que os recuerde... en fin, lo que queráis. Igualmente os animo a comentar los comentarios de otros participantes del club e ir ampliando los hilos y las conversaciones. Los comentarios no están moderados, pero sólo podemos hacerlos (y leerlos) los participantes del club de lectura.
- Ah, una última cosa, os rogaría que incluyerais una imagen en vuestra cuenta (una foto de perfil), no hace falta que seáis vosotros, vosotras, pero es que si no todos los perfiles salen con la misma imagen por defecto y resulta bastante feo (y confuso).
Esta primera entrada con recomendaciones es algo más larga de lo habitual, espero que también os resulte interesante.
EL LIBRO
El libro fue escrito entre 1952 y 1954, tiempo en el que el autor contaba con el apoyo de una beca del Centro Mexicano de Escritores, y se publicó en 1955.
Pedro Páramo es una novela en la que distintas voces, imágenes e historias van articulando el mosaico del libro; una novela en la que el lector es interpelado directamente para organizar todos esos fragmentos y darles sentido.
Como lector mi percepción es que, más que una imagen de mosaico, la novela se articula casi como la restauración de una vasija rota, como si se tratara de una suerte de kintsugi (una disciplina artística japonesa en la que se rompían las vasijas y se recomponían pegando los trozos con pan de oro). Por otro lado el cambio de voces narrativas, la fragmentación de imágenes e historias, hace que la interpelación al lector, a la lectora, sea continua.
ESTA SEMANA
Como el libro no tiene numerados los fragmentos narrativos (al menos en mi edición) mi propuesta de esta semana es leer hasta el cambio de voces, que ocurre más o menos a la mitad del libro, en el pasaje en el que Juan Preciado y Dorotea, inician ese diálogo que termina con: "Ya déjate de miedos. Nadie te puede dar ya miedo. Haz por pensar en cosas agradables porque vamos a estar mucho tiempo enterrados." (p. 130)
El libro comienza con uno de los principios más famosos de la literatura: "Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera." (pp. 63-63). Nótese que el punto de partida del viaje es la muerte (de la madre). No creo sorprender a nadie desvelando que la muerte y los muertos son los protagonistas de este insólito libro. De hecho desde la llegada a Comala todo se torna de un tono fantasmal, el lugar, las conversaciones, las gentes... uno no sabe si está hablando con vivos o con muertos.
Es más, según va avanzando la lectura uno parece sentir que en realidad este libro es un puro viaje al Infierno, al lugar donde andan penando las almas de los muertos. Igual que antes hicieron otros grandes protagonistas clásicos (como Gilgamesh, Homero, etc.), un viaje que no te deja indemne, un viaje del que tal vez Juan Preciado no regrese.
Personajes como el arriero Abundio, la señora Eduviges Dyada, los dos hermanos que viven juntos se mueven en un plano de presente mientras los fragmentos con Pedro Páramo, Miguel Páramo, Fulgor Sedano, Dolores, etc., se van engastando en la trama. Y todos ellos nos van pintando la historia, una historia que es una suma de historias y miradas. Y una historia en la que la muerte aparece cuando menos se espera: "No, loco no, Miguel. Debes estar muerto." (p. 87)
Sin embargo, en el último fragmento que os he propuesto para leer esa semana, todo se vira, todo se gira, de pronto parece que todo es una conversación entre dos muertos que están ocupando un mismo nicho, el propio Juan Preciado y una tal Dorotea.
¿Qué os parece?, ¿qué tal la lectura?, ¿hay algún detalle o impresión que queráis comentar? Hay muchos momentos y personajes inolvidables, desde Inocencio Osorio "provocador de sueños" (p. 81), a la imagen de la hermana (de Donis) en la que se deshace como un charco de lodo: "El calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba como si estuviera derritiéndose en un charco de lodo." (p. 125)
En fin, una lectura apasionante. Os leo en los comentarios.
Pasad buena semana.
Saludos
Pep Bruno