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Beryl Markham y Kenia; Mary Montagu y Turquía

Queridas viajeras, queridos viajeros:
Cómo estáis? Espero y deseo que todos bien y con buen ánimo, con el deseo de viajar y el deseo de leer intactos.
Esta semana emprendemos viajes hacia siglos, lugares y mujeres, tan, pero tan dispares… los siglos XX, los siglos XVII y XVIII, Kenia, Turquía, Beryl y Mary.
Beryl Markham y Kenia. Ya en el prólogo del libro, García Arrabal apunta la anécdota, que repite en el capítulo correspondiente: cuando atravesando el Atlántico Norte en su avioneta y  tras un aterrizaje de emergencia en una ciénaga de Nueva Escocia, en Canadá (que no puedo imaginarlo sin ciertas dosis de pánico), en su primera comparecencia pública, cansada y herida en la frente, al preguntarle por lo primero que iba a hacer ella respondió: Espero poder lavarme el pelo. Este detalle le sirve a nuestra autora Olga García Arrabal para destacar el valor de las mujeres, de todas aquellas que se salieron de los caminos trillados pero que no fueron ni ejemplares, ni heroínas, ni consecuentes todos y cada uno de los minutos de sus vidas. Porque las mujeres, al igual que los hombres, podemos ser débiles y contradictorias, y eso no disminuye el valor de lo que conseguimos. Exactamente igual que los hombres.
Sin embargo, Beryl Markham se me antoja una verdadera aventura, una viajera, una mujer libre que pasó mucho tiempo en soledad y que se equivocó, pero no sé, la evoco con un cierto halo de romanticismo, pese a saber que muchos de sus comportamientos fueron reprobables aunque eran los que se suponían que tenían que ser en la época del colonialismo inglés en África y que se extendió hasta varias décadas más tarde de finalizar (claro, me estoy refiriendo a la caza feroz de animales salvajes y a la idea de otear a los elefantes machos desde su avioneta para dejarlos marcados a los cazadores, hombres ricos y aburridos que pagaban lo que fuese por una experiencia de tamaña crueldad).
En este club, en Ítaca, el año pasado leímos Las reinas de África de Cristina Morató. En este libro Morató dedica un capítulo completo a Beryl y otro a Karen Blysen, con muchas referencias a Memorias de África, a las historias de amor de ambas mujeres, a cómo se cruzaron sus vidas y sus relatos con Denys. Os dejo el link a las entradas que realicé en su momento, porque ahí encontraréis recursos de interés sobre viajeras, África, y sobre Beryl, Karen y Deny, claro. (Las reinas de África, de Cristina Morató, lo tenéis en eBiblio Castilla-LaMancha). No obstante, vuelvo a poner aquí la serie de vídeos en los que se ve a Beryl Markham en ese desafío de cruzar a contracorriente el Atlántico Norte, en su avioneta, y el interesante documental World Without Walls, en el que, por ejemplo, podemos contemplar magníficas panorámicas de Kenia y su fauna.
Por cierto, qué ganas de leer el libro de Beryl Markham. Y qué palabras tan machistas y descalificadoras las de Hemingway, aunque debemos congratularnos del hallazgo de esa carta, porque así, se reeditó Al oeste con la noche, la autora pudo vivir con dignidad sus últimos años y nosotros podemos leerlo siempre que queramos. Os dejo información de la obra.
Mary Wortley Montagu y Turquía.
La siguiente mujer nos lleva a la Turquía de principios del siglo XVIII y es una viajera y escritora singular. No era nada fácil, ya lo sabemos, rebelarse contra los mandatos paternos que decidían con quién tenía que casarse una mujer (A Beryl prácticamente la vendió su padre a un granjero vecino cuando la abandonó), pero Mary Wortley Montagu, que tenía un espíritu rebelde y, sin duda, fuerte, se escapó de casa con lo puesto para vivir su amor plenamente con el parlamentario Montagu. Luego, las cosas en su matrimonio no salieron como ella esperaba, pero sin duda fue una mujer que supo sacar provecho de cada circunstancia, de cada viaje y cada visicitud.
Así, el viaje con su marido a Turquía lo disfrutó vivamente, y comenzó a escribir cartas a su hermana Frances, que era la única con la que se trataba… Un hecho importante en su vida fue la viruela, enfermedad que padeció y que le dejó huellas en su hermoso rostro… Es muy interesante y revelador que ella quisiera el tratamiento del injerto en su país y que apenas se le hiciera caso, olvidándose este remedio hasta que un hombre, Edward Jenner, publicó en 1798 su investigación que dio lugar a la vacuna y a una nueva rama de la ciencia: la inmunología. Ángeles Caso habló sobre ello en este audio de aproximadamente doce minutos de duración, en Gente despierta, de Radio Nacional de España. El novelista español Javier Moro noveló la expedición Balmis (siglo XIX) que introdujo la vacuna de la viruela en América, la protagonista es Isabel Zendal y los veintidós niños huérfanos a los que sometieron a ese viaje y a ese tratamiento. Para pensar. Os enlazo un vídeo.
Lady Montagu volvió a Londres cuando la expedición diplomática de su marido resultó un fracaso, terminó separándose, se enamoró de un poeta italiano, se fue con él… fue madre de dos hijos, y cuando volvía a Londres, debido al fallecimiento del que todavía era su marido, se encontró con un clérigo al que le confió sus cartas (ella ya las había editado cuidadosamente, así que podemos suponer que quería verlas publicadas desde hacía años). A su muerte, su hija las ocultó y terminó destruyendo sus diarios, solamente los leyó su propia hija, la nieta escritora de esta curiosísima viajera, que con el tiempo se convirtió en biógrafa de su abuela. Pero, gracias de nuevo a los hados, o a que el clérigo era avispado y había mostrado la correspondencia de Mary a unos editores, estas cartas se publicaron (para horror de la hija) y se convirtieron en todo un bestseller. ¿Por qué los descendientes/familiares de las escritoras (casi siempre escritoras, recuerdo que muchas cartas de Jane Austen las destruyó su hermana Cassandra) se ven en la obligación de cuidar el legado de la familia a costa de destruir esos testimonios únicos? Un caso contrario fue el de Kafka y su amigo editor, que no le hizo caso y no quemó su obra (bien por Max Brod).
Os dejo información sobre las Cartas desde Estambul, de Mary Montagu, y os cuento que hace algunos años leí sobre esta dama viajera en Damas de Oriente, de Cristina Morató.
Kenia y Turquía
¿Os seduce la idea de viajar a Kenia y realizar un safari fotográfico?
20 curiosidades de Kenia. El país de la naturaleza salvaje.
Nairobi
¿Os seduce la idea de viajar a Turquía y bañaros en las preciosas (e inquitantes) piscinas termales?
20 curiosidades sobre Turquía.
Turquía y Estambul.
¿Habéis viajado a Kenia, o a Turquía, o a los dos? ¿Queréis viajar a Turquía? ¿A Kenia?
Vuestro turno, lectoras, lectores. Como siempre, os deseo salud, y un largo, largo viaje.

Memorias de África