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2ª parte. ¿Colaboración entre el terrorismo y el totalitarismo de Cosmos? Hasta el capítulo 16.

Libro que estamos comentando: 
Los tiempos del odio
¿Qué sabemos de Bruna Husky hasta ahora? Una androide, una rep de combate clonada con material genético en un tiempo reducido, una tecnohumana gestada artificialmente (a los tecnohumanos no les gusta que con ellos se utilice el término "fabricado") y manipulada por los ingenieros genéticos para realizar tareaas muy específicas y cualificadas, a la que le implantaron un meme, una especie de disco duro con mucha más información de lo habitual. 
 
El meme incluye recuerdos, pautas de sociabilización y aumento de las capacidades sensitivas, y posibilita que un androide creado con una edad de veinticinco años mantenga una estabilidad emocional similar a un humano de su edad. 
 
Únicamente la conciencia de que su vida tiene una duración muy limitada hasta que ocurra el TTT (Tumor Total Tecno), una especie de colapso o de cáncer que inexorablemente termina con su vida a los 10 años, la lleva a conocer la melancolía o la culpa y desde luego la angustia de que no les está permitido o más bien no les da tiempo amantener relaciones afectivas estables. Por eso Bruna en las tres novelas pasa buena parte de su tiempo intentando crear a veces inconscientemente lazos afectivos que le ayuden a compensar la falta de una familia verdadera. y para ello se rodea de amigos, Yannis y Oli, de mascotas como Bartolo, de niñas como Gabi, recogida en el ir y venir de sus casos anteriores o de amantes como el oficial de policía Paul Lizard.
 
Alta, muy alta, con los músculos marcándose bajo la piel, la cabeza rapada, las pupilas verticales tan características de los androides (las pupilas verticales son características de los depredadores y las pupilas redondas, de las víctimas, le dice Lizard), y una linea negra de tatuaje que le recorría el cuerpo de forma asimétrica desde la cabeza a los pies volviendo a subir por la espalda hasta unirse de nuevo en el cráneo.
En un momento de tensión o conflicto su aspecto, fácilmente reconocible, impresiona y amedrenta a todo el que se cruza con ella. Viste monos y ropa cómoda que le permita moverse con confort y desahogo en cualquier situación compormetida. ¿O es que esa vestimenta, tan parecida a la ropa de combate, es la que utiliza para reivindicar con orgullo su condición de mujer y su caracter guerrero?
 
Tras pasar dos años, los años estipulados, trabajando para la compañía que la creó, ahora disfruta de una extraña libertad para vivir su vida de la forma plena y con los mismos derechos —en principio— que poseería cualquier ciudadano de los Estados Unidos de la Tierra. A pesar de que legalmente tengan reconocidos su derechos, no deja de resultar una especie de esclavismo o de explotación abusiva que los reps solo tengan sentido desde el momento en el que cumplen una función que siempre realizar mejor que los humanos.
 
Aunque Rosa Montero ha admitido que ella utiliza la ambientación futurista, el Madrid del siglo XXII, de forma instrumental, es decir que no intenta situar a sus personajes en una realidad completamente diferente de la que se pueda vivir hoy día, crea con el añadido de pequeños detalles  la sensación de futuro posible y con ello consigue que las veladas críticas que hace a la sociedad del futuro sean fácilmente achacables a los vicios, las miserias y las injusticias que están presentes en nuestro mundo.
 
La situación social y política en el siglo XXII puede resumirse en que todas las naciones de la faz del planeta se han unido en una entidad política conocida como los Estados Unidos de la Tierra (EUT). En este contexto globalizador, dos plataformas flotantes artificiales constituyen mundos independientes y aislados, construidos en órbita: por un lado, el Estado Democrático del Cosmos, descrito como un totalitarismo tecnológico y, por el otro, el Reino de Labari, de ideología fundamentalista.
 
LOS TIEMPOS DEL ODIO se inicia con la existencia de grupos terroristas (el EJI), supuestamente auspiciados y financiados por Cosmos, que misteriosamente aumentan su capacidad para realizar atentados. El último de ellos, y el más notorio, es el secuestro de un grupo de personas vinculadas al control policial del terrorismo, que serán progresivamente asesinadas si el gobierno no hace caso de sus paticiones.
 
En contraposición a la violencia terrorista, se empiezan a escuchar voces que reclaman medidas drásticas para acabar con la violencia cada vez más ostensible de los grupos terroristas. ¿Nos suena?
Otro aspecto reseñable es el alegato en favor del reconocimiento, al menos público e institucional, del "otro", que se hace con el uso del término "seres sintientes". Con esta calificación se engloban tanto a humanos, como a androides y extraterrestres inteligentes, los tres tipos de especies que habitan la Tierra. 
Al Sur | Rosa Montero