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2ª parte. Hasta OCUPAR UN ESPACIO

Libro que estamos comentando: 
Los Caín
  Desde los primeros días de estancia en Sonimo se fija en la mujer pelirroja, tan distinta de las demás mujeres del pueblo. Sofía Leon y su hijo Miquel componen una pareja diferente a los demas vecinos del pueblo. De ella fantasea con que es, a diferencia de las demás mujeres, la única que se vestía para salir a la calle. Esa diferencia, o tal vez a causa de ello, la convierte automáticamente en forastera, en una persona no aceptada los vecinos. Parece que vive exclusivamente para proteger a Miquel, tan diferente de los demás niños, tan aplicado y respetuoso.
 
   En el colegio es acogido como un compañero más: aceptado por como uno más por algunos y recibido con suspicacias por otros. La pareja formada por Sagrario y Federico son sus mejores anfitriones, a pesar de no vivir en el pueblo. Con Ezequiel Lobo la relación es difícil. Es taimado y solitario. Argimiro, el director, es un personaje ambiguo, parece poco inmune a las presiones de los padres de Sonimo y no parece que vaya a dar la cara por sus compañeros. En cualquier caso, Héctor recibe varios consejos de sus compañeros que no sabe cómo interpretar. Le dicen que no se meta en las disputas de los chicos ni en los conflictos del pueblo, aunque le toque aguantar que le rayen el coche, que le tiren piedras o que le reten en clase con la mirada. "Nosotros aquí solo venimos a trabajar. No nos metemos en nada" le dice Federico. Los maestros se quejan del poco interés y de las miradas torcidas de los chicos. Estos apenas reciben incentivos para que trabajen en los colegio. 
 
  El recelo que levanta Héctor no sabemos si es causado porque es un recién llegado o porque las hermanas Cuervo han difundido el rumor de que él es el culpable de la constante presencia de los dos guardias civiles en el pueblo. Cavilan que utiliza las llamadas a su familiares en Madrid para advertir de todo lo que pasa en el pueblo, y en esos días empieza a ser noticia, y también los periódicos locales se hacen eco de ello, la aparicón de una gran cantidad de cadáveres de ciervos en la localidad. Los guardias civiles Sisinio y Patricio aparecen por el pueblo, escuchan lo que se habla y se comenta y, al menos, representan la autoridad en un pueblo que parece tener un sistema propio de resolver conflictos. 
 
  La persona que podría aportar algo de luz al asunto de los ciervos decide no hacerlo. Don Roberto, el veterinario, aunque no encuentra en los análisis ningún dato que pueda ayudar a esclarecer la verdad, prefiere ocultar los resultados y, de esta forma, continuar con el misterio que afecta en gran medida al bienestar de muchos habitantes de Sonimo. Los ciervos son una parte importante del sustento de las familias cuando la climatología es adversa. La caza de los ciervos, furtiva o no, aporta un dinero extra muy necesario en los años de malas cosechas. Por eso el autor señala que los del pueblo están "muy jodidos" este año.
       
  Llega el invierno y Héctor ya no va a poder irse todos los fines de semana a Madrid. El aislamiento es todavía más intenso. El invierno es duro y lo cubre todo con la nieve perpetua. Sofía León, la pelirroja, le dice con rabia que a los del pueblo no les gusta la gente de fuera."Tenga cuidado con lo que dice, aunque lleve razón. En Somino funcionan de esta manera. Así son las cosas en este pueblo"
 
  No ayuda a ganarse el respeto la ridícula escena en la que Héctor se olvida dentro las llaves de su casa. En una fría mañana de domingo tiene que aguantar las miradas escrutadoras y un poco irónicas de los que le ven en el bar vestido con zapatillas mientras espera que Federico le traiga otras llaves de repuesto.
 
  Casi cien ciervos aparecieron muertos víctimas de una extraña epidemia, y también descuartizados, en el atrio de la iglesia. La presión de los guardias se redobla.
 
  Héctor pregunta  por ciertas palabras que escucha en las voces infantiles de sus alumnos: los del Llano y los del Teso. Parece que el pueblo estuviese delimitado por una frontera invisible que hiciese imposible la convivencia entre las familias. En sus juegos, los niños reproducen esa rivalidad. Juegan a que son enemigos en todas las actividades, y reproduce en las actividades del colegio los comportamientos y desencuentros que han escuchado a sus padres. Los juegos suelen acabar mal. "Los niños han escuchado sus padres y entendido lo que ha sucedido o lo que han querido entender. Probablemente lo que ha sucedido de verdad es que ahora se pelean igual que sus padres", le dice Sagrario.
 
   Mientras tanto, los guardias civiles empezaron a pasar todos los días por el pueblo, aumentando la desconfianza y temor en los vecinos.
¿Qué temen? ¿Que se enteren del secreto del pueblo? 
¿Cuánto saben ellos, los civiles?
¿Quieren proteger al maestro de los abusos y de la cerrazon del pueblo?
¿Están investigando también las últimas muertes en el pueblo, incluidas las de los ciervos?
¿Por qué el veterinario quiere ocultar los resultados del laboratorio?