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Capítulo II. Españolas en tierras africanas

Continuamos viaje… con las españolas de otro tiempo que estuvieron en África. Este capítulo, en el que se nos narran las historias de Lady Smith e Isabel de Urquiola, trae como aperitivo el relato de Eugenia de Montijo y su relación con África en dos viajes muy diferentes.
El primero, en el que se sintió “sultana, faraona y exploradora intrépida”, a Egipto, El Cairo (no me resisto a enlazar unos momentos del desfile de las momias por la ciudad de hace unos días) y el Canal de Suez. (Qué curioso que, durante estos días pasados, hayamos visto una y otra vez el Canal de Suez en las noticias (con el famoso atasco), y ahora aparezca de nuevo, en esa aventura que la de Montijo nunca olvidaría. (Fijaos, el menú de la cena, entre otras curiosidades de aquel viaje).
El segundo, a la República de Sudáfrica, en una especie de promesa y peregrinación: “como una madre desconsolada por la muerte de su único hijo, caído en el campo de batalla contra los zulúes”.
Os dejo un episodio de podcast de Curiosidades  de la historia, del National Geographic: Eugenia de Montijo, la esposa española de Napoleón III.
Lady Smith. Una española entre zulúes (1798-1872). La historia de amor de la española Juana María de los Dolores de León, y su esposo, el oficial inglés Harry Smith, parece sacada de un “cuento de hadas”. Una vez más, al leer el relato de cómo ella y su hermana pidieron refugio y protección en el campamento de los ingleses, en el sitio de Badajoz, da a entender que la muchacha no tenía otra opción. Sin embargo, ese episodio en el que, cabalgó hasta el escenario de la batalla de Waterloo, buscando a Harry, desesperada… ¿sería verdadero amor? Lo que sí es cierto es que tenemos noticias de esta mujer valiente y (ojo) con un espíritu masculino de tal vigor de carácter…, gracias a las memorias de Harry Smith y la decisión de publicarlas de su descendiente. Sin embargo, todo (o casi todo, porque la realidad de lo que sucedería solo lo sabrían ellos) parece apuntar a que fue un amor a primera vista que se mantuvo durante décadas, y que soportó sobresaltos, ausencias, batallas, destinos en la India, en África…  Esta mujer fue gobernadora de El Cabo, que da nombre a una ciudad en Sudáfrica, Ladysmith era descendiente de Ponce de León, natural de Badajoz y estuvo en la batalla de Arapiles, en Salamanca, nunca más volvió a ver a su hermana, a aquella que la llevó al campamento inglés para pedir ayuda y que quizás la salvó. ¿Qué sería de ella? Lady Smith, vivió intensamente, al contrario que nuestra siguiente española:
Isabel de Urquiola. A la sombra de Iradier (1854-1911). Quizás a Isabel le ocurrió algo parecido a Mary Livingstone, (otra mujer detrás de un hombre), pero su tragedia fue levemente distinta: la admiración del principio que la llevó a acompañarle en su aventura, se volvió resentimiento, amargura y el convencimiento de que su vida con él había sido una equivocación. También a Manuel Iradier (como a Mary Slessor), le llegaron ecos de los logros de Livingstone, y se sintió impelido a emularlo, aunque le costó un mundo ser medianamente reconocido. Los ecos de Livingstone, de su sombra alargada, que aún nos influye…
Allá que se fue con su esposa y la hermana de ésta, allá que las dejó, en una isla (Elobey Chico) de la desembocadura del Muni (el estuario), en Guinea Ecuatorial, solas, a merced de las fiebres, sin agua potable, viviendo todas las incomodidades y los peligros y nada de emoción.
Como Mary, Isabel supo lo que era la pérdida de dos hijas (una pequeña recién nacida que se quedó en África y Amalia, de 21 años de edad que se arrojó desde un balcón en la víspera de su boda), y sufrió la enfermedad de manera virulenta. Toda la familia la sufrió. Este matrimonio que languideció, alejándose inexorablemente el uno del otro, contrasta con la familia que fundó su hijo Manuel Iradier Urquiola, y su esposa Doña Paca, que también quisieron emular el sueño africano gracias a las tierras que les concedió el rey Alfonso XIII. Quizás el hijo era tan soñador como el padre, pero Doña Paca enseguida se dio cuenta de que aquella empresa no tenía visos de funcionar, y se volvieron a Vitoria.
¿Qué habéis anotado en vuestros diarios de viaje? De las mujeres a las que nos ha aproximado Cristina Morató hasta el momento, ¿cuál os ha interesado más, os ha sorprendido más? ¿Habéis estado en alguna de las zonas en las que estuvieron nuestras viajeras y exploradoras?
No os olvidéis de investigar y compartir vuestros tesoros.
Vuestro turno. Salud, y largo viaje.