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Autora, prólogo y capítulo I.

Bienvenidos a África, lectores viajeros. ¿Cómo estáis? ¿Dispuestos a la aventura? ¿Tenéis preparados vuestros diarios de viaje?
La autora de nuestro libro de abril es Cristina Morató. Morató estudió periodismo y fotografía, y en su web podemos encontrar datos sobre su biografía y su trabajo (os recomiendo también que visitéis su perfil en Instagram): Desde muy joven ha recorrido el mundo como reportera, realizando numerosos artículos y reportajes. Tras pasar largas temporadas en América Latina, Asia y África, donde trabaja para la Cooperación Sanitaria Española en la actual República Democrática del Congo, en 2005 viajó por primera vez a Oriente Próximo visitando Siria y más tarde Jordania. Durante estos años alternó sus viajes con la dirección de programas de televisión, trabajo que decidió abandonar para dedicarse a escribir sobre la vida de las grandes viajeras y exploradoras olvidadas por la historia. Esta es la clave de Las Reinas de África. Viajeras y exploradoras por el continente negro.
En este vídeo,  la autora nos habla de las mujeres de su libro, sobre todo de la viajera Mary Kingsley, quizás su favorita (cuya historia comentaremos en unas semanas), y las palabras de Morató nos sirven para enmarcar qué es la “aventura”: viajar a un lugar del que no sabías si ibas a volver vivo. ¿Alguna vez habéis viajado a un lugar tan peligroso?
En el prólogo, la autora nos ofrece un repaso sobre las mujeres de su obra, y sobre todo nos advierte: “Las intrépidas viajeras victorianas recorrieron el continente negro, al igual que los grandes exploradores, con todos sus prejuicios a cuestas. Eran, al fin y al cabo, las representantes del Imperio Británico. (…) No juzguemos a estas damas por sus maneras algo cursis, su paternalismo hacia los africanos o sus excentricidades. A la hora de denunciar el horror, en sus más amplias facetas, no se quedaron atrás y tomaron partido a costa de represalias, burlas y el rechazo de su propia familia”.  En estas primeras páginas, Morató recrea la película de John Huston, La Reina de África, basada en la novela homónima de Cecil Scott Forester, y las peripecias que el equipo vivió allí (sería muy interesante leer el libro que la actriz Katherine Hepburn escribió: El rodaje de La reina de África o cómo fui a África con Bogart, Bacall y Huston y casi pierdo la razón. También hay una película (basada en un libro del mismo título) que cuenta lo que debió de ser aquel rodaje, Cazador blanco, corazón negro).
Desde luego, os recomiendo ver/revisitar la película (claro que después de saber que se metían en las aguas de un estanque, ya no se ve tan heróico… ¿? Os dejo la presentación que hicieron en Días D Cine Clásico RTVE, allá por  2019. Pienso que es una maravillosa introducción al libro: tenemos a la misionera Rose, que ha vivido diez años en la misión con su hermano, tratando de llevar casi la misma vida que en Inglaterra,  a Charlie Alnutt, un hombre rudo y algo borrachín… y una aventura en toda regla. ¿La habéis visto? ¿Cuál es vuestra opinión?
Capítulo I. Misioneras en África: civilizar a los salvajes.
Tanto Mary Livingstone (1821-1862), como Mary Slessor (1848-1915), demostraron tener una entereza física y mental increíbles. Hasta que la primera se rompió, claro. Parece que la segunda conservó la lucidez hasta el final…
La una, mujer de misionero devenido en famosísimo explorador, opacada por él; la otra, procedente de una familia pobre, arruinada por los excesos de un padre alcohólico y violento, cercada por la enfermedad y la muerte provocadas por la industria textil del siglo XIX   (terribles las condiciones en la fábrica de Dundee, estremece saber que esa contaminación aún perdura en los países en los que se fabrica mucha de la ropa que vestimos en el primer mundo…).
Comparando las vidas de estas dos mujeres, tengo la sensación de que Mary Slessor tomó las riendas, en tanto que Mary Livingstone, hija del reverendo Moffatt, criada en África, se dejó llevar… Quizás, también, vivió toda su infancia y primera juventud a la sombra de una familia (un padre y una madre) que eclipsaban todo a su alrededor.  ¿Cómo lo habéis percibido en vuestra lectura?
Se me quedó, también grabada, la sensación de que mientras Slessor, hacía, (es increíble la fortaleza de esta mujer, caminando descalza por las selvas y los manglares, negociando con los jefes de los clanes para tratar de rectificar esas costumbres tan violentas y sangrientas, incluso el viaje en canoa real, que me parece una fantasía, o cómo se sobreponía a la fiebre, a sus achaques, y seguía, continuaba…), decidía, Mary Livingstone, obedecía: esas escenas dando a luz un hijo tras otro, en medio de la nada, sin quejarse. Siendo la esposa de un misionero y yendo de acá para allá, en carreta, hacia una casa y hacia otra, como había vivido desde niña. Y no parece que Livingstone fuese un hombre especialmente cariñoso, en una carta deja claro que la ama, aunque nunca lo haya expresado. Debía ser un hombre bastante peculiar, un hombre con una misión a la que supeditaba todo lo demás, incluida su familia.
El fin de Mary Livingstone, con problemas de alcohol, enferma y envejecida prematuramente, (en la foto del libro, tiene una mirada totalmente perdida…), es muy triste. Sin embargo, ¿el fin de Mary Slessor es mejor? Pese a que perdió a un amor (el fin de su amigo, en Estados Unidos, es de lo más romántico según los cánones literarios: una muerte en soledad, tras perderlo todo, hasta el amor), fue una madre entregada para sus hijos adoptivos, tuvo grandes amigos, la apreciaban muchísimo los nativos, sus hazañas fueron reconocidas y fue genio y figura hasta su fallecimiento.
Creo que se me nota que he quedado más fascinada con la historia de Slessor que con la de Livingstone, incluso tengo anotado en mi diario de viaje, esta anécdota de sus vacaciones en las Islas Canarias: Las señoras europeas de Calabar le prepararon un elegante ajuar para su estancia en el hotel. Mary les aseguró que se pondría todos los vestidos durante sus vacaciones aunque no lo hizo (…) Al regreso, en el barco que la llevaba de nuevo a Calabar los pasajeros se quedaron sorprendidos al ver cómo cada noche cambiaba de vestido, y divertida comentó al capitán: Yo siemre cumplo mis promesas, soy una mujer de palabra.
El encuentro entre Mary Slessor y Mary Kingsley, que da lugar a una amistad sincera e intensa, también lo leeremos cuando lleguemos a la historia de Kingsley. A Slessor va a conocerla una famosa viajera; sin embargo, Mary Livingstone era esa mujer detrás del hombre, detrás del gran explorador.
Ya sabéis que las palabras de la entrada, destacadas en azul, llevan a enlaces. Os dejo aquí algunos otros (son vídeos) y os animo a que investiguéis paisajes, ciudades, hechos y personajes históricos que os llamen la atención. (No dejéis de ver las fotos que incluye la autora en el libro).
Dr. Livingstone, misionero y explorador en África (en inglés, subtitulado en español). Documental.
Ciudad del Cabo, Suráfrica. (Esta ciudad aparecerá una y otra vez, en el libro).
Calabar, Nigeria, hoy.
Cross River, Nigeria, hoy.
Fragmento de un episodio de la serie sobre Mary Slessor.
Vuestro turno, viajeros. Compartir vuestras notas, vuestros tesoros. 
(Fotografía De Paulalanputnam - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=29311052

Tráiler La Reina de África