La trilogía de Nueva York, IV

Hola a todas y todos, espero que estéis disfrutando de la lectura de este libro tanto como lo estoy disfrutando yo, hacía tiempo que no leía a Auster y se me había olvidado cuánto me gustaba. Para esta semana os propongo la lectura de los seis primeros capítulos de "La habitación cerrada", la tercera y última novela del libro. En total unas 75 páginas en mi edición (pp. 227-302).
 
ESTA SEMANA
Al igual que ocurre en las dos novelas cortas previas, en esta tercera novela acabamos enredados en una historia que habla también sobre la creación literaria, pero en esta ocasión parece que la cosa se focaliza en la figura del autor: ¿quién es el autor?, ¿qué es? Y además lo hace con una trama, en mi opinión, más novelesca pero que, igualmente, nos invita a reflexionar sobre la creación y sobre la identidad. Menudo crac Auster.
Nos zambullimos de lleno, desde las primeras líneas, en la vida de Fanshawe y de su amigo de la infancia (el narrador), que es quien está escribiendo un libro (acaso este mismo libro que estamos leyendo) sobre Fanshawe, sobre su desaparición, sobre su obra. En algún momento el libro me ha recordado a una de las tramas de "Conocerás al hombre de tus sueños" (You will meet a tall dark stranger), la película de Woody Allen, en la que hay un escritor desconocido muerto (o, más bien, en coma) y un escritor fracasado con un manuscrito extraordinario (que no es suyo) del que decide apropiarse. Pero en seguida la trama del libro va por otros derroteros.
Es fascinante cómo vas avanzando en la lectura sabiendo que algo tremendo va a pasar en algún momento, porque todo es demasiado bueno, demasiado perfecto. Y entonces llega esa carta, madre mía, esa carta.
¿Qué habríais hecho vosotros, vosotras, en esa situación y con una carta así?
Por otro lado es a raíz de esa carta, como bien dice el narrador, que la historia comienza. Y si crees que te imaginas lo que va a pasar en las siguientes páginas ya te anticipo que no creo que lo aciertes. Basta con que te fijes en las últimas páginas del capítulo sexto, es decir, las últimas páginas que os propongo esta semana, para que te des cuenta de que no te imaginabas por dónde iba a seguir este camino. Y lo que te rondaré morena.
Yo, lo del último capítulo, en fin, me ha dejado picueto. ¿Qué pensáis vosotras, vosotros?
Pasad buena semana de lectura.
Saludos cordiales, 
Pep Bruno