Nuestros Clubes de Lectura

Literatura de viajes

Club de lectura de poesía.

Literatura juvenil

Clásicos universales

Novelas de género (novela negra, ciencia ficción, etc.)

Segunda parte: hasta "El taller del diablo"

Libro que estamos comentando: 
La sustancia del mal
Ya está sembrada la semilla de la obsesión  de Salinger por el perturbador caso de los tres jóvenes, Evi, Markus y Kurt, asesinados en 1985 en el desfiladero de Bletterbach, un cañón arcaico y galería de fósiles, 8.000 metros de largo y 400 de profundidad, maravilloso parque alpino y museo al aire libre de la formación del Planeta.
 
Su débil estado mental, producto del estrés postraumático tras el accidente del rescate del helicoptero, no es el momento más óptimo para evaluar con distancia y objetividad un crimen que conmovió las bases de la pequeña sociedad que formaban las gentes del pueblo de Siebendoch. 
 
El asesinato tuvo como víctimas a dos muchachos y a mujer. Pero más allá del número de muertos, lo que sacudió las emociones de Siebendoch fue la manera en que los mataron. Algo que no olvidarán jamás.
 
Las primeas noticias del crimen que subrepticiamente llegan a sus oídos, como ya leímos en capítulos anteriores, se expresan en voz baja, como si los lugareños temiesen despertar alguna maldición que permaneciese oculta desde hace más de veinte años. 

En esta parte de la novela el interés de Sálinger fluctúa entre la búsqueda del o de los homicidas y el compromiso con la verdad. Desde el primer momento, y Max se lo dice expresamente, todos los del pueblo eran presuntos homicidas que poco a poco las cohartadas fueron excluyendo de la presunta culpabilidad. 
 
Sin embargo, en el momento en el que Salinger indaga en esa especie de secreto a voces que la policía no pudo o no quiso investigar con tenacidad, comprueba que los testigos de los hechos tienen sus propias hipótesis. Luis, el abuelete que conoce en el bar Lily o Verena, la mujer de Max, son el ejemplo de la personalidad de los habitantes del pueblo que durante años han ocultado sus sospechas o las han manifestado únicamente en la privacidad de sus círculo más íntimo. 
 
Todos repiten el mismo discurso: los habitantes de Siebenhoch son personas sencillas, que se conforman con poco, pero que son muy celosos de su intimidad ante los que quieren aprovecharse de su buena voluntad. A la vez ofrecen a Salinger un manojo de sospechas para explicar los secretos del cirmen: un asesino en serie, cazadores furtivos, el padre de Evi, los problemas con las drogas de Markus, monstruos que viven bajo el Bletterbach, un misterioso telegrama de un aun más amisterioso personaje, Oscar Gündwald, e incluso todos y cada uno de los que tenían en el pueblo alguna relación con los jóvenes.
 
Las indagaciones de Salinger provocan reaciones que sorprende que él no sea capaz de adivinar. Con respecto a su familia se complica la relación con su mujer, a la que jura respetar el año sabático sin encargarse de ninguna investigación para realizar más documentales. Él mismo reconoce enseguida que en eso, como en otras cuestiones, la miente. Con los habitantes del pueblo la situación es aun peor: temen que haga una película sobre el Socorro Alpino y presente a los muertos como incompetentes en sus funciones de operaciones de rescate. Por un malentendido se convierte en el enemigo de todos, que solo está interesado en remover el fango, en abrir las heridas ya cicatrizadas.
 
Él, por otro lado, no sé si muy consciente de los peligros de continuar investigando en este asunto, comienza a buscar las certezas que pueda conseguir: acude a los juzagados de Balzano para ver los atestados y los informes oficiales, consulta las fotos y los informes del crimen que están en poder de Max, se entrevista con personajes como Brigitte, que también tuvieron conocimento de primera mano  o participación activa en los hechos .... 
 
La novela también resalta, como ya hemos comentado anteriormente, la influencia de la naturaleza y del entorno en la personalidad de los habitantes de la región. Es muy interesante el capítulo dedicado al Kampusmeister y a toda la ceremonia que ocurre en la fiesta del día de San Nicolás, o la referencia de pasada de los movimientos terroristas que abundaron en la región poco después de la II Guerra Mundial.
 
 
Aunque la parte más oscura de esa naturaleza tan bella es la vuelta de Salinger a sufrir el zarpazo de la Bestia.
La Bestia existe de verdad, es el sonido del hielo, un hielo que se ha formado en 20.000 años y que cuando entras en sus grietas, las grietas de los glaciares, es aterrador. como dice Luca D'Andrea en una entrevista: “La obsesión es lo que anula la realidad. Nos hace creer lo que imaginamos y Jeremiah, mi protagonista, cree en la Bestia, que es la concreción de esta obsesión, como la ballena blanca de Moby Dick”.