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La novela de Genji, VI-IX

Libro que estamos comentando: 
La novela de Genji

Hola a todas y todos, aquí llegan las notas de esta semana (algo tardías porque he andado de viaje y no he encontrado el momento para ponerme con ellas). La lectura de esta semana es de cuatro capítulos (desde la página 215  a la 326 en mi edición). Preparaos que la cosa se pone muy intensa.

Al lío.

 

ESTA SEMANA

Como la semana pasada, voy por capítulos.

 

Capítulo 6 - Suetsumuhana

Me fascina la princesa Suetsumuhana, fea y, lo que es peor, muy torpe socialmente, pero que igualmente resulta irresistible para Genji (¿no os preguntáis por qué?), y eso a pesar de que ella pertenece a una estirpe, la del príncipe Hitachi, venida muy a menos, una imagen que refleja a la perfección la propia casa en la que vive: "La puerta de la fachada principal amenazaba con caerse, y el panorama que desde allí se veía era desolado y triste como el de un pueblucho peridod entre montañas" (p. 231). Y si no hay puerta que cierre no hay nada que pueda preservar la memoria, la etiqueta, el brillo del pasado.

 

Capítulo 7 - Una excursión de otoño

En este capítulo suceden muchas cosas bien interesantes, aunque me gustaría destacar el nacimiento del hijo del emperador (que en realidad es hijo de Genji y Fujitsubo, madredelamorhermoso) y del que el propio emperador (que no sabe nada de este asuntito) llega a decir: "He tenido muchos hijos, pero sólo a ti he querido como ahora quiero a éste. Quizás es el recuerdo de aquellos días que me induce a creer que se te parece." (p. 254), glups.

Por otro lado hay una imagen muy interesante: ese paralelismo entre el clavel silvestre (en referencia al hijo de Fujitusbo y Genji: "cómo se te parece el clavel silvestre", p. 255) y el clavel silvestre (en referencia a Murasaki: Ella descansaba sobre un tatami, reservada y hermosa como un clavel silvestre, p. 255): ambos como una promesa de futuro, de futuros. Para que no quepa duda ambas referencias están en la misma página, muy cerca una de otra.

Ocurre además la aventurilla con Nahisi (insisto, qué intensidad, es que no paran, son todos insaciables, no hay un momento para descansar) que es bien divertida y que tiene un poema inolvidable: "Por más mustia y seca / que esté la hierba, / el poni no tendrá queja / si se decide a acudir." Con la respuesta de Genji: "Si decidiese acercarme / a los bambúes de tu bosque, / temería que otros ponis / me echasen a patadas." (pp. 259-260). Demasiado.

No hemos hablado de los poemas, pero pienso que todos ellos son magníficos, todos dentro del contexto aportan un gran valor y algunos de ellos, fuera de contexto, son verdaderamente maravillosos. Me resulta fascinante cómo el hecho de escribir (caligrafía) y componer (poesía, belleza) amplifique cada momento y forme parte, de manera tan natural, de la trama. ¿Os pasa lo mismo a vosotras, a vosotros?

 

Capítulo 8 - La fiesta de los cerezos en flor

Este capítulo comienza con una situación que no deja de resultar incómoda para el lector contemporáneo, la reconoceréis en seguida porque hay una dama con la que Genji intercambia los abanicos en las primeras páginas. No es el primer momento en el que nos encontramos algo apurados leyendo este texto (Luis lo comentaba la pasada semana), pero, en cualquier caso, os invito a no descontextualizar la lectura: es un libro escrito hace mil años en una sociedad muy distinta a esta (igual que sucede con otros clásicos como los libros escritos en Grecia, Roma, Persia, Egipto... hace miles de años; aunque no hace falta irse tan lejos para sonrojarse con libros escritos en otros tiempos).

A esto añadimos esa voluntad por moldear a Murasaki: "Quizás su esperanza de convertirla en su ideal femenino no era completamente absurda." (p. 276)

 

Capítulo 9 - Aoi

Tal como se nos presentaba en el inicio de la novela, este libro es también un catálogo de procederes, un muestrario de comportamientos (de hombres y mujeres, más o menos ideales), por eso tiene tanta importancia la bronca que el ahora exemperador echa a Genji, especialmente cuando le dice: "Debes tratar a las damas con tacto y cortesía, y asegurarte de que no se sienten humilladas por tu comportamiento. No hagas enfadar nunca a una mujer." (p. 286), aunque no sé si esta bronca llega algo (o muy) tarde, ¿no os parece?

Tal como se indica en varias notas de mi edición, la primera esposa es siempre una elección de la familia, por eso Aoi es "importante para su carrera política" (p. 295). Ojo en este capítulo al pasaje de los carros en la fiesta, a los celos y el cabreo de Rokujo, y a la situación de Aoi, embarazada. Hay un suceso magnífico, fascinante, impactante, a partir de este incidente, en el que entra en juego un espíritu (no puedo dar más pistas). Fijaos en la importancia del sueño, en el asunto del desdoblamiento. Uff, es impresionante. Y tiene unas consecuencias brutales.

Brutales para Aoi. Brutales para Rokujo. Brutales para Genji. Y brutales para Murasaki. Y no puedo decir más. Pero el cierre de este último capítulo, ups, en la mansión de Nijo con Murasaki, es también, insisto, impactante.

Ah, nace Yugiri, el hijo de Genji y Aoi. Bienvenido a estas páginas.

 

Pasad una buena semana.

Saludos cordiales, 

Pep Bruno