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3ª parte. Hasta el capítulo 16.
Libro que estamos comentando:
L de ley (o fuera de ella)
Kinsey no encuentra nada en el petate que persigue con tanto afán. De repente tiene una revelación en lo que yo, al menos, no había caído. Al buscar entre las cosas del petate encuentra tampones, algo que no debería estar entre los objetos de higiene de una embarazada. La consecuencia lógica es que Laura no está embarazada y que lo que oculta bajo su abultada barriga es lo que Gilbert robó en la casa de Bucky.
Todas las idas y venidas por el hotel El Castillo Vacío no han servido para nada y solo queda que Ray y Kinsey comprueban si el presentimiento de la investigadora es cierto. El encuentro de los tres en la habitación de Laura sirve, al menos, para confirmar que es dinero lo que oculta en un falso chaleco, ocho mil dólares, aunque se suceden algunas sorpresas más que aportan algo de luz a este enredo que les ha llevado desde Santa Teresa a Dallas.
Voy a intentar resumir, aunque muchos de los detalles me suscitan preguntas que soy incapaz de responder. Ray y Laura son padre e hija, aunque no sé bien cómo se reconocen, ya que él ha pasado más de cuarenta años en la cárcel. Gilbert, el que robó el dinero en Santa Teresa, es el novio maltratador de Laura. Entre él, Ray, Johnny y un par de compinches más, robaron en 1941 un banco en Louisville (Kentucky). Johnny fue el encargado de esconder el botín antes de que fuera arrestado junto a sus compañeros. Fue el primero que salió de la cárcel, pero se ocultó y pasó anónimamente esos cuarenta años administrando sin ostentación una parte del botín, del que los ocho mil dólares que encontró Gilbert formaba parte.
¿Dónde está el resto? Todos recuerdan que, aunque habían pasado tantos años, las sacas con joyas, pagarés y dinero hacían suponer un botín mayor. ¿Por qué lo escondió tantos años sin gastarlo ni revelar su localización a nadie? Hay que suponer que las dos llaves en poder de Kinsey y Ray servirán para abrir los depósitos donde se encuentre el resto del robo.
Me cuesta entender los detalles que sirven para aportar coherencia a las líneas principales de este relato. ¿Por qué esperar cuarenta años para recuperar el dinero? ¿Por qué importa ahora si alguien fue un chivato o no? Lo importante es encontrar el dinero si es que este existe todavía.
Tampoco comprendo muy bien por qué Johnny escondió el dinero y ocultó a todos el lugar donde se encontraba. ¿Por qué no se lo dijo a su familia o a Ray, si es que este era de verdad su amigo?
El papel de Kinsey juega en toda esta historia tampoco se justifica con los hechos. Sin dinero para pagarse un vuelo de vuelta a Santa Teresa, sin la cobertura de Chester y sin posibilidad de recibir ninguna recompensa por la recuperación del botín escondido, solo su espíritu de sabueso le impide descolgarse del trío que forma con Ray y Laura.
Gilbert, el amante de Laura y antiguo socio en el robo, se convierte en el malo de la novela. Frío e insensible, es capaz de utilizar los métodos más brutales para conseguir lo que busca, que no es otra cosa que el dinero. Va repartiendo palizas a todo aquel que se cruza en su camino y no oculta cuando tiene que utilizar la pistola con silenciador, que todos saben que va a utilizar contra quien se entrometa en sus planes.
Laura ha querido engañar y deshacerse de Gilbert y sopesa emplear la ayuda de su padre y Kinsey para conseguirlo. Pero Gilbert se presenta en El Castillo Vacío para recuperar su dinero y se inicia una persecución por el hotel que acaba con este encendido en llamas y con sus huéspedes huyendo como pueden.
Los tres protagonistas, unidos por conveniencia, comienzan una huida en coche con la intención de escapar de Gilbert y de planear una estrategia para encontrar el botín escondido. Se dirigen hasta Louisville, donde suponen que Johnny pudo esconder el dinero y donde vive la madre de Ray.
¿Por qué tanto protagonismo de la ciudad de Louisville? Es posible que se deba a que es la ciudad natal de Sue Grafton y que quiera hacer un homenaje a su infancia, aunque no hace ninguna descripción reseñable de ella. Lo que sí es entrañable es la descripción de la madre de Ray, Helen, de la casa en la que vive y de su actitud positiva ante la vida, a pesar de que los achaques le impiden desenvolverse con comodidad fuera de su casa.