Guerra y paz. Libro IV. Parte I

Hola a todas y todos, nos adentramos ya en la cuarta parte de "Guerra y paz", el cuarto libro, aunque es algo engañoso porque tras este libro hay un Epílogo a modo de quinto libro que es también algo grueso. En fin, que vamos avanzando y compartiendo alegrias, aventuras, penas... con nuestros protagonistas.
Vamos al lío.
 
LIBRO IV. PARTE I
Comienza Tolstoi este cuarto libro como en las ocasiones anteriores: con reflexiones acerca del devenir de los días, el destino de las personas y el transcurso de los hechos históricos. Y como ha sucedido antes, son bien interesantes para afinar la mirada con respecto a lo que vendrá después.
Esta primera parte del cuarto libro incluye algunas pérdidas (hablo en plural, ojo). La primera se cita como de pasada y ocupa apenas un par de líneas. Ese aparente desinterés puede ser una manera de hacer escarnio, en fin, no sé, en cualquier caso me he quedado algo descolocado porque me ha parecido un recurso fácil (para sortear algunas dificultades) y una pérdida poco verosímil Y no puedo decir más, que ya he dicho mucho. Pero me interesa saber vuestra opinión al respecto.
El capítulo cuatro tiene un par de párrafos que, de alguna manera, reitera ideas parecidas a las que hemos leído ante las grandes batallas, las preparaciones decisivas, los hechos históricos... ¿no os parece?, esa especie como de resignación, de dejar que los hechos vayan transcurriendo, y, sobre todo, asignar el peso de la historia a los individuos. El párrafo es este: "La mayoría de los hombres de aquella época no prestaban atención alguna a la marcha general de los acontecimientos y se dejaban guiar por los propios intereses personales inmediatos; y fueron precisamente ellos los protagoniastas más eficaces de los sucesos de aquel entonces. Los que trataban de comprender la marcha general de los acontecimientos e intentaban influir en su desarrollo con actos de abnegación y heroísmo eran los miembros menos útiles de la sociedad. Lo veían todo al revés, y cuanto hacían con la mejor de sus intenciones no eran más que tonterías sin provecho" (p. 1.360) ¿Qué pensáis de todo esto?
Pero pronto se pone Tolstói manos a la obra y nos lleva bien cerca de nuestros protagonistas. Por un lado la historia de Nikolái Rostov con Sonia, su prima, y con María Bolkonski, se pone en marcha de nuevo y, os aseguro, no vais a poder dejar de leer estas páginas. Hay además una jugada que quiere ser maestra y se vira del todo (no diré más que es una carta, para que podáis identificar el momento del que hablo). Es un giro en la trama muy interesante (creo) y veraz. ¿Qué os parece cómo se quedan las cosas?
Por otro lado tenemos a Pierre, detenido por los franceses y acusado de incendiario. Se la está jugando Pierre, y no precisamente como un héroe que hubiera acabado con Napoleón (tal como tenía "planeado"). Está en guerra y no parece enterarse de nada, de nada. En compañía de Pierre vamos a vivir otra escena terrible, brutal (me recordó al momento del linchamiento de la pasada semana) con hombres de dos países, pero hombres, todos ellos con piel y corazón. La secuencia me hizo recordar un cuadro famoso y no digo más, pero espero con curiosidad vuestros comentarios.
Hay un ratito para el descanso y la alegría con un personaje recién llegado, Platón (tal cual), que me ha caído la mar de bien. Que tenga nombre de filósofo, que sea un típico mujik ruso, que viva con esa inocencia y esa alegría, contrasta con el momento del libro en el que estamos. Pienso que aporta un poco de aire fresco a estas últimas páginas tan duras. Y, por cierto, creo que me voy a aprender su oración para ir a dormir :-)
Y el final de esta primera parte nos lleva hasta Yaroslavl con los Rostov y, especialmente, Natascha y Andréi (y más personajes que no diré). Allí por fin sabremos qué ocurre con esta pareja, si estos corazones vuelven a encontrarse o no.
Y ya no puedo decir más, que mucho he dicho hasta aquí.
 
Pasad una buena semana de lectura y cuidaos mucho.
Saludos
Pep Bruno