Guerra y paz. Libro I. Parte II. cap. XVII – Parte III. cap. VII
Hola a todas y todos. Continuamos con esta apasionante lectura; esta semana terminamos los capítulos de la Parte II y nos metemos en la Parte III hasta el capítulo VII incluido. Son unas 100 páginas en mi edición.
Antes que nada: la semana pasada hubo pocos comentarios, puede que sea porque andáis en otras cosas, pero también puede que sea porque estemos leyendo demasiadas páginas por semana y vayáis arrastrando la lectura. Si fuera ese el motivo, decidlo, no tengo inconveniente en frenar algo, incluso en hacer alguna semana menos lectura para que podáis recuperar terreno perdido el resto. (Estaré atento a los comentarios.)
Parte II. Caps. XVII-XXI
Esta segunda parte continúa con la guerra, de hecho comienza el enfrentamiento y me resulta muy precisa una frase de Andrei Bolonski: "¡Ha comenzado! ¡Estamos combatiendo! ¡Es terrible y alegre a la vez!" (p. 258), terrible y alegre a la vez. Por otro lado el lanzarse al ataque mientras llueven las balas enemigas, al grito de "¡Hurra!" (p. 267), como hace Bagration, es algo que me deja completamente fascinado. Terrible y alegre a la vez.
Y al mismo tiempo algo patética cuando uno anda esperando alcanzar la gloria y lo que se encuentra es una torcedura de muñeca, como le pasa a Nikolai Rostov. Más adelante, en las últimas páginas de la lectura de hoy nos encontraremos con Andréi, Nikolái y Borís todos juntos y sabremos qué opinión inspira Andréi a Nikolái y viceversa (Borís será quien, sin proponérselo, propicie ese encuentro).
En este momento de barahúnda en el que la Muerte anda buscando cuerpos a los que abrazar, podemos observar el comportamiento de algunos de nuestros protagonistas: el propio Rostov, Tushin, Bolkonski, el oficial que no se acerca a las baterías y grita las órdenes asustado desde su caballo antes de salir huyendo a galope, Dólojov, etc.
Y antes de terminar la segunda parte, tras el cese de las hostilidades, la escena en la que Bolkonski defiende a Tushin es estupenda. Y, además, trae unas perlas: "Todo lo que sucedía era tan extraño, tan distinto de cuanto él había esperado" (p. 287), piensa Andréi mientras unas líneas más adelante Nikolái piensa: "A nadie hago falta. Nadie iene a socorrerme ni a consolarme. ¡Y en mi casa vivía amdao de todos, fuerte, alegre y amado! (...) ¿Para qué habré venido aquí?" (pp. 288-89).
Y de esta manera podremos ver una notable e importante diferencia entre uno y otro protagonista. Los dos ven perder el brillo de la idea de guerra, pero uno por las cosas que suceden dentro del ejército, mientras el otro sólo es capaz de verlo en la medida que le afecta a él.
¿Qué os parecen a vosotras, a vosotros, estos capítulos?
Parte III. Caps. I-VII
Mientras en Alemania la guerra sigue su curso en Rusia (y, más concretamente, en San Petersburgo) los intereses y los entresijos de la vida social. El protagonista de estas páginas es el príncipe Vasili quien, como no pudo hurtar la cartera de cuero para modificar el testamento, urde un plan para que la fortuna no se le escape.
Uno no sabe si es que Pierre es un necio de tomo y lomo o es que necesitaría a alguien (como hico en momentos decisivos Ana Mijáilovna Drubetskaya) que le ayude a nadar en los procelosos mares de la sociedad rusa. Quizás sea sencillamente eso: en todos los momentos que hemos visto a Pierre estaba como pez fuera del agua en las reuniones sociales. Yo no sé qué pensáis vosotras y vosotros, pero el tema del compromiso de Pierre con Elena es, sencillamente, alucinante. Yo no quiero comentar mucho (ya he hablado demasiado) y me gustaría saber qué opináis al respecto, porque, insisto, yo me he quedado boquiabierto.
Pero es que si esto fuera poco Vasili se va hasta Lisie-Gori para intentar que el tarambana de su hijo Anatole se comprometa con Marie, la hermana de Andréi. Si lo de Pierre me dejó picueto, lo de Anatole Kuragin yendo con su padre Vasili a pedir la mano de Marie es casi un vodevil tragicómico.
Atentos al viejo Nikolái Bolkonsky, cabeza de familia, y a sus intenciones con respecto a su hija Marie. Pero no os perdáis los anhelos de Marie que no son otros que disfrutar del "amor terrenal" (p. 320), vamos, del placer de la carne: que el matrimonio y los hijos y esas cosas están bien, pero que ella quería alguien que le hiciera disfrutar en la cama. Es que me ha encantado. ¿Cómo vivirían los lectores y lectoras de la época este planteamiento?, ¿qué pensáis?
Y mientras vamos conociendo estos anhelos vemos el vodevil con un buen puñado de protagonistas: Madame Bourienne, Lise, Marie, el viejo príncipe, Vasili y Anatole. De traca. Pero no os apuréis, que antes de terminar la lectura de esta semana sabréis en qué para esta petición de mano.
El último capítulo, el VI, nos lleva a la casa Rostov (por fin reciben carta de Nikolái, su hijo herido en el frente) y nos sirve de enganche para un final magnífico esta semana, el capítulo VII, donde encontramos a varios protagonistas juntos (tal como os avanzaba al principio de este post). ¿Qué os ha parecido este último capítulo?
Y, en general, ¿qué os han parecido estas páginas?
Os leo en los comentarios
Pasad una buena semana.
Pep Bruno