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Grandes esperanzas, LI-LIX

Libro que estamos comentando: 
Grandes esperanzas

Hola a todas y todos, aquí llegamos a las últimas páginas de este libro que, en mi opinión, ha ido ganando según avanzaba la lectura y que, desde hace al menos tres semanas, nos tiene completamente enganchados. Espero que hayáis disfrutado de la lectura tanto como yo.
Os recuerdo, tal como os avanzaba la pasada semana, que en unos días comenzaremos con la Prosa histórica de Alfonso X El Sabio, no todos los días se cumplen 800 años del nacimiento de una figura tan relevante. Ojalá os animéis a leer este libro con nosotros y nosotras.
Pero metámonos ya en harina.
 
CAPÍTULOS LI-LVIII
Llegamos al final de este viaje. Preparaos para los últimos y trepidantes acontecimientos y para los desenlaces (esperados algunos, inesperados en muchos casos). Ya sabéis que en situaciones como esta, final de un libro con muchos enredos, suelo ser algo más críptico para no destriparos la historia, y en esta ocasión no será de manera diferente, voy con pies de plomo a cada paso.
Os diré que hay dos bodas en estas páginas, una es una no-boda maravillosa (entenderéis ese no delante en cuanto leáis esas páginas), divertida y emocionante; y otra es una boda que algunos hace rato que estábamos esperando y que nos lleva a los orígenes mismos de toda esta historia, una boda a la que no hemos sido invitados pero de la que disfrutaremos igualmente. Me encantaron ambas bodas. ¿Y a vosotros, a vosotras?
También sucede el desenlace del escape (o no) de Magwitch, a lo que se suma alguna otra trama de la que no voy a decir nada pero que sucede cerca de un horno de cal (para que podáis identificarla). Es fascinante cómo los hilos se anudan y desanudan pero,siempre, vienen de lejos, casi desde las primeras páginas. Es muy interesante sentir que somos lo que hacemos, y que nuestros actos del presente pueden tener consecuencias en el futuro (algunas de ellas brutales). En cualquier caso ambos tramos de pura acción de la novela: la fuga (o no) y el horno de cal, espolean la lectura como si no hubiera un mañana. Qué manera de leer y tragar saliva en ambos momentos. ¿Qué os han parecido a vosotras, a vosotros? 
Todos los personajes van encontrando su acomodo en la historia, desde los personajes del Pip de los marjales hasta los personajes del señor Pip de Londres, todas las piezas van encajando (y no quiero decir nada, ains), para bien y para mal. Quizás quien más me ha llamado la atención en este engranaje final es Pumblechook, este hombre, y esto sí lo voy a decir, es como una mosca de la mierda que no deja de zumbar y acaba el libro sin recibir el manotazo que se merece. ¿No os parece? Es un amargor todo el rato. De alguna manera es como el "Factótum" de la posada del río (qué personaje), esta gente existe y hay que convivir con ellos. No sé qué pensáis al respecto.
Sobre lo que os decía un poco más arriba (somos lo que hacemos, y las consecuencias de lo que hacemos hoy pueden llegar mañana) capítulo aparte merece Herbert, acaso la única buena acción de Pip en su paso por la vida regalada. Fijaos cómo, si aplicamos esto que os digo, a la subtrama de Herbert, eso podría volver a Pip como un búmeran, ojalá. Veremos.
Los últimos capítulos (LVII-LVIII), cuando parece que todo se va calmando, tienen un giro de trama bien potente del que no voy a contaros nada, pero que os va a mantener en vilo unas cuantas páginas. 
 
CAPÍTULO LIX
Es el último capítulo del libro. Pasa el tiempo velozmente pero hay algún hilo que no se ha cerrado y en estas páginas, además de saber de Pip, podemos ver cómo se anuda todo. Es un cierre anticlimático magnífico, creo. Y también inesperado. Tal vez cualquier otra opción habría resultado inverosímil, ¿no os parece?
Siento no poder contaros más.
 
Os leo en los comentarios.
Pasad una buena semana
Pep Bruno