1ª parte. Leemos los dos primeros relatos.
Libro que estamos comentando:
El señor de las muñecas y otros cuentos de terror
El "terror", es decir, la sensación más intensa del miedo, significa perturbar de forma extrema el ánimo de una persona por un riesgo o daño real o imaginario. Y esa sensación, aunque es común en todos los seres humano, se manifiesta de distinta forma en cada uno de nosotros. Por eso, titular, como ocurre en este caso, una antología de relatos con el apelativo de "terror" es una decisión arriesgada que puede disuadir, confundir y provocar rechazo en los lectores.
En esta recopilación de relatos de la escritora norteamericana Joyce Carol Oates no todos se adscriben al género de "terror". En todo caso pueden producir cierta intranquilidad más cercana a la intriga o al suspense.
En la primera parte de la lectura comentaremos las dos primeras narraciones, EL SEÑOR DE LAS MUÑECAS y SOLDADO. Ambos tienen bastantes puntos en común:
- Los protagonistas son jóvenes o adolescentes y, en cualquier caso, seres humanos en proceso de formación y fácilmente maleables.
- Estos personajes presentan traumas, falta de relaciones sociales equilibradas y carencias afectivas que producen trastornos mentales y necesidad de recurrir al asesinato para satisfacer sus deseos e inseguridades.
- Los dos relatos están contados desde el punto de vista personal del protagonista. Esta técnica produce una yustaposición de dos planos narrativos, lo que el protagonista cuenta y lo que el lector intuye que pasa en realidad. Desde el principio se tiene la sensación de que nada es lo que parece.
- En estos dos relatos no hay giros soprendentes que den un vuelco final a la trama. Todo se desarrolla de forma progresiva y consecuente a como se ha contado hasta ese momento.
EL SEÑOR DE LAS MUÑECAS.
El anónimo protagonista presenta desde su infancia una fijacíon por las muñecas y una necesidad de poseerlas. La obsesión se inicia con la muñeca de su primita , prematuramente fallecida, y continúa durante su juventud, a pesar del rechazo que esta aficción produce en sus padres. Esta desaprobación le mueve a ocultar su inclinación en lo más oscuro y abandonado de las antiguas cuadras de la casa familiar.
Su afán por coleccionar las muñecas se va mezclando con las noticias de las desapariciones de niñas en el entorno del portagonista. Las niñas desaparecen a la vez que el joven dice que encuentra una nueva muñeca.
De forma casi imperceptible el lector deduce que, cuando el protagonista anónimo se refiere a la incorporación de una nueva "muñeca encontrada" a su colección, lo que expresa es un eufemismo para referir que, en realidad, el joven es un depredador sexual de jovencitas.
Toda su vida gira alrededor de sus muñecas y de sus afanes por tener más, sin embargo no muestra una patología compulsiva, más bien actúa de forma metódica y reflexiva. Es plenamente consciente de los riesgos que corre de ser descubierto, por eso necesita la colaboración de un Amigo, un personaje ficticio e imaginario que actúa como tutor o maestro en los juegos y andanzas del joven.
¿Qué detalles destacaríais de la personalidad del joven protagonista?
- El aislamiento y la soledad como origen de la presencia del Amigo.
- Falta de empatía hacia los demás. No le importa el sufrimiento de las niñas que asesina.
- Para él no existe ningún complejo de culpabilidad.
- Tampoco muestra afecto por su familia. Vive con su madre por comodidad, porque le facilita continuar con su oscura obsesión.
El lector enseguida percibe que su amigo imaginario es una externalizacion de su personalidad. Al principio el amigo le sirve de acicate y, a modo de conciencia, le dirige en sus actos, pero al final la influencia del amigo desaparece. Ya no necesita un amigo ni un consejero. Él ya es capaz de actuar plenamente consciente de sus actos.
La truculenta actividad delictiva del protagonista, un asesino en serie juvenil, no puede durar eternamente. Al final inevitablemente todo se tiene que descubrir, y ocurre de la forma más lógica, pero no menos inquietante.
SOLDADO
Ciertos aspectos de este relato adquieren en estos días una sorprendente notoriedad. Los disturbios y las protestas que están teniendo lugar en los Estados Unidos se originan por una respuesta policial excesiva ante un incidente menor. George Floyd, un afroamericano de 46 años, murió hace unos días, después de que un agente de la policía (blanco) presionara el cuello de Floyd durante ocho minutos y 46 segundos con su rodilla, que no levantó cuando el hombre aseguraba que no podía respirar ni tampoco cuando éste perdió el conocimiento.
Supongo que el título hace referencia al sentimiento supremacista del personaje protagonista, un joven huérfano de padre que crece en un ambiente racista de desprecio y miedo hacia los negros. 'Iba armado no porque quisiera hacer daño a nadie sino porque quería proteger a otros'.
El lector norteamericano tendrá un detalle adiccional sobre el sinsentido de los actos que aquí se cuentan, ya que Joyce Carol Oates lo sitúa en el Condado de Glassboro, en el estado de Nueva Jersey, un estado en el que los conflictos raciales no son habituales.
Brandon Schrank es juzgado por el asesinato a quemarropa de un joven negro. Brandon debe presentar ciertas deficiencias psíquicas porque desde pequeño sufre el acoso de sus compañeros de colegio y de su familia. Su declaración de los hechos presenta evidentes contradicciones con las declaraciones de los testigos y las pruebas aportadas por los abogados de la acusación.
Al igual que en el relato anterior, el protagonista recurre a un discurso que, cuanto más se detalla, más difiere de los hechos reales. Brandon, al intenta exculparse, justificando sus actos en una supuesta defensa propia, deja en evidencia las incoherencias de su declaración.
Sobrecoje en este caso la respuesta social de los vecinos donde ocurren los hechos. La familia y la mayoría de los conciudadanos de Brandon muestran constantes manifestaciones de apoyo de forma más o menos tácita. En Glassboro las actitudes racistas no están en la mente de los ciudadanos, sino que perviven en la sociedad.
Claridad y sobriedad podrían ser algunos de los calificativos con los que se podría definir la prosa de Joyce Carol Oates. Narra con párrafo limpios y fácilmente comprensibles, con las palabras justas y describiendo de forma natural aspectosl oscuros de la mente humana, y más concretamente, de dos productos de la actual sociedad civil norteamericana.