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El príncipe de la niebla: hasta capítulo 13

Libro que estamos comentando: 
El príncipe de la niebla

Comenzamos hace ya dos semanas con la siguiente premisa: 

Corre el año 1943. A causa de la guerra, la familia Carver se traslada a un pueblecito al lado de la costa para cambiar de vida y alejarse del horror. Se mudan a una casa cerca de la playa que, hace muchos años, perteneció a los Fleischmann, un matrimonio adinerado. Era una familia poco querida en el pueblo debido a su personalidad retraída y fría. Sin embargo, todo eso cambió cuando tuvieron a su primer hijo, Jacob, al que amaron desde el primer minuto y trajo luz a su vida solitaria. Pero su felicidad no duraría mucho pues, a la edad de cinco años, el pequeño moriría ahogado, sumiendo al matrimonio en una oscura tristeza. Lo que los Carver no saben es que lo que allí aconteció no pertenece al pasado y que ellos sufrirán las consecuencias de haber escogido como nuevo hogar un lugar marcado por la tragedia”

Hemos llegado al ecuador de nuestra lectura compartida y esta semana tenemos la tarea de leer los siguientes cuatro capítulos, los que van del capitulo diez hasta el trece, ambos incluidos.

Ahí va el resumen de estos:

Diez: Víctor Kray, viviendo en otra ciudad, se encuentra con Caín ejerciendo de vidente en una carpa de una feria. Entra y habla con él; el mago medio lo amenaza, pero el chico se va; un reloj parece andar al revés. Entra en la universidad y se hace amigo de Richard Fleischmann; se enamoran de la misma mujer, Eva Grey, hija de un catedrático de la universidad. El día en que se gradúan, se emborrachan mucho. Llegan a una feria, medio fantasmal, y allí tiene la carpa Caín. Fleischmann entra y a los dos meses se casa con Eva. No los vio en muchos años, pues no fue ni a la boda. Un día, Richard lo visita y le confiesa que le pide el amor de Eva; le debe entregar el primer hijo; él le da una medicina a su mujer para que no quede embarazada; esta entra en crisis. Caín monta un circo siniestro y Kray descubre que, en realidad, son una banda de estafadores, ladrones y criminales; se hace acompañar de un gato de ojos brillantes. Caín sube con su tropa al barco para ir a Francia, pero una gran tormenta los devuelve a la costa, con el naufragio. Kray piensa que se ha salvado él solo, pero no es verdad; lo comprueba cuando Jacob, el hijo de los Fleischmann, muere.  

Once: Vuelven a casa los hermanos. No saben qué pensar de la historia. Max ve una película que ha filmado el Fleischmann. Son las estatuas de los payasos en el jardín; un reloj de cadena, en la mano del payaso central, Caín, anda hacia atrás. La cámara se acerca y se ve que la estatua tiene vida. Abre la boca y se ven unos colmillos como de lobo. Un gato dibujado en el suelo le recuerda la mascota de su hermana Irina; hace dos días que no lo ve, y le da igual. Sus padres no llaman esa tarde. Se va a dormir; la niebla surge del jardín de las estatuas.

Doce: Max despierta tarde y encuentra una nota de su hermana Alicia, diciendo que estará con Roland en la playa. Su reloj, regalo de su padre, no va bien. Va allá; los ve besándose; no quiere estropear el momento y se va. Visita el cementerio del pueblo; hay un mausoleo con la tumba de Jacob Fleischmann, el niño ahogado hace mucho; en la lápida ve la estrella en el círculo de Caín. Entra; todo da sensación de abandono. Se le cae el reloj; ve una sombra andar por el techo, al revés; es una de las estatuas de los ángeles de piedra que custodian la entrada; se transforma en el rostro de Caín. Queda paralizado cinco segundos; logra huir. Visita a Víctor Kray; le dice que se olvide de todo, que es peligroso. Vuelve a casa y su hermana no ha regresado. Lee a Copérnico, el libro regalo de su padre.

Trece: Van a la playa y en un viejo bote se acercan al pecio del “Orpheus”. Bajan buceando Roland y Alicia. A la vuelta, una sombra alargada se acerca; los jóvenes nadan a la desesperada a la barca. Max ayuda a subir a su hermana; la sombra se lleva a Roland. Max se pone las gafas de buceo y desciende. Ve una luz tenue en un camarote del barco. Toma aire y baja otra vez; entra y ve la sombra amarrando a Roland. Max se enfrenta a ella, pero no es nada, es transparente. La sombra adopta el rostro del payaso y el cuerpo del ángel del mausoleo. Logra agarrar a su amigo y lo sube a la barca. Le aplica respiración artificial y lo salvan. Los tres se duermen en la cabaña de la playa que Roland posee.

Lugar y tiempo

1. Lugar: la acción se desarrolla en una población costera inglesa, en el sur de ese país. No se cita ningún topónimo; es una villa marinera típica, con su faro, puerto pesquero y playa. Se ofrecen dos topónimos en la novela: Londres y Southampton, de modo que podemos, aproximadamente, ubicar la localización de la acción narrativa en el sur de Inglaterra, próxima al paso de Calais. La “casa de la playa” es el foco de la acción, pues ahí vive la familia. Sin embargo, la playa con su caseta, el faro y el propio mar, donde descansa el pecio del barto “Orpheus” tienen mucha relevancia en el desarrollo argumental.

2. Tiempo: el tiempo de la escritura corresponde al año 1993 (momento de la primera edición) y, acaso, años previos. El tiempo de la acción narrada se precisa exactamente en la novela: junio de 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. El 23 de junio es el día en que ocurre la acción más dramática (y de años distintos). La duración de la acción, en sentido estricto, también lo conocemos: cuatro días alrededor de la fecha señalada. En un sentido amplio, existen analepsis que remontan la acción a muchos años atrás, como cuando Víctor Kray cuenta su infancia y juventud; ocurre lo mismo con la muerte y “resurrección” de Roland cuando es un niño.

La Figura del narrador

Un narrador omnisciente, en tercera persona, es el responsable del relato. Posee una omnisciencia parcial, pues no conoce, o prefiere no dar a saber, muchos de los datos que, a medida que avanza el relato, sirven para entender el sentido. La gran incógnita sobre Caín es el ejemplo mayor, claro está.

Es bastante objetivo, en el sentido de que cuenta sin valorar demasiado lo que pasa y ve. Sin embargo, su acercamiento a Max lo vuelve en subjetivo. El texto está focalizado desde Max; eso implica que las apreciaciones subjetivas de este personaje son las que nos llegan a nosotros.

Nunca se manifiesta en primera persona, pero su decisión de “ver” a través de los ojos de Max (y, a veces, de otros, como Alicia en el ejemplo del punto siguiente, sobre el estilo) lo transforman en un contador más subjetivo, pero sin perder nunca del todo la objetividad.

Espero que os esté gustando y enganchado y que os provoque una impaciencia sobre qué va a suceder cada vez que pasáis de página.

Feliz semana de lectura

Alejandro