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Capítulos 36 a 41

Libro que estamos comentando: 
El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

Hola a todos y todas, estamos ya terminando el primer libro del Quijote, nos quedan apenas unos capítulos, y vamos viento en popa (y a toda vela). Hemos pasado ya la parte más ardua (según creo) que es la de Sierra Morena y todas las historias intercaladas, pues esta semana terminamos con la historia de Zoraida y el cautivo, y volvemos a las andanzas de don Quijote y Sancho, al buen humor, a las asombrosas historias y los encantamientos. En dos semanas habremos terminado con la primera parte del Quijote y tras el descanso de la Semana Santa nos meteremos de lleno en la segunda parte, un libro publicado 10 años después y en el que no dejaremos de disfrutar del caballero y su escudero a cada página. Pero de esto hablaremos más adelante (porque en verdad bien merece hablar con detenimiento de las diferencias entre el primer Quijote y el segundo).

Ah, la pasada semana comentasteis poquísimo, espero que, como decía uno de los compañeros, se debiera a que el Curioso impertinente os dejó con pocas ganas de comentar y no porque se os van pasando las alegrías u os vais quedando rezagados en la lectura. Aunque sea virtual este es un club de lectura, y los clubes de lectura, como bien sabéis, se alimentan de los comentarios de sus lectores. Así que espero vuestras opiniones como aguas de mayo (en estos días que todavía son de marzo).

Pero vayamos al lío.

 

En el capítulo XXXVI se resuelve por fin el enredo de Cardenio, Luscinda, don Fernando y Dorotea. Enredos de este tipo hoy en día no sé si tendrían cabida y nos pueden dar la medida de lo estricta y rígida que era la moral y la sociedad en aquel entonces. Cervantes hace que prevalezca la palabra dada y el amor sobre el deseo y las malas maneras de hacer las cosas (porque aquí Cardenio y don Fernando han actuado fatal, no sé cómo lo veis vosotros: uno cobardica y el otro caprichoso), ¿y qué pensáis de las dos mujeres protagonistas?, ¿os parece bien su forma de actuar y de hacer las cosas? Ya hemos hablado en varias ocasiones de las mujeres protagonistas de este libro, ¿cuál creéis que era la mirada de Cervantes en este sentido?

 

En el capítulo XXXVII entra de nuevo don Quijote en escena (¿no os parece esta parte del libro como un vodevil con un montón de personajes e historias que se van entrecruzando y dando el testigo de la palabra?), se aclara si es Dorotea o Micomicona (ay, pobre Sancho), aparecen dos nuevos personajes, el cautivo y Zoraida (la última historia intercalada del libro) y se inicia el discurso de Las armas y las letras, el segundo discurso del libro (el primero era el de La edad de oro, ¿lo recordáis?). Este discurso de don Quijote va a ocuparla última parte de este capítulo y el capítulo XXXVIII entero (es muy breve). El discurso de las armas y las letras hace referencia a una cuestión que era tema de conversación recurrente en la época ¿qué era más importante, las armas o las letras?, y como os podéis imaginar de esto Cervantes sabía mucho (fue soldado y espía para la Corona; y fue hombre de letras). Leed el discurso y sabréis cuál era la opinión de Cervantes (¿o de don Quijote?).

 

Los capítulos XXXIX, XL y XLI contienen la historia del cautivo y Zoraida. Personalmente es la que más me interesa de todas las historias intercaladas del libro porque habla de algo de lo que Cervantes sabe mucho: el cautiverio en morería, el propio Cervantes pasó cinco años prisionero en Argel y, como podréis ver en estos capítulos, aprendió y vivió mucho allí (es más, hasta pone en boca del cautivo las historias de un tal Saavedra que no es otro que el propio Cervantes: una pregunta os hago ¿por qué creéis que habla de ese soldado como Saavedra y no Cervantes?, a ver si coincidimos con la respuesta). La historia de cómo fue atrapado el cautivo (llena de datos y hechos reales vividos por el propio autor) y de sus desventuras en los baños (o cárcel) están llenos de verdad, son historias bien sabidas por Cervantes. Quizás lo menos verosímil resulte la transformación de Zoraida en María y cómo ella ayuda para que la fuga llegue a buen fin (a pesar de las dificultades que, como veréis, son muchas); ¿qué pensáis de la verosimilitud de este asunto vosotros, vosotras?

Y a partir de aquí se acabaron las historias intercaladas. Volvemos a los caminos y las aventuras ya hasta la última página de este y todo el segundo libro.

Feliz semana de lecturas

Pep Bruno

 

 

 

Créditos de las imágenes. El discurso de Las armas y las letras, cuadro de Manuel García "Hispaleto" que está en el Museo del Prado, tomado de aquí. Los cautivos y Zoraida, de Jaime Pahisa y Laporta tomado de aquí. El bajel de los cristianos remando en la noche, grabado de Dorè tomado de aquí.