El curioso incidente del perro a medianoche: Capítulos 2 a 73
Bienvenidas, bienvenidos, a la lectura compartida de este mes de mayo del club de lectura de literatura juvenil “Leolo”
El curioso incidente del perro a medianoche tiene lugar en el año 1998 en la ciudad de Swindon, Inglaterra, y sus alrededores. El narrador de la historia, Christopher John Francis Boone, de quince años , descubre una noche el cuerpo asesinado del caniche de su vecino, Wellington, en el jardín delantero de su vecino y se propone descubrir al asesino. Su investigación a veces se ve favorecida y otras veces obstaculizada por la forma leve de autismo con la que vive. Después de que Christopher golpea a un policía en un malentendido en la escena del crimen, la policía detiene a Christopher. Liberan a Christopher con sólo una severa advertencia, con la condición de que les prometa a ellos y a su padre no investigar más el asesinato.
Christopher narra su investigación en un libro (el libro que estamos leyendo) como parte de una tarea escolar. Haciendo caso omiso de las repetidas advertencias de su padre, Christopher investiga la escena del crimen y realiza entrevistas con los residentes de su barrio. Descubre una trama más enredada de lo que parecía al principio cuando descubre que su padre y la dueña del perro asesinado, la Sra. Shears , tenían una aventura romántica. Posteriormente se entera de que su aventura comenzó como reacción a otra relación, una que mantuvieron el Sr. Shears y la madre de Christopher , antes de que ella desapareciera de la vida de Christopher.
En la escuela, Christopher se prepara para un examen de matemáticas de nivel A que le permitirá asistir a la universidad, una hazaña que ningún otro niño de su escuela ha logrado. También continúa trabajando en su libro. Una tarde, al regresar a casa, Christopher deja accidentalmente su libro a la vista sobre la mesa de la cocina. Su padre lo lee, se enoja y lo confisca. Más tarde, Christopher busca el libro y descubre una serie de cartas, escondidas en una caja de camisas en el armario de su padre, dirigidas a él por parte de su madre supuestamente muerta.
El número de los capítulos de esta novela no sigue un orden convencional, sino que están numerados siguiendo el orden de los números primos. Esto es debido a la afición que tiene su protagonista, Christopher, para las matemáticas y los números primos, y es parte de la narración subjetiva y personal que hace Christopher de su historia, contándonosla desde su perspectiva única y especial.
Empezamos este resumen del libro analizando lo que sucede capítulo a capítulo:
Capítulo 2: 7 minutos después de medianoche, el narrador encuentra a Wellington, el perro de su vecina, la señora Shears, muerto sobre el césped con un horcón clavado en su cuerpo. Se pregunta quién lo habrá matado.
Capítulo 3: Presentación del narrador (protagonista). Se trata de Christopher (Christopher John Francis Boone de nombre completo), quien explica que tiene dificultades para reconocer las emociones de los otros, por ejemplo, a través de expresiones faciales. Christopher muestra al lector algunos dibujos de expresiones faciales que Siobhan le enseñó cuando la conoció por primera vez, e indica que de entre todas ellas solo reconoció la carita de felicidad y la de tristeza.
*Nota: Christopher se desvía a menudo de la historia principal, por lo que los capítulos alternan entre la trama presentada en el primer capítulo, y otros pensamientos y recuerdos del protagonista, como este.
** Aunque la novela no lo revela explícitamente por su nombre, las características que describe su narrador sobre sí mismo, como las que encontramos en este capítulo, son propias de la gente con una condición de espectro autista, como podría ser el síndrome de Asperger.
Capítulo 5: Volviendo a la noche del incidente del perro, Christopher arranca la horca y abraza al perro. Aparece la señora Shears y le grita, cosa que a Christopher no le gusta. Suelta al perro y se tapa las orejas para no oír los gritos.
Capítulo 7: Christopher revela que este relato es en realidad una novela policíaca que ha escrito él mismo. Dice que normalmente no entiende las novelas, pero que el género policíaco le gusta porque trata de un acertijo (descubrir quién mató a alguien). Siobhan le dio consejos para escribir su novela, pero él quiere escribir sobre algo que le pasó de verdad, y por esto nos cuenta el incidente del perro, desde el principio.
Capítulo 11: Aparecen dos policías y empiezan a hacer preguntas a Christopher sobre el perro y sobre si le ha hecho algo. Christopher se siente abrumado por las preguntas y se hace un ovillo en el suelo. Cuando uno de los policías lo agarra, Christopher le pega.
Capítulo 13: Christopher nos cuenta que este no va a ser un libro divertido .
Capítulo 17: El policía lo arresta por agresión a un agente, y Christopher se siente más aliviado porque esto es lo que dicen los policías en la tele y es algo que reconoce. Sube al coche y piensa en la Vía Láctea al mirar al cielo desde la ventana.
Capítulo 19: Christopher cuenta la razón por la que los capítulos están enumerados con números primos y no de forma convencional. A Christopher le gustan los números primos, explica cómo se obtienen, y reflexiona: muy lógicos, pero sin manera de averiguar cómo funcionan.
Capítulo 23: En la comisaría, Christopher tiene que vaciar sus bolsillos y describe todo lo que saca de ellos. La policía le pregunta por su familia, y Christopher revela que tiene un padre, pero que su madre está muerta, y el tío Terry y su abuela Burton no viven con ellos. En la celda se pregunta si la señora Shears habrá mentido a la policía y dicho que fue él quien mató al perro.
Capítulo 29: Christopher explica que la gente le causa confusión. No es capaz de interpretar su lenguaje no-verbal y expresiones, así como las metáforas que utilizan al hablar, porque son palabras que no tienen relación lógica entre ellas.
Capítulo 31: Llega el padre de Christopher a comisaría y le saluda juntando su mano con la del chico en forma de abanico, cosa que hacen porque a Christopher no le gustan los abrazos. Un inspector interroga a Christopher y le da una amonestación. Se va con su padre a casa.
Capítulo 37: Christopher nunca dice mentiras. Esto es porque para decir una mentira tienes que inventar algo que no pasó para sustituir a lo que pasó de verdad, pero hay demasiadas cosas que no han pasado que el hecho de escoger una es demasiado abrumador para él.
Capítulo 41: Christopher se disculpa con su padre, pero este no quiere hablar de ello ni de quien mató al perro. De vuelta a casa, Christopher descubre a su padre llorando.
Capítulo 43: Conocemos la historia del día en que su madre murió hace dos años. Su madre no está en casa cuando vuelve de la escuela, y su padre trata de localizarla al volver del trabajo. Más tarde, su padre le dice que su madre está en el hospital por un problema de corazón y que Christopher no puede visitarla porque necesita estar sola.
Capítulo 47: A la mañana siguiente, Christopher ve pasar 4 coches rojos seguidos desde el autobús del colegio, lo que hace que sea un Día Bueno. Cuenta que determina los Días Buenos, Días Bastante Buenos y Días Súper Buenos según el número de coches rojos que ve pasar, y los Días Negros si ve pasar a 4 coches amarillos seguidos. A Christopher no le importaría ser astronauta, aunque sabe que es muy difícil, y quiere estudiar matemáticas y/o física en la universidad. Christopher decide que descubrirá quien ha matado al perro, puesto que es un Día Bueno.
Capítulo 53: Su madre murió 2 semanas después de irse al hospital. Solo tenía 38 años y sufrió un ataque al corazón, cosa que Christopher encuentra sorprendente ya que vivía de forma saludable. La señora Shears vino aquella noche a prepararles la cena.
Capítulo 59: Christopher comienza su investigación, aunque su padre le dijo que no lo hiciera. Dice que no siempre hace lo que los demás le piden porque no son lo suficientemente concretos en sus instrucciones, menos Siobhan, quien lo describe todo detalladamente. Christopher va a casa de la señora Shears y le dice que no mató a Wellington. Luego descubre la horca – el arma del crimen – en el cobertizo de la señora Shears. Christopher concluye que la misma señora Shears probablemente no mató a Wellington, pero que lo hizo alguien conocido por ella con acceso al cobertizo. La señora Shears lo ve y le echa fuera.
Capítulo 61: Christopher no cree en la existencia de un cielo donde van los difuntos, y se acuerda del reverendo Peters. Christopher entiende solo una concepción científica de la muerte, y no cree que los muertos puedan ir a otra parte. A su madre la incineraron, y Christopher a veces piensa en los lugares por donde se han repartido las moléculas de su madre.
Capítulo 67: Christopher decide ir a hablar con los otros vecinos de la calle para descubrir más sobre la muerte de Wellington. Elabora un mapa y empieza a cuestionar a la gente, pero sin obtener ningún resultado satisfactorio. Tras este fracaso, piensa en razones para las cuales alguien hubiera querido matar a Wellington, y concluye que el principal sospechoso es el señor Shears (el exmarido de la señora Shears), que podría haberlo hecho para ponerla triste.
Capítulo 71: Christopher dice que los otros chicos de la escuela son estúpidos, y no entiende por qué no puede decir que lo son. Él quiere demostrar que él no es estúpido sacando un sobresaliente en un examen de Matemáticas de los cursos superiores de la escuela, que su padre luchó con la escuela para que pudiera hacer. Después del examen, Christopher quiere mudarse con su padre e ir a la universidad.
Capítulo 73: Christopher solía pensar que sus padres se divorciarían a causa de sus problemas de conducta, que hacían que se discutieran mucho y le gritaran también a él.
Para finalizar:
El protagonista de la historia es un muchacho de 15 años, llamado Christopher Boone, quien sufre de síndrome de Asperger, una forma leve de autismo que le impide ser capaz de percibir y comprender emocionalmente al mundo que le rodea, sin que esto signifique una limitante para su innata inteligencia.
“El curioso incidente del perro a medianoche” es una novela que nos obliga a replantearnos la coherencia de lo que suponemos es una sociedad sana, que al verse enfrentada a una mente joven, inocente y sincera afectada por el síndrome de Asperger tambalea y se desgrana, en definitiva, un gran acierto de Haddon construida bajo un ambiente agridulce, detectivesco y plagado de explicaciones matemáticas que nos cautivarán.
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Nos vemos el próximo lunes.
Feliz Semana de lecturas
Alejandro López