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El Almanaque de mi padre: Cap.4 al Cap. 6

Libro que estamos comentando: 
El almanaque de mi padre

 

Hola, con un poco de retraso, pero aquí está la segunda entrada de este maga tan lleno de emociones como es El almanaque de mi padre de Jiro Taniguchi

¿Qué hemos leído hasta ahora?

El incendio destruyó la peluquería con la que Takeshi, el padre de Yoichi, daba de comer a la familia. Sus suegros le prestaron dinero para que pudieran comenzar de nuevo, pero aquello supuso una humillación para Takeshi, ya que aquéllos siempre habían sospechado –injustamente- que se había casado con su hija por dinero. Decidido a devolver hasta el último céntimo lo antes posible, se entrega al trabajo sin darse cuenta de que ello está perjudicando a su matrimonio. Su esposa, Kiyoko, conoce a otro hombre y acaba abandonándolo a él y a sus dos hijos. Fue a partir de esa ruptura cuando Yoichi, y de esto él mismo se va dando cuenta en el transcurso del velatorio, empezó a formarse una imagen distorsionada y errónea de su padre, al que interiormente acusaba de ser frío, distante y ausente. Yoichi se desconectó de su familia y ya no tuvo más idea que la de abandonar su pueblo. Y eso hizo. En cuanto tuvo la edad y la oportunidad, se marchó a trabajar a Tokio y en quince años sólo volvió una vez. Reconstruyó su vida en la capital y siempre utilizó el exceso de trabajo como excusa para no regresar. Y es ahora, gracias a los recuerdos de otras personas que lo conocieron, cuando toma conciencia de su error: su padre era, de hecho, alguien admirable a quien la ausencia de su hijo le afectó mucho más de lo que jamás había imaginado. Y él, por su parte y sin darse cuenta, ha acabado convirtiéndose en su madurez en el tipo de persona que creía era su padre.

En muchas críticas y reseñas se ha calificado a este comic como “obra maestra”, término tan sobado que a menudo pierde su significado. Pero en este caso, sí es cierto que desde el principio el lector con cierta sensibilidad puede darse cuenta de que se halla ante un trabajo con una fuerza poco corriente, una obra capaz de llegar a lo más profundo tocando emociones comunes a todos nosotros. Reconciliarse con el pasado es uno de los temas más frecuentes en la ficción de todo tipo. Regresar al pasado, revisarlo a la luz de la experiencia, es una vivencia muchas veces dolorosa que sólo podemos realizar siendo adultos. De esta forma, aunque Yoichi es japonés, a efectos de esta obra bien podría haber sido español, alemán, egipcio o peruano y la esencia, el mensaje y los sentimientos que inspiran este comic seguirían siendo los mismos. Inspirado por su propia experiencia al volver a su pueblo natal (el mismo Tottori del comic) tras muchos años ausente, Taniguchi describe la naturaleza humana de forma tan penetrante y honesta como universal. Y ello aun cuando “El Almanaque de mi Padre” nunca deja de ser una obra claramente japonesa en lo tocante a la sociedad que describe, sus costumbres, sentimientos e incluso avatares históricos (como el incendio –real- de Tottori, la reconstrucción del país tras la guerra o las tensiones entre la población autóctona y las fuerzas de ocupación americanas).

El trabajo de Taniguchi es sutil, contenido pero expresivo, sin llegar nunca a caer en histriónicas explosiones emocionales. Su personaje siente rechazo por su padre, pero no lo expresa de forma violenta o exagerada. Poco a poco, sutilmente, ese viejo sentimiento de tenue amargura se transforma en confusión, inseguridad y, por fin, en la certeza haber estado siempre equivocado, de que juzgó a su padre injustamente cuando aún tenía una edad en la que carecía de la sabiduría necesaria para comprender muchas cosas. Es entonces cuando debe enfrentarse a la culpa por el daño que, ahora sí, sabe que causó su actitud. Pero el comic no cae en el moralismo facilón. Lo que separa a Yoichi de su familia no es la malicia, el agravio o el choque frontal, sino la ausencia de comunicación. No hay villanos en esta historia, no hay discusiones exaltadas ni agresiones verbales. Y también ahí es donde Taniguchi demuestra su delicadeza y genio: “El Almanaque de mi Padre” suscita emociones en el lector, pero no le manipula para que juzgue a los personajes; lo cual, por otra parte, supone una bocanada de aire fresco en una época, la nuestra, en la que la moralidad (ya sea en su vertiente más puritana o en la más relativista) parece estar presente en todas las obras de ficción.

La historia que teje Taniguchi evoca muy bien la melancolía que uno siente al regresar a un lugar después de mucho tiempo para encontrar que ya no se parece a como quedó grabado en nuestra memoria. Es lo que le ocurre a Yoichi en el curso de las horas que pasa en el velatorio: recurriendo a su memoria y aprovechando la de los que asisten a la ceremonia, vuelve al santuario de su niñez y adolescencia para contemplar el camino recorrido durante esos años con nuevos ojos, unos ojos que sólo pueden adquirirse tras haber escapado de esa época de la vida y de todo lo que entonces le definió como persona. Yoichi no sólo descubre quién era realmente su padre, sino a sí mismo.

Para conseguir el deseado efecto emocional, Taniguchi divide las 270 páginas de la obra en capítulos muy bien delimitados, cada uno de ellos centrado no sólo en un recuerdo de Yoichi, sino en el descubrimiento que a través de éste hace de una faceta de su padre ignorada hasta ese momento. Todos los capítulos comienzan con una página viñeta –la mayoría de ellas representando fotos familiares en diferentes épocas- y luego pasan a desarrollar la narración de forma pausada, alternando los diálogos con descripciones en tercera persona.

El dibujo de Taniguchi es bastante limpio, con un corte realista y un buen detalle en fondos. Quizás en esta obra no esté tan depurado como en las últimas, pero es un dibujo bastante bonito. Mención especial a las portadillas de cada capítulo, muy acorde a la obra, como si fueran fotografías del álbum de familia.

Hoy también repasamos a dos personajes femeninos: Tsuruko Ota y Kiyoko

Tsuruko Ota

Esta mujer es la segunda esposa de Takeshi y la madrastra y el hermano de Haruko. Cuando este último llega al velatorio, está presente pero muestra signos de fatiga. Ella revela que al final de la vida de su esposo, lo vería todos los días en el hospital y fue testigo de su último aliento mientras hablaba de salir a caminar. Después de estas revelaciones, Tsuruko se acuesta para el funeral del día siguiente. Más tarde, nos enteramos de que Tsuruko era 5 años menor que Takeshi y que se conocieron cuando ella tenía 38 años. Hija de un pescador, se había divorciado porque no podía tener hijos y solo era posible volver a casarse en una familia que ya tenía hijos. Se casó con Takeshi en abril de 1960 y ayudó a Haruko, quien la aceptó muy fácilmente, con las tareas del hogar. Finalmente se graduó en peluquería y ayudó a su esposo. Cuando Yoichi se lastimó el pie, ella fue a verlo y le preguntó si estaba enfadado con ella por ocupar el lugar de su madre. Sin tener una relación especial con él, lo animó a seguir estudiando. Ella también se deja fotografiar por él y cuando Yoichi se va a Tokio, ella le escribe para informarle del estado de salud de Koro, su perro, así como de su muerte un poco más tarde. Continuó así su vida con su marido. Finalmente, la vemos asistiendo al funeral de Takeshi, aparentemente muy conmovida.

Kiyoko

Kiyoko es la madre de Yoichi y Haruko. Si bien su familia ya había elegido un pretendiente para ella, se enamoró locamente de Takeshi y quiso casarse con él, en contra del consejo de su familia. Finalmente se rindió y Kiyoko se casó con Takeshi al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Se establecieron en Kobe donde dio a luz a Haruko y luego, después de la guerra, regresaron a Tottori donde dio a luz a Yoichi. Durante la discusión con un militar estadounidense, trató de contener a su marido. Luego, con la invitación del capitán para una fiesta de baile, se entrenó con su esposo en baile, bajo la atenta mirada de su hermano antes de ir a esa fiesta. Durante el incendio de Tottori de 1952, recordó a sus hijos que jugaban en el vecindario y luego se quedó en casa con ellos. Con la llegada de su cuñado Shigeru, comenzaron a mover tantas cosas como pudieron. Pero la casa se convirtió en humo. Después del incendio, ella y su familia se alimentaron de productos enlatados y productos en polvo. Aceptó dinero de sus padres, pero Takeshi se mostró muy reacio, no quería endeudarse. Fue en este momento del comienzo de una ruptura entre ellos. Posteriormente, ella cuidó mucho a sus hijos, su esposo prefirió trabajar para saldar su deuda lo más rápido posible, lo cual a ella le costaba entender porque así, él ya no pasaba tiempo con sus hijos. Conoció a Matsumoto, el maestro de su hija. Estaba presente cuando Shiro el perro comenzó a mostrar signos de enfermedad. Kiyoko comenzó a ver a este maestro cada vez más. Ella creyó que su esposo la estaba engañando. En marzo de 1956, decidió dejar su casa para unirse a Matsumoto, quien fue trasladado a Kurayoshi. Quería llevarse a los niños, pero Haruko no quería y separarla de su hermano no era prudente. Entonces ella se fue sola. En Kurayoshi, continuó escribiendo cartas a su hija y dio a luz a otro hijo. Un día, Yoichi vino a verla pero al verla con su bebé, se fue. Ya no vio a sus 2 primeros hijos durante 30 años y solo los volvió a ver durante el funeral de Takeshi porque había venido solo para esta ocasión y quería aprovechar la oportunidad para volver a verlos.

La tarea para esta semana es seguir leyendo y conocinedo la historia de los personajes de El Almanaque de mi padre, tres nuevos capítulos nos esperan esta semana:

Un nuevo callejón, Mi bella madre y Recuerdos de verano. 

 

Para finalizar este segundo post, os quería proponer un “juego”, por un lado que escribáis cuales son los puntos fuertes de este manga y por otro lados sus 0untos débiles. Ahí van los míos:

Puntos fuertes de este manga

- un dibujo preciso y realista, muy agradable

- una historia de la vida cotidiana, pero lejos de ser aburrida

- personajes humanos y entrañables, con cualidades y defectos, como todos los demás ...

- un manga lejos de los estereotipos habituales del manga

- sentimientos particularmente bien expresados ​​y desarrollados ...

Puntos débiles de este manga

- Imagino que no a todo el mundo le gustará el dibujo ...

- la edición que yo tengo se lee en sentido occidental

Feliz semana de lecturas

Saludos

Alejandro