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Drácula, 11-16

Libro que estamos comentando: 
Drácula

Hola a todas y todos, aquí llegan las notas de lectura de esta semana. La cosa está que arde y en varios comentarios de la pasada semana decíais que no podíais esperar para seguir leyendo. Espero llegar a tiempo.
Vamos al lío.
 
CAPÍTULOS 11-16
Estos capítulos se centran en la trama de Lucy que, como sabéis, ya va ocupando un espacio cada vez más importante desde hace unas cuantas páginas. Pero antes de comentar alguna cosa recojo algunos de los comentarios a vuestros comentarios de la pasada semana aquí.
Según avanza la lectura cada vez resulta más evidente esa tensión entre lo racional y lo irracional, entre lo lógico, mensurable, comprensible desde la razón y lo ilógico, inaprehensible, incomprensible desde la razón y que se engancha en las tripas. En el contexto histórico debía ser una tensión muy evidente: el nuevo mundo (de las cámaras de fotos, los fonógrafos, los telegramas, las transfusiones... la ciencia y la industria) y el viejo mundo (de las brujas y los demonios, las supersticiones, los miedos atávicos...). Con Harker ya vimos esa dislocación, ese ir negando la evidencia hasta acabar atrapado en la maraña de una increíble pero muy real y mortífera realidad. Quizás para esto es para lo que está sirviendo Lucy, para cercar la realidad de sombras, para hacer que estos hombres y estas mujeres del nuevo mundo tengan que abrir los ojos. 
Desde luego así analizado llama la atención cómo todos los personajes mayores van marchándose y cómo son los jóvenes los que tengan que enfrentarse, desde su mirada nueva, a una pesadilla que atraviesa el tiempo y viene desde el viejo mundo (acaso sea el propio viaje de Drácula una metáfora de esto mismo). Quizás por eso tiene sentido que quien ocupe una posición relevante en toda esta historia sea un hombre mayor, Van Helsing, que, acaso, tiene un pie en cada uno de estos mundos y es capaz de comprender uno y otro. También desde esta perspectiva es muy interesante lo que comentaba Olgacut77 hablando del contraste entre Lucy (mujer al viejo estilo) y Mina (mujer al nuevo estilo: new woman). 
Un último detalle muy interesante a raíz de uno de los comentarios que hicisteis la pasada semana (creo que fue Eli) hablando de la importancia del paisaje en los primeros capítulos y de cómo ese cerco de sombras traspasa el paisaje exterior y empieza a posicionarse en corazones y ánimos. Me parece muy atinada esa anotación: es cierto que hay mucho contraste entre día y sombra, luz y oscuridad, pero ahora también podemos encontrar a personajes atenazados por la sombra en todo momento.
Dicho todo esto, dejo aquí unas pinceladas de estos capítulos.
Comenzamos con una imagen bien premonitoria en la que la propia Lucy Wstenra se compara con Ofelia: "que me llegue el sueño yaciendo como Ofelia en la obra con coronas virginales y flores de doncella" (p. 215). En fin, a estas alturas de libro yo no sé si, siendo Lucy, me compararía con una apacible muerta arrastrada por el agua. En cualquier caso Seward, Van Helsing y más tarde Arthur y Quincy, van a poner todo su empeño en que esta mujer mejore. Su empeño y gran cantidad de su sangre (todo hay que decirlo).
En estos capítulos, además de toda la trama de Lucy, nos encontramos a Van Helsing anudando este hilo con la historia de Jonathan y Mina, los Harker. Porque a los Harker también les están pasando algunas cosas (insisto en la salida de escena de todo protagonista, incluso secundario, mayor). Y es en este momento en el que Van Helsing y Jonathan Harker se encuentran cuando todo adquiere un nuevo sentido y tiene que ver con lo que comentaba al principio de este post: "Pero ahora que sé, no tengo miedo" (p. 281). 
La parte final de estos capítulos transcurre en gran parte en un cementerio, y muchos de sus actos principales enmarcan una lucha entre los indicios y la razón, porque "Usted no permite que sus ojos vean ni que sus oídos oigan, y lo que está fuera de su vida diaria no le interesa. ¿No cree usted que hay cosas que no puede comprender y que, sin embargo, existen?" (pp. 284-285) y, más adelante: "Mi tesis es esta: quiero que usted crea." (p. 289) o "existe cierta necesidad de creer." (p. 291)
No sé si esto está dirigido a los personajes del libro o si, directamente, es una interpelación al lector, a la lectora, a una persona de finales del S. XIX, de ese nuevo mundo en el que la industria, los trenes, la tecnología... se está abriendo camino y las viejas leyendas y terrores son, sencillamente, cuentos de viejas.
No he querido comentar algunos de los pasajes (son magníficos y dan algo de miedito, todo hay que decirlo) para no destripar la trama (aunque sé que la historia es muy conocida, pero el libro tiene algunas diferencias con respecto a las más conocidas adaptaciones al cine).
Me encantará leer vuestros comentarios sobre algunas de las cosas que ocurren en estos capítulos.
 
Pasad una buena semana
Pep Bruno