Segunda parte: hasta el capítulo 13, AFGANTSY. Los primeros pasos de la investigación.
Libro que estamos comentando:
Donde los escorpiones
Recién llegados a Herat el grupo compuesto por el subteniente Bevilaqcua, la sargento primero Chamorro, la cabo primero Salgado y el cabo Arnau sufren un choque por el calor y con la realidad de una base donde están instaladas las unidades militares españolas en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (International Security Assistance Force), (ISAF) en apoyo del Gobierno interino afgano.
Si recojo en estas notas el término preciso de la misión de nuestras tropas en Afganistán hasta 2015 es porque en la parte del libro que empezamos a comentar esta semana predomina la descripción realista de lo que fue la base de Herat. Parece, como alguno de vosotros y vosotras habéis comentado la semana anterior, que la investigación que lleva al grupo de guardias civiles a intentar esclarecer el asesinato del soldado español Pascual González, es un mero pretexto para contarnos cómo se desarrolló la vida de nuestros compatriotas hasta que acabó la presencia militar española en ese país, en 2015.
El coronel que los recibe ya les avisa: aunque oficialmente la misión en Afganistán sea de "apoyo a la reconstrucción", realmente es una guerra. En la base, una especie de oasis comparado con la tensa y violenta realidad que tenía lugar fuera de sus muros, el asesinato del soldado español hace sonar todas las alarmas ante lo que pueda ser considerado un ataque terrorista, sobre todo si se tiene en cuenta que el posible instrumento utilizado es una especie de hoz, llamda "lohar", utizada por los afganos para cortar las plantas de opio.
En estos capítulos la ficción casi desaparece y la acción se basa en los pasos lógicos que cualquier investigador daría en casos como este.
Primero la presentación ante sus superiores jerárquicos que les dejan muy claros, o tal vez no tanto, cuales son los límites en los que se va a desenvolver su misión. La investigación y la competencia judicial va a ser muy diferente si los posible implicados son civiles o militares, españoles o extranjeros, afganos o soldados de otros países. Bevilaqcua es consciente que todo puede convertirse en un verdadero laberinto si no se mueve con pies de plomo y sin el apoyo de sus superiores.
Enseguida el grupo de guardias civiles se reparte las tareas de la forma que consideran más adecuada, siendo conscientes en todo momento que el tiempo apremia y que su estancia en Afganistán no se puede dilatar. Unos se encargan de entrevistarse con militares españoles que habían coincidido en diferentes experiencias bélicas con Pascual (tras las que no ocultaban una manifiesta enemistad con el difunto). Chamorro y Salgado investigan la relación que con él tuvo una teniente médico española. Y entre tanto Lorenzo Silva nos muestra diferentes estamentos, o más bien una especie de fauna que solo se encuentra en esos lugares, que se entremezclan con un extraño equilibrio de beneficio y de seguridad mutuos.
Lorenzo Silva, ayudado por el conocimiento que le aportó su visita a la base un año antes, tiene la virtud en este caso de novelar poco y describir mucho. Personajes tan reales como la cocinera española, los militares del CNI, la psicóloga militar que evaluó a Pascual, o la comandate jurídica militar sirven, con sus declaraciones, para intentar reconstruir la personalidad de Pascual González, la que le hizo ganarse tantos enemigos, y de paso nos hacen vivir la realidad de una microsociedad constituida por personas de orígenes muy distintos y con unos códigos sociales muy diferentes de los que estamos acostumbrados.