3.- Desconocidos: hasta página 172

Comenzamos la tercera semana de lectura de Desconocidos la obra de misterio de David Lozano, ya dijimos que esta obra está dividida en 21 capítulos que no tienen título, esta semana leeremos desde el capítulo 11 hasta el 16 (ambos incluidos).

Ya hemos ido viendo detalles suficientes como para sacar nuestras propias conclusiones sobre la “cita a ciegas” que centra la historia

 Lo largo de la novela, el autor nos va mostrando muchas curiosidades, por ejemplo:

En el capítulo 2, Lara y Wilde comentan sus gustos literarios: ambos son buenos lectores.  De hecho, usan uno de los libros preferidos que tienen en común para establecer contacto  en el McDonald’s: Carta de una desconocida.

En el capítulo 8, Gerard y Lara —a propuesta de él— se pasan mutuamente un cuestionario  sobre sus gustos personales. A nivel musical, Lara contesta que su grupo musical preferido  es Ed Sheeran y los de Gerard son Muse y Arcade Fire, entre otros.

En el capítulo 12 veremos cómo Gerard le dice a Fran que ha preparado algunos bocetos de mensajes para  quedar con Lara. Ha utilizado poesías de Luis García Montero y con ellas espera poder dar  el salto definitivo para tener una cita con ella.

En el capítulo 13, el forense Carlos Millán plantea como hipótesis que Lara podría ser la asesina.  Lo justifica argumentando que ella es la primera interesada en que Jordi no aparezca  y le estropee la cita, textualmente dice: «Necesita la garantía de que todo va a salir  perfecto esta noche... a cualquier precio».

En el capítulo 16, la inspectora y el forense se dan cuenta de que el cuerpo no corresponde  a Jordi Vila; ya que en las fotos que aparecen en Google este presume de su cuerpo,  de su tatuaje y de sus abdominales. En cambio, el cuerpo encontrado no presenta ningún  tatuaje; aunque denota que también va a menudo al gimnasio. ¿Quién es entonces el muerto?

En los seis capítulos que leemos esta semana se nos muestra alternativamente la acción en tres escenarios completamente diferente: el lugar donde transcurre la cita entre Lara y Wilde, la zona donde ha sido hallado el cuerpo de un joven y la habitación que comparten Wilde y su compañero de cuarto.

De las conversaciones entre ambos se van dilucidando otros aspectos y vertientes del supuesto crimen y se abren otras posibilidades, saltando las sospechas de uno a otro personaje, y cuando son muchos los sospechosos se va desvelando poco a poco la identidad del autor del crimen.

Se me ocurre pensar, que el peligro de la comunicación anónima no viene dado exclusivamente por el canal de comunicación, en este caso Internet y redes sociales. La mentira y el engaño tampoco eran ajenas a aquellas otras comunicaciones que en la adolescencia los jóvenes de mi edad manteníamos con algún desconocido utilizando no la tecla del ordenador sino los clásicos lápices y papel.

En resumen, la psicología de los personajes, la recreación de los escenarios y ambientes, la sencillez de la trama, la agilidad y agudeza de los diálogos… prácticamente todo en la novela hace de ella una recomendable y adictiva lectura en la que es de agradecer al autor  la aparición de referencias a algunos de los clásicos modernos de la literatura, gran pasión de los protagonistas.

En una de sus múltiples entrevistas, el autor (David Lozano) define la obra como: «una novela  de misterio que plantea un interesante debate sobre las consecuencias del estilo de vida que  impone la sociedad actual: sobre la identidad, el “voyeurismo” virtual, la violencia de género,  la seguridad y la soledad en ese espacio tan frecuentado como son las redes sociales».  ¿Qué opinión te merece este comentario? ¿De verdad nos imponen este estilo de vida o,  por el contrario, lo elegimos nosotros?

Feliz semana de lecturas 

Alejandro