2.- Desconocidos: hasta página 119

Comenzamos la segunda semana de lecturas de Desconocidos de David Lozano. La tarea de esta semana nos llevará hasta la página 119, que coincide con el capítulo diez

La historia, narrada en tercera persona, alterna tres puntos de vista distintos para contarnos el suceso de un terrible crimen: por un lado tenemos la cita a ciegas de Lara y la escena de la policía en el barranco, que se suceden prácticamente en la misma línea temporal; y por otro lado tenemos la habitación de dos compañeros de piso, que transcurren como flashbacks en el tiempo. A medida que la trama va tomando cuerpo y avanza, vemos claramente como los tres puntos de vista se entrelazan para formar una sola historia.

Una noche puede ser muy corta… o muy larga, según la perspectiva. Para Lara, una joven de 17 años que va a conocer en una cita a ciegas a Wilde, el chico con el que lleva un par de meses chateando, es muy corta. Para Irene Castell, subinspectora que se encarga de investigar el trágico destino de un joven, un cuerpo con la cara destrozada que solo guarda una foto en un bolsillo, se hace demasiado larga. ¿Y si ambas cosas estuvieran relacionadas? El autor juega con el lector a través de una narración sencilla pero fluida, un misterio y un cadáver, una cita entre dos adolescentes y unas conversaciones vía Twitter que empezaron 60 días antes.

El estilo de David Lozano me gusta mucho, sencillo y persuasivo. Tiene una habilidad fantástica para enganchar al lector y conectarlo a la historia, sabe crear un ambiente de tensión constante.

Desconocidos es un libro que invita a una reflexión interesante, y es que en la sociedad y el mundo en el que vivimos es habitual que dos personas se conozcan de forma virtual y, sin tener contacto físico ni visual con ellos, desarrollen y manifiesten sentimientos entre sí. Pero no nos cuestionamos si esa persona está mostrando su verdadero yo (o queremos confiar en que así es) y a menudo nos dejamos llevar, sobre todo si se trata de personas jóvenes. No somos conscientes de lo fácil que puede suponer aprovecharse de alguien usando los sentimientos, manipular y engañar para sacar provecho o, incluso, hacer daño.

Las redes sociales cada vez están más presentes en nuestro día a día y cada vez nos parecen más naturales, pero también tienen su parte mala. Lozano se aprovecha de esa cara oculta para plantear, en apenas doscientas páginas, las consecuencias del estilo de vida de la sociedad actual sobre la identidad y la seguridad. Utiliza las redes sociales para mostrar como el voyeurismo virtual, la violencia de género, la inseguridad y la soledad pueden llegar a estropear otros sentimientos como el amor o la amistad, que también se conseguir por internet.

Si la tendencia de una parte de la literatura juvenil actual es situar la acción ante la pantalla del ordenador de los personajes implicados comunicándose, conociéndose, coqueteando comenzando a amarse…, el autor le da la vuelta y deja los primeros contactos en el pasado para construir una novela clásica en su planteamiento. La acción, que podría haber durado dos meses si nos hubiera contado los primeros contactos de Lara y Wilde, se desarrolla sin embargo en las poco más de cuatro horas que transcurren entre la llegada de la chica al lugar de la cita y el final de la novela. Cuatro horas que podrían ser las mismas que se emplearían en leer Desconocidos del tirón

Me gustaría plantear dos preguntas esta semana, ahí van

¿Qué hace a un joven que confíe más en una persona desconocida que en un familiar?

¿Necesitan los jóvenes, historias cómo ésta para estar alerta sobre lo que nos depara el futuro demasiado tecnificado?

Feliz semana de lecturas