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Decamerón, Jornada VIII

Libro que estamos comentando: 
Decamerón

Hola a todas y todos, aquí llegan las notas para la lectura de los próximos días, un paseo por la jornada octava dedicada a las burlas (y también a las venganzas de los burlados) con muchos momentos desopilantes y algún cuento que os va a sorprender (mucho). La lectura de esta jornada se desarrolla, en mi edición, a lo largo de 120 páginas (de la 833 a la 954). Pero, si lo pasáis tan bien como yo, veréis que es un suspiro.
Vamos al lío.
 
ESTA SEMANA
El tema de esta semana es el de hombres y mujeres que se burlan y, en algunos casos, devuelven la burla con creces. Ocurre en esta jornada algo que, si no recuerdo mal, pasa por primera y única vez en el libro: hay tres cuentos protagonizados por dos personajes (típicos tricksters: burladores astutos) llamados Bruno y Buffalmacco. Creo que os van a gustar estos pícaros.
Por otro lado vuelvo a insistir, jornada tras jornada, en la vinculación directa (directísima) de estos cuentos con los cuentos y los motivos de la tradición oral, y para poneros otro ejemplo igual que hice la pasada semana, aquí os dejo un cuento que grabé este verano en Iniesta a Conso y en el que cuenta prácticamente igual la primera parte de uno de los cuentos (el n.º 6 de la jornada) protagonizados por Bruno y Buffalmacco: "El cerdo del cura". Aunque hay más motivos recurrentes, como el que se desarrolla en los dos primeros cuentos de la jornada (la devolución del préstamo), que aparece en muchos otros cuentos de la tradición oral (yo cuento alguno similar, de hecho). En cualquier caso, y volviendo al cuento n.º 6, la segunda parte es estupenda y el cuento está resuelto a lo grande (y creo que doña Tessa se venga del agravio recibido unos cuentos antes por su marido, como os cuento más adelante). 
Bruno y Buffalmacco protagonizan los cuentos 3, 6 y 9 de la jornada, y en todos ellos es fundamental algo de lo que ya hemos hablado anteriormente (soy muy pesado con esto, de verdad), y es el cómo están contadas estas historias. La manera como está escrito cada cuento suma mucho a la hora de contar, y eso se nota especialmente en estos cuentos de burla en los que el lenguaje también juega un papel muy importante (por eso insisto tanto en contar con una buena edición crítica que tenga una buena traducción). Pero esto ocurre no sólo con los cuentos protagonizados por estos dos trickster, sino que es seña de identidad de todo el libro y, especialmente, de esta jornada; por ejemplo en el cuento n.º 7 podemos leer: "El poder de la pluma es mucho mayor de lo que creen aquellos que no la han probado con conocimiento." (p. 901). Y sí, en estos cuentos estamos viendo una y otra vez que el estilo narrativo, la manera como se está contando todo, juega un papel fundamental a la hora de provocar la risa o de, directamente, provocar ciertas emociones en los lectores. Disfrutad de este cuento n.º 7 en el que se inicia la venganza de los burlados y el burlado (casi una cigüeña de lo que le castañeteaban los dientes, qué maravilla de imagen) acaba devolviéndoselo con creces a la burladora. Este cuento es verdaderamente magnífico, y además cuenta con algunos pasajes bien pegados a la piel, como cuando el protagonista está a punto de no seguir adelante con su venganza al ver lo hermosa que es la dama (desnuda a la luz de la luna).
Recordando que este libro, como hemos visto una y otra vez, está pensado especialmente para lectoras por su autor, se le ponen a uno los pelos de punta leyendo la paliza que recibe doña Tessa a manos de Calandrino (en el cuento n.º 3) y que da la medida de lo normalizado que estaba esa violencia de género (no consuela aun así que tres cuentos más adelante doña Tessa pueda dar una paliza a su marido, por necio). Por otro lado, el papel que juegan algunas criadas en estas historias es muy destacado y a veces sorprendente, como en esto de suplantar a su señora, cosa que ya hemos visto ante, y que vuelve a suceder con Ciuttazza (en el cuento 4). Esta posibilidad de hacer que una criada te suplante para recibir una paliza en tu lugar, como pasó la semana pasada, o para disfrutar de los santos placeres de la carne, también nos dice mucho de la situación en la que se encontraban hombres y, especialmente, mujeres dedicados al servicio de los ricos.
Nos encontramos también con alguna broma algo tosca y boba (como la de las bragas del juez en el cuento n.º 5, pero a ver, ¡no todo va a ser brillar en este libro! En cualquier caso estoy seguro de cada cuento tiene sus lectores, sus lectoras, y al fin y al cabo burlarse de un juez es algo que también tiene su punto de sabrosura (incluso de un juez como este).
Y llegamos al cuento n.º 8 del que sólo voy a decir una cosa: si dejáis el cuento a medias y pensáis un final, el que sea, os garantizo que no lo acertaríais. Desde luego es uno de los cuentos con un final más sorprendente y moderno de todo el libro. Además que la venganza del marido burlado con el asunto del arcón, en fin, es la pera.
El último cuento, el de Dioneo, duele, no sólo por la burla y la venganza, sino porque el resultado implica muchos dineros para quien quiso aprovecharse.
Pero ya no os cuento más, os dejo que disfrutéis con los cuentos de esta semana.
Pasad unos buenos días de lectura, 
saludos cordiales, 
Pep Bruno