Nuestros Clubes de Lectura

Literatura de viajes

Club de lectura de poesía.

Literatura juvenil

Clásicos universales

Novelas de género (novela negra, ciencia ficción, etc.)

Decamerón, Jornada IV

Libro que estamos comentando: 
Decamerón

Hola a todas y todos, aquí llegan las notas de lectura de esta semana. En estos días leeremos los cuentos de la cuarta jornada (unas cien páginas: de la 469 a la 571 en mi edición).
Vamos al lío.
 
ESTA SEMANA
Para comenzar merece la pena señalar que esta cuarta jornada tiene una especie de prólogo, es decir, hay un texto introductorio en el que Boccaccio habla a sus lectores o, más bien, lectoras. Me ha fascinado esta introducción que no recordaba y que no entendía por qué estaba justo ahí, en el inicio de esa cuarta jornada. 
Parece ser que el libro se publicó en cuatro tandas, como si fuera un libro por entregas. La primera tanda comprendía las tres primeras jornadas (la segunda: jornadas IV a VI; la tercera: jornadas VII a IX; y la última entrega: la jornada X), por eso, mientras estaba escribiendo las jornadas IV a VI la gente ya estaba leyendo los cuentos de las tres primeras jornadas y Boccaccio tuvo acceso a muchas opiniones de lectores y lectoras, y eso es lo que comenta en esa introducción. 
No sé a vosotras, a vosotros, pero a mí me ha recordado mucho al prólogo de la segunda parte del Quijote, en el que Cervantes habla y comenta las opiniones que le han llegado de la primera parte, y también en el que justifica las decisiones que ha tomado al escribir y que, en ocasiones, no son del gusto de algunos y, por lo tanto, son criticadas.
En este prólogo, ya en el inicio, se ve claramente la intención del autor de escribir pensando en las mujeres: "Queridísimas señoras" (p. 469). Y bueno, Boccaccio no se corta un pelo y utiliza ese lenguaje suyo tan mordaz y poderoso para quienes, por lo que se ve, tanto saben y tanto tienen que opinar y aconsejar. Me encanta especialmente cuando dice: "Y quienes van hablando contra mi edad, demuestran no saber que, aunque el puerro tenga la cabeza blanca, su cola está verde". (p. 476)
Dicho todo esto, adentrémonos en los cuentos de esta jornada.
Filóstrato es el rey del día y ha pedido cuentos trágicos, con finales infelices para los amantes. Y sí, esto es lo que vamos a leer: finales trágicos, a veces truculentos, en los que muchos amantes acaban juntos... pero en la eternidad.
Una vez más os insisto en la cantidad de motivos y detalles de los cuentos tradicionales y del folklore que jalonan las historias de estas jornadas (cuando no son, directamente, cuentos tradicionales versionados por el autor). Por ejemplo, el primer cuento me ha recordado en muchas ocasiones a "Piel de asno" y el incesto; o por ejemplo los sueños premonitorios (como en el sexto cuento protagonizado por Andreuola y Gabriotto), que me ha recordado mucho al cuento tradicional de "El tesoro soñado"; o por ejemplo el sapo en las raíces de la planta que hay en el cuento séptimo y que me recuerda a un motivo recurrente en muchos cuentos de tradición (como "Los tres pelos del diablo" o "El hombre que no tenía suerte") 
Por otro lado estos cuentos son muy del gusto de la época, con tantos finales trágicos que os recordarán a obras posteriores como Romeo y Julieta, por ejemplo; o más trágicos aún, como el de Gervino, nieto que rompe la palabra del abuelo (con graves consecuencias); o muy truculentos, como el Ellisabetta y su maceta con secreto (es uno de los cuentos que Pasolini incluyó en su versión para el cine). O con enredos (como ya hemos visto en jornadas anteriores) tipo historia milesia, como el cuento tres, protagonizado por Ninetta y Restagnone. En este último hay algunos de los protagonistas que no acaban muertos (menos mal), igual que le ocurre a Andeuola en el cuento sexto (bueno, acaba en un convento, yo qué sé).
Y también muchos detalles truculentos: corazones en copas de oro, en bandejas de plata, acompañando a la bebida o bien guisadicos y comidos; cabezas cortadas por sus amantes... en fin, cositas.
Aun así en una jornada tan truculenta encontramos cuentos divertidos, como el segundo, el de ese burlador que acaba sometido al escarnio público. Incluso algunos cuentos trágicos tienen momentos desopilantes, como el del joven Girólamo que vuelve a casa de su antigua novia y se muere en la cama por puro desamor (cuento ocho). Aunque la guinda la pone el cuento de Dioneo, como es habitual, con el muerto no tan muerto y el lío que se monta con el robo del arca. Y todo ello sin salirse un ápice del camino marcado por el rey del día.
También es interesante el papel de muchas de las protagonistas. Destaco el discurso que la protagonista del noveno cuento tiene ante la afrenta de su esposo. Olé.
Por cierto: qué bien escritos están los cuentos, cuánto cuenta la forma de contarlos. Es evidente en todos los texto, pero en los humorísticos (como en 2 o en 10) eso se hace muy muy palpable. Qué poderío.
 
Pasad una buena semana, os leo en los comentarios.
Saludos cordiales, 
Pep Bruno