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2ª parte. Capítulos 5 al 12

Libro que estamos comentando: 
Como leones
Tal vez no fue de forma premeditada, pero Clayton ahogó  a Jojo en el fango al querer darle una lección y enseñarle que es mejor mantener la boca cerrada cuando se está  atado de pies y manos. Esa muerte va atraer muchos problemas al ya inestable equilibrio entre los grupos que luchan por el poder en McFalls County, donde Clayton es sheriff, y en las montañas  de alrededor.
 
Todo sucede  rápido y sin obstáculos que ralenticen la acción.  Jojo ha muerto  y parece que este hecho no provoca muchos remordimientos en los responsables ni ninguna  preocupación por las consecuencias que este crimen pueda provocar. ¿En qué ambiente se puede sentir alguien totalmente impune al cometer un crimen, y más si el causante es un representante de la ley?
 
Las montañas de Georgia esconden lugares recónditos, pero no guardan secretos para los protagonistas. Se conocen las cárcavas, los bosques, los riachuelos o las cabañas como la palma de su mano y utilizan esta habilidad para desarrollar allí sus activiades delictivas. Vamos conociendo progresivamente cuáles son estos negocios, siempre relacionados con el mundo de la droga. Allí, en las montañas, es donde Mike el Costras convoca a Clayton a una misteriosa reunión con personajes poco recomendables, pero que muestran un extraño respeto por el único superviviente del clan Burroughs.
 
La reunión tiene lugar en lo que fue el cuartel general de los Burroughs durante muchos años. Es la casa en la que Gareth crió a sus tres hijos, desde la que dirigió los negocios del clan, y posteriormente fue ocupó su hijo Haland, hasta que murió por un disparo de su hermano.  
 
Hasta la finca sube el sheriff sin dejar de mostrar cierto nerviosiemo. No sabe muy bien cómo le van a recibir ni si corre peligro metiéndose en la boca del lobo. Es muy significativa la escena en la que se palpa el costado para sentir el contacto y la seguridad de su arma. 
 
Sube hasta la casa en la que se crió con su familia, contemplando los cambios que se han producido  en la antigua guarida de los Burroughs. Son los indicadores de los nuevos tiempos y de los nuevos peligros que acechan en estos tiempos que se adivinan inciertos.
 
Clayton observa pocas presencia de guardianes, pero muchas  cámaras, detectores de movimiento, alambradas y verjas mucho más altas de lo habitual, en lo que fue una casa en la montaña en la que vivieron sin temer por su seguridad. No como ahora, cuando se palpa el miedo en una grupo que ya no es tan poderoso como antes.
 
Un rápido vistazo le hace recordar momentos pasados con su padre y sus hermanos en la casa, y estos recuerdos que se van desgranando por la novela nos hacen pensar que existe una fuerte conexión argumental entre las dos novelas de Brian Panowich. ¿Los que han leído Blue Mountain van a encontrar muchas referencias a sucesos que ya ocurrieron en la primera novela?
 
El autor fracciona el argumento en capítulos que casi siempre sirven para presentar una escena que hace avanzar la acción desde los diferentes puntos de la historia. Solo los lectores sabemos a dónde se dirige y cómo se va completando las diferentes facetas de la trama. 
 
Así somos testigos de la entrada en esena de una personaje que, desde el principio, se antoja poderoso y con capacidad para influir en los hechos que van a suceder en McFalls County. Me refiero a Vanessa, la hermana de los Viner, el clan que se propone hacerse con el negocio que hasta este momento gestionaban los Burroughs. El capítulo en el que intenta extorsionar a encargado de realizar los embarques de mercancías en el puerto de Tampa es digno de una buena película de Tarantino.
 
Lo que conocemos hacia el final de esta parte es que ella está aliada con el jefe del club motero Los Chacales para hacerse con el control de las vías de distribución de drogas y de sustancias ilegales que transcurre por los caminos del norte de Georgia. La cita con Clayton tiene ese objetivo: buscar la complicidad o, al menos, conseguir que la policía del estado haga la vista gorda, como había sucedido hasta ahora. La negativa del sheriff a participar en estas actividades y a ser responsable, por acción o por omisión, de unos negocios en los que los Burroughs habían sido históricamente los encargados de establecer relaciones sólidas con personalidades y organismos implicados, no parece preocupar por ahora a los promotores de la reunión. En algún momento de la conversación comentan que ha sido un mero acto de cortesía en hacerle llegar esta propuesta al sheriff Clayton.
 
Lineas de acción paralelas se van tejiendo paulatinamente, y siempre alrededor de la trama principal. Los dos compañeros y subordinados de Clayton en la oficina del sheriff se preocupan por el estado de ánimo y por la salud de su jefe. Tanto Cricket como el ayudante Darby mantiene una relación afectiva con Clayton que trasciende de su labor profesional.
 
La relación matrimonial de Clayton no pasa por sus menores momentos. El alcohol, que en algún momento sirvió para ahogar las penas de lo acontecido en la novela anterior, la muerte de su hermano Haland, ha pasado a formar parte de la vida cotidiana del policía. Kate, su mujer, está considerando seriamente que su matrimonio ha llegado a un callejón sin salida. Es toda una incógnita qué consecuencias tendrá en su matrimonio la aparición de Wallace, un antiguo novio de su juventud.