CÓMO GUARDAR CENIZA EN EL PECHO, 2
CÓMO GUARDAR CENIZA EN EL PECHO, 2
Saludos, amantes de la poesía:
Hoy iniciamos la segunda entrega de lectura de la obra de Agur Meabe, con los poemas incluidos en el apartado titulado Fósforos y que llega hasta la página 97.
En primer lugar, quiero comentaros cómo está organizado el poemario completo: son seis apartados en los que todos los poemas que se incluyen guardan bastante coherencia temática. La semana pasada leíamos Un álbum, en el que la poeta hace una inmersión en su infancia, sus recuerdos y emociones; por tanto, el título ilustra esas fotografías o recortes poéticos.
La clave del título de este segundo apartado —Fósforos— se encuentra a mi juicio en el famoso cuento de Andersen en el que se narra la historia de una pobre niña vendedora de fósforos en la noche de Navidad. Una noche en la que para combatir el frío, comienza a gastarlos uno tras otro para tener ese mínimo consuelo de calor, en el que milagrosamente se le aparecen visiones de fantasía que compensan sus terribles carencias reales. (Sin mucho éxito, por cierto, pues la niña termina muriendo de frío, por mucho que venga su abuela del otro mundo a recibirla). Pues bien, en este apartado, la poeta va quemando figuradamente fósforos que son aquellos personajes femeninos relevantes en los que se detiene en cada poema.
Ahora quiero haceros una recomendación importante: volved a leer el poema de la página 11 —El método— con el que se inicia el poemario. Un poema-resumen que está escrito recogiendo los temas que abarcan todo el conjunto y que nos van a dar la clave de cada apartado. Como un mapa del tesoro de la obra. Y en el que además se explica y desarrolla el propio título del poemario, Cómo guardar ceniza en el pecho. Para corroborar lo que os estoy diciendo comprobamos que el poema en cuestión tiene seis estrofas: el mismo número que apartados tiene el libro.
Así se inicia la segunda estrofa, la del apartado que vamos a leer esta semana:
¿Cómo guardar ceniza sin tiznarse la piel?
Me he proclamado cerilla
pues soy una entre muchas
(y los fósforos son un gran invento de la historia).
He recogido en mi delantal
los frutos de una higuera crecida en tierra pobre.
De modo que estos frutos a los que hace referencia la poeta son los poemas (todos sobre mujeres) que vamos a leer. ¿Por qué crecidos en tierra pobre? Ya os lo podéis figurar: en la historia no han quedado demasiados rastros de mujeres relevantes. En nuestra época se está haciendo un trabajo de descubrir esos huesos, al igual que hace nuestra autora. En el apartado, pues, vamos a encontrar referencias a:
Scherezade (no quiero tu chador, / ni esas tenaces turquesas; / tu rama de olivo dame) en la pagina 66.
La poeta iraní Forugh Farrokhzad (p. 67) y a la que Miren Agur ha traducido al euskera.
La niña yemení Rowan, cuya terrible historia la autora rescata y rinde memoria, p.72.
La escritora Marguerite Yourcenar (p. 74), por medio de su Cuento azul, que por cierto podéis encontrar en alguna antología de la autora, y también su texto íntegro en internet si queréis leerlo. Es corto, bellísimo y os lo recomiendo vivamente.
Además (por no hacer la lista extensa en exceso) Mary Shelley, Emily Bronte, Martija de Jauregi, Dickinson, Casandra y por último Ayla, personaje de la saga prehistórica El oso cavernario.
Esta larga lista de nombres me lleva a la siguiente recomendación que quiero haceros y que me parece muy importante: ampliad en la medida de lo posible aquello de lo que habla o de quien se habla en el poema. Ya os lo comenté a propósito de Corredor-Matheos cuando trataba sobre obras de arte concretas. En efecto, NO queda otro remedio si queremos comprender o ampliar el sentido del poema.
En cualquier caso, no es necesario rastrear mucho, no os asustéis, pero sí un poco. Esta es la razón por la que nuestra autora puede no resultar de fácil lectura en este apartado: se necesitan conocer unas ciertas referencias de aquello que menciona para disfrutar con mayor plenitud de sus textos.
¿Cuál es el resultado en positivo de encontrarnos este gran abanico de referencias? Pues que si somos seres curiosos y nos gusta seguir rastros de posibles lecturas, un libro como este despierta la curiosidad por conocer otros autores, lugares, obras… En fin, puede ser un libro que consigue ampliar el mundo de lecturas conocido. Un libro de libros.
En mi caso, me han entrado muchas ganas de leer la obra de Forugh Farrokhzad, la poeta iraní. Estoy convencida de que conocer algo de su obra, me proporcionaría una dimensión más amplia del poema de Agur Meabe. Ya os iré contando, ayer me enteré de que esta poeta fue revolucionaria con su poesía, al plantear desde la esfera privada la transformación de lo público y también que vivió intensamente y murió muy joven: solo tenía 32 años. Tiene publicado en castellano una antología de sus poemas: Eterno anochecer con la editorial Gallo Nero.
Otra opción de lectura que os sugiero, si andáis cortos-as de tiempo: elegid de entre los poemas leídos aquellos que os hayan llamado —por la razón particular que sea— más la atención y que profundicéis solamente en ellos. Por otro lado, esto es algo que hacemos en todas las facetas de la vida: elegir. Además, deja un panorama de relectura, pasado un tiempo, de lo más abierto. Siempre podemos volver.
Por último, quiero destacar los tres poemas que abren el apartado, y que tienen mucha cohesión temática entre ellos: Siete mujeres contra el octavo pasajero, Los encajes de Lucy y Wendy salta de un puente el 3 de junio de 2018. En los tres se trata el tema de la dependencia emocional y de su posible cura. Me parece que a pesar de la dureza del asunto, los tres están escritos con sana ironía y por momentos con un cierto humor. Así en el primer poema se trata como si fuera un manual de instrucciones sobre la base de combatir a un “alien”; en el segundo poema se hace el remedo de la declaración pública de una adicta al vampirismo en el contexto de una sesión hipotética de Alcohólicos Anónimos o algo por el estilo. Y en el tercer poema se refleja la exitosa salida de una situación de dependencia, en cierto modo infantil, de ahí la referencia al eterno niño inmaduro Peter Pan. Me encanta que Wendy “maricamisones” finalmente salte: Y no se ha muerto: respira.
Aquí os dejo con la lectura. Espero y deseo que la disfrutéis.
Estrella Ortiz