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CÓMO GUARDAR CENIZA EN EL PECHO, 1

Libro que estamos comentando: 
Cómo guardar ceniza en el pecho

CÓMO GUARDAR CENIZA EN EL PECHO, 1
 
 
Buen día queridas y queridos lectores de poesía, bienvenidos a esta nueva aventura poética, esta vez de la mano de Miren Agur Meabe.
Este libro ha sido Premio Nacional de Poesía en 2021 con la particularidad de que es la primera vez que se otorga a un libro escrito en euskera. Estamos de suerte, porque la traducción ha corrido a cargo de la propia autora, lo que nos garantiza la máxima fidelidad con el texto original.
Agur Meabe tiene otras traducciones en su haber, hechas del francés al euskera (de dos autoras que van a aparecer referenciadas en nuestro poemario). Y también del euskera al castellano. En concreto puedo hablaros de dos libros de poemas para público infantil (muy recomendables) de la autora vasca Leire Bilbao: Bichopoemas y Bestiapoemas. Los dos publicados por la editorial Kalandraka.
 
Este es el plan de lectura del libro para este mes de mayo:
 

  • Esta primera semana leeremos el primer apartado del libro, Un álbum, que llega hasta la página 55.
  • La siguiente semana, del lunes día 9, leeremos el segundo apartado titulado Fósforos y que llega hasta la página 97.
  • Tercera semana, del lunes día 16, leeremos el apartado Viaje de invierno, que finaliza en la página 126.
  • Cuarta semana, del lunes 23, leeremos el apartado Tempo giusto, hasta la página 147.
  • Y la semana del lunes 30 (le vamos a “robar” unos cuantos días a junio...) acabamos el poemario con los dos apartados que quedan: Esa puerta y El estigma accidental.

 
 
Para todas las personas que os incorporáis por primera vez al club ATRAPAVERSOS aquí van unas cuantas recomendaciones generales:
 
Tenemos muchas formas de acercarnos a un poema: a veces hay que comprenderlo, otras sencillamente nos emociona. Las mejores experiencias son una mezcla. En todo caso, siempre hemos de llevarlo a nuestro terreno, es decir, a nuestra propia capacidad y circunstancias vitales. Pues un poema es un mensaje de palabras calculadas y bellas que aterriza en un momento concreto de nuestra vida. Esta es una de las razones por las que la poesía tiene muchas lecturas, no solo de diferentes lectores, sino de diferentes momentos de ese lector o lectora.
 
Otra cuestión importante a la hora de leer poesía es tener la certeza de que en un libro de poemas va a ser raro que todos nos gusten, a veces serán solo unos pocos, en otros casos incluso únicamente uno. ¡Y ya por eso merecerá la pena el libro entero! Esto es así porque cuando encontramos un poema que nos habla especialmente, se produce un deslumbramiento por el cual ese texto pasa a formar parte de nuestra percepción de las cosas, las emociones, el mundo;  en resumen, que empieza a ser parte de nuestra vida. Bienvenido sea, pues, ese único poema.
 
Me gustaría insistir en lo siguiente: de vez en cuando lee los poemas en voz alta, a solas si es tu deseo, pero lee en voz alta. Me atrevo a asegurar que al autor-a mientras los escribía, también le sonaron las palabras dentro de sí. Leer un poema de viva voz hace que nos impregne, que forme parte de nuestro cuerpo, que se vuelva más nuestro. ¡Haz la prueba!
 
Otra cosa, en la medida de lo posible, procura comprender todas las palabras que aparecen en el texto, consulta el diccionario si hace falta. Y si en el poema se hace referencia a personas u obras de arte, lugares, procura enterarte aunque sea un poquito de a lo que se refiere el-la poeta. De lo contrario, si no lo haces, te perderás una parte importante y necesaria para comprender el poema
 
La lectura de poesía es una lectura de relectura. Si devoramos el libro tal vez se nos escapen matices; por el contrario, si volvemos sobre lo que nos ha llamado más la atención, incluso si nos planteamos aprender el verso o versos que más nos han gustado, el poema se queda con nosotros-as, se incorpora (in-corpore), y nos habita.
Después de todo, eso es lo que se persigue con la lectura, que esta sea significativa, que nos acompañe, que nos abra nuevos horizontes. ¡Qué placer ser esa casa donde los poemas pueden quedarse un tiempo, tal vez para siempre!
 
Una cosa más, cuando leemos por primera vez a un autor, hay un momento inicial de acomodarnos a su voz poética particular. Cada poeta es un mundo. Esto nos va a sorprender siempre. ¡Qué diferentes formas de afrontar el hecho poético nos vamos a encontrar en cada poeta! Adentrarse en el espíritu y el lenguaje de cada autor-a tiene mucho de aventura apasionante.
 
 
A cada poemario del Club lo vamos descubriendo: la última lectura de Corredor-Matheos ha sido sosegada, meditativa; como decíais en vuestros comentarios, incluso filosófica. Y de pronto, aquí estamos, aterrizando en Cómo guardar ceniza en el pecho. Una lectura abigarrada, con pasión, y que rebosa en contenidos por todos sus costados.
 
A nivel formal, lo primero que vamos a constatar en buena parte de los poemas es su versificación alargada en la línea (versículos), tanto que en algunos poemas se rompe la idea del verso y pasamos a lo que podríamos llamar prosa poética.
Esto nos lleva a considerar el texto desde otros ángulos, por un lado vamos a encontrar ausencia de métrica (no siempre, porque por muy largo que sea el verso, la autora a veces rima en las últimas palabras o frases, ya lo vais a ver) y por el otro, que aumentan considerablemente los contenidos. No es lo mismo un verso de siete sílabas que un “verso” de cuatro líneas.
En algunos casos estas construcciones poéticas podríamos denominarlas salmódicas —una fórmula oral muy antigua, por cierto—. Es decir, cada párrafo o estrofa forma parte de una enumeración que progresa y se acumula de imágenes hasta la conclusión final.
 
Pero como es una poeta de contrastes, además de estas composiciones largas, vamos a encontrarnos poemas muy cortos —eso sí, agrupados bajo el título de un solo poema— como los haikus. Ya vamos a ir viéndolo.
 
Por último, de la lectura de esta semana, destaco el poema Madre en píxeles de la página 31. Me parece un texto bello y tierno la lluvia de recuerdos que la autora prodiga de su madre. Con unas imágenes inolvidables, al menos para mí.
 
Por cierto que esta interesante propuesta podemos aplicarla a nivel particular. No necesariamente a propósito de nuestra madre. Ampliando el campo, cada cual lo podría hacer sobre la persona memorable de su vida, a elegir. Una enumeración en grandes líneas, así como hace la autora: “en píxeles”; es decir, una suma de momentos sin que tengan relación unos con otros, ni pretensión de sacar conclusiones sobre ellos; pero eso sí, desde la consideración y el cariño, como se trasluce en el poema que nos ocupa.
 
¿Os animáis? Por probar, por jugar, por recordar, por amar…
(os recuerdo que será para vosotros-as, sin necesidad de mostrarlo por aquí. Como la tarta de pollo de Ana Luísa Amaral, ¿recordáis? Yo sí la hice…)
 
Bueno, ahí lo dejo.
 
 
Que tengáis una bella semana,
Estrella Ortiz