1 CARPE AMOREM
1 CARPE AMOREM
Buen día, amigos y amigas ATRAPAVERSOS, bienvenidos a la lectura de este mes de junio: CARPE AMOREM de la poeta Aurora Luque. Una antología temática de versos de amor, desamor, deseo y —como dice la propia autora en el Prefacio— también de deseo de nombrar al amor. Que en definitiva es el fin de toda poesía: nombrar, morir en el intento de comunicar, poner palabras, trascender.
Estos versos son una selección de (casi) toda su obra desde 1982 hasta 2020 alrededor de este tema, el carpe amorem. Una obra estupenda para conocer la poética de esta autora andaluza, justo anterior al libro Un número finito de veranos de 2021, por el que recibió el Premio Nacional de Poesía 2022.
Esta será la distribución de la lectura en las cuatro semanas del mes:
- En esta semana, lunes 5, leeremos hasta el poema “Pentesilea” de la página 104. La lectura incluye poemas de sus libros Hiperiónida y Problemas de doblaje.
- La semana próxima, lunes 12, leeremos desde el poema “Fecha de caducidad” (p. 106) hasta “Definición de abrazo” de la página 148. Todos los temas pertenecen a sus libros Carpe noctem, La metamorfosis incesante y Transitoria.
- La semana del lunes 19 leeremos desde el poema “Nuevo caso de Hybris” (p. 149) hasta “Letras para Carmen Linares” de la página 201. Este apartado incluye temas de sus libros: Camaradas de Ícaro, Haikus de Narila y La siesta de Epicuro.
- Y por último, la semana del lunes 26 de junio la lectura irá del poema “Carboneras, verano 2013” (p. 203) hasta el final del poemario. Estos temas pertenecen a los apartados: Personal & Político, Cuaderno de Flandes, Orinque, Gavieras y Varia procedencia.
En primer lugar, merece la pena detallar la “tripa” del libro, su contenido interior, todas las partes de que consta por el orden en el que nos las vamos a encontrar: Prefacio de la autora (p. 7), Prólogo del antólogo Ricardo Virtanen (p.15); Bibliografía sobre la poesía de la autora (p. 37), una selección de entrevistas (p. 50) y sobre sus traducciones (p. 52). En la página 57 comienza el Poemario. Y por último, el Índice, muy útil también, que lo encontramos a partir de la página 247.
Este pequeño ejercicio de “reconocimiento” nos deja la libertad de volver a cualquiera de sus partes cuando lo queramos, pero siempre desde la constancia de todo lo que contiene.
Como suele ser costumbre en el Club, dejo a vuestro criterio el momento para leer el Prefacio de la autora y el Prólogo del antólogo. Si lo hacemos antes de iniciar el poemario, nos pone en situación de lo que vamos a encontrar, aunque nos perderemos muchos matices, pues aún no hemos leído de lo que se habla en él. En todo caso, ambos son textos interesantes que no pasaría nada si los leyéramos dos veces: al principio de la lectura y después, al terminarla, para saborearlo mejor.
En palabras de Ricardo Virtanen, en este libro vamos a encontrar “toda una geografía del deseo, una arquitectura del amor construida a golpes de vida y mito, de sed y destino encontrado. Una poética solar. Una metamorfosis del lenguaje hecho carne, vértigo y vacío” (p. 16). Me parece que además es una invitación hacia la vida no solo mental, sino sensual, un despertar de los sentidos (si es que andan dormidos u olvidados), una alegría para entregarse a los goces sin pensar mucho en la factura que venga detrás, en cuanto al dolor o la nostalgia.
¡Carpe amorem! a pesar de los pesares. Dice la poeta a cada momento. Y sin embargo también entiende la postura reservada, como ocurre en el poema “El marino adulto” (p. 62) en el que se refleja bellamente una reticencia a la entrega, al vértigo del amor, a ese alocado “Alfabeto nocturno” que leemos detallado en la página 96.
Para quienes venimos de la lectura anterior, Constantino Cavafis, vamos a encontrar en esta obra una estela poética que nos resulta familiar. Si bien el autor griego se servía más de la historia como fuente de inspiración, Luque bebe de la cultura clásica a través de sus mitos y unos cuantos autores emblemáticos como el latino Horacio muy conocido por su carpe diem. Por cierto, que la poeta dedica a este asunto el poema “Tópico” de la página 75. Pero el rastro horaciano está por todos lados.
De modo que va siendo hora de leer el original en castellano, el poema completo de Horacio, que tanto importa en este poemario. El que tengo en casa, está incluido en una selección de sus Odas en la edición de bolsillo de Plaza&Janés del año 2000. El traductor, Luis Javier Moreno, cuenta que sus traducciones partieron de una invitación de la Universidad de Salamanca en 1992 cuando se cumplían los dos mil años de la muerte del poeta.
Ha pasado mucho tiempo desde que lo escribió, y sin embargo es moderno (o eterno) lo que cuenta:
LEUCÓNOE: CARPE DIEM
(Libro I, Oda 11)
No intentes (es pecado) indagar lo prohibido,
qué fin a ti y a mí nos deparan los dioses
ni consultes, Leucónoe, augures babilonios.
Mejor es disfrutar lo que tenemos
que andar desazonados por si Júpiter
no nos concede más que este invierno presente
que al Tirreno sin fuerzas ha dejado
contra escollos y rocas al batirlo.
Sé precavida pues, y filtra vino:
la vida es breve, olvida la esperanza,
mientras ahora charlamos huye el tiempo
envidioso… ¡Disfruta del momento!
¡Quién sabe si mañana otro tendremos!
Aquí tenéis el poema con mis mejores augurios para vuestra semana.
¡Salud y Poesía!
Estrella Ortiz