Biografía de un cuerpo: Finalizamos.

¿Quién no se ha sentido alguna vez inmerso en una vida ajena, en una vida que no le pertenece y aún peor, en una vida prestada?

"Biografía de un cuerpo" es más que una lectura corta. Directa, contundente, nos graba a fuego los cambios físicos y mentales que se producen en la adolescencia, el esfuerzo y sacrificio que hay que hacer por perseguir un sueño. Pero, ¿es su sueño o el de otro?

{ Y quién soy yo. Quién soy }

El protagonista, del que no desvelaré el nombre, puesto que es lo de menos en esta historia y así lo ha querido dejar claro la autora porque hasta casi el final de la narración no lo desvela, es un joven bailarín de ballet.

En toda momento la narración está contada en primera persona, nos metemos en su cuerpo, en su mente. Sufrimos con él, cambiamos junto a él.

{ Un paraíso de dolor y esfuerzo, donde, de pronto, un día, tu imagen adquiría una dimensión prodigiosa y eras movimiento, batalla, energía, y todo cobraba sentido. Esa efímera lucidez bastaba para seguir con el dolor y el esfuerzo. Cuanto más dolor y esfuerzo, más duraba la luz }

Sobrepasado por los cambios de su cuerpo, al que no hace más que reprocharle cosas, por los cambios emocionales y de humor, el niño convertido en adolescente con la rebeldía característica de esta etapa, comprende al fin la idea, el sentimiento que ronda en lo más hondo de su ser desde hace tiempo.

A veces, los sueños de los padres se convierten en los de los hijos, otras no.

{ A veces, echo de menos ser niño }

Poesías recorren todo el libro aportando una exquisitez, un encanto que hará las delicias de cualquier lector.

No solo deberían leerlo jóvenes, creo que es una lectura recomendable para todo el mundo teniendo en cuenta los temas tan importantes que abarca. Aporta luz a la oscuridad. Quizá, incluso, ayude a desatar la venda que tapa los ojos de otros muchos, dejándolos ver, por primera vez, la realidad.

Me gustado el lenguaje poético y las adjetivaciones evitando las repeticiones a la que estamos acostumbrados en las novelas juveniles para retomar un idea comenzada.

El argumento se centra en Marcos, adolescente que compagina instituto y conservatorio. Está en ese punto de inflexión en su vida que no sabe si danza porque le gusta y es su mundo, o porque le gusta a su padre.  Tiene que tomar esta y otras decisiones, como si le gusta Clara o Natalia, o sí siente admiración o celos por su amigo Alex, y si el esfuerzo diario merece la pena o hay que parar a respirar, para evitar el estrés. Una novela emotiva y poética que os recomiendo.

En resumen hemos leído una novela que se adueña de tus sentidos, tejida a partir de una prosa exquisita, poética, que parece danzar entre las páginas al ritmo de los pies del protagonista (estudiante de danza clásica) de esta maravillosa historia sobre la necesidad (obligada) de dejar atrás la adolescencia y abrazar la edad adulta, deteniéndose en todo lo que el alma de un adolescente (cualquier persona, en verdad) puede contener: miedos, pasiones, decepción, sensación de abandono, dolor, dudas, amor, descubrimiento, ira, sacrificio, presión, contradicción, rebeldía, amor, esperanza, autoafirmación de la identidad propia… Y nosotros, como lectores entregados, gracias al uso que de la narración en primera persona hace la autora para que nos llegue su mensaje, lo sentimos todo como nuestro pues, desde que pasamos la primera página, formamos parte del cuerpo (cambiante, mutable en su proceso vital de crecimiento) y la mente de este bailarín atrapado en un sueño (más ajeno que propio).

Además, Mónica Rodríguez juega con la realidad de manera sutil y efectiva al introducir ciertos paralelismos con la vida de Nijinsky, el brillante bailarín considerado casi una divinidad, que acabó encerrado en un sanatorio mental las tres últimas décadas de su vida, lo que no hace sino enriquecer la obra.

En definitiva, «Biografía de un cuerpo» es una novela descarnada, nada condescendiente, que invita a reflexionar no solo sobre lo que supone crecer y hacerse mayor, sino sobre la faceta educativa de algunos padres a la hora de pretender vivir sus sueños a través de sus hijos.

Os dejo un frase de la novela:

«Supongo que la tarea del adolescente es descubrir quién eres. Escribir la biografía con el cuerpo, el primer beso, la primera explosión de adrenalina, los primeros golpes. Cartografiar la geografía de tu cuerpo. Recorrer con la memoria los mapas que vas construyendo. Inventar carreteras hacia otros. Puentes, túneles con que atajar la soledad de ser uno mismo. »

Tras alcanzar su final en la última página, no es el final para el lector o al menos no debería serlo. Final que queda planeando en la ductilidad del futuro. Un final solo alcanzable y que únicamente mostrará su verdad, cuando la luz se extinga entre los ecos de una vida intuida que ha crecido en la imaginación paralela a la vida real.

Maravilloso de principio a fin.

Feliz lectura. Os espero el próximo año con nuevas lecturas

Un saludo

Alejandro