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ANTOLOGÍA POÉTICA LUIS CERNUDA, 1

Libro que estamos comentando: 
Antología poética

Saludos, amigos y amigas lectoras de poesía. Hoy comenzamos nuestro camino para conocer un poco más la obra de Luis Cernuda. Os propongo una lectura de cuatro semanas, en esta primera semana leeremos hasta la página 49 con el poema “He venido para ver”, fin del apartado de Los placeres prohibidos.
 
El libro que vamos a leer es una antología, una selección de poemas, realizada por Philip Silver para la edición de 1975 y que ha continuado reeditándose hasta nuestros días. Cernuda llamó al conjunto de su obra La realidad y el deseo, y a lo largo de su vida se fueron incorporando a este título todos los poemas nuevos, que a su vez estaban agrupados por títulos diferentes, como si fueran capítulos de una única obra. Algunos de ellos fueron publicados como libro independiente, como es el caso de Donde habite el olvido, también con presencia en nuestra antología. Este título para toda su obra —La realidad y el deseo— apareció por primera vez en la edición de 1936.
 
La lectura de esta semana incluye poemas escritos hasta 1931. Cuatro años después de la fecha fundacional que conocemos como Generación del 27, y que como sabéis fue un movimiento de renovación artística, especialmente poética, que tuvo su fecha emblemática con la celebración en Sevilla de un conjunto de actos que buscaron la puesta en valor del poeta barroco Luis de Góngora (1561-1627), fallecido trescientos años antes, un gran olvidado hasta entonces. Aunque Cernuda no “salió en la foto”, asistió a los actos, pues vivía en Sevilla y bebía de la misma corriente renovadora y moderna. A nuestro poeta le habría gustado que se denominara este grupo Generación del 25, pues fue el año en el que empezaron a publicar la mayoría de los poetas acogidos en este movimiento. No ganó su preferencia, como tampoco la de José Bergamín que proponía Generación de la República.
 
Lo primero que vamos a observar en nuestra lectura de estas primeras páginas es el carácter formal y un tanto frío de sus composiciones. Tampoco es de extrañar, pues son poemas de una primera juventud (Cernuda nació con el siglo: 1902). En todos los poemas de Primeras poesías vemos que están compuestos con versos de arte menor (de ocho o menos sílabas) y tienen un cierto aire popular: las estrofas de cuatro versos tienen rima solo en los versos pares. Esto produce un metro ágil y en apariencia sencillo… sin embargo, lo que cuenta el poeta necesita de toda nuestra atención.
Ya encontramos en estos primeros poemas la presencia del deseo como eje de toda su poética: “Vivo un solo deseo, / un afán claro, unánime;” (p. 22)
Además de estas estrofas de cuatro versos, también encontraremos en esta primera parte un par de décimas, poemas populares de arte menor y formados por diez versos, en las páginas 20 y 24.
De Égloga, Elegía, Oda el antólogo ha escogido dos poemas: “Homenaje”, cuyo destinatario es Fray Luis de León, y “Oda”. Fijaos que los versos en el primer poema son de arte mayor, más de ocho sílabas, en una forma de estrofa que se conoce como cuarteto. Y en “Oda” su forma compositiva es una silva, combinación de versos de once y siete sílabas con rima de disposición libre, pero que también admite versos sueltos (sin rima). A mi juicio, parece un inicio de la liberación métrica que vamos a ver a lo largo de la trayectoria del poeta.
En Un río, un amor, y Los placeres prohibidos ya podemos observar esta liberación formal de metro y rima, ruptura de las estrofas, verso libre; y asimismo una entrada hacia poemas de tema más personal. Sin duda, es el Cernuda más conocido. En Los placeres prohibidos  encontramos bastantes de sus poemas más antologados, como “Si el hombre pudiera decir” (p. 44) y “Te quiero” (p. 48).
 
Cuando hayáis acabado esta primera parte de lectura ya habréis percibido unas ciertas constantes de su obra centrada en el amor, el olvido, el desengaño y por supuesto, como decía más arriba, una fundamental importancia hacia la figura del deseo como motor del sentimiento humano.
 
En palabras de Ana Pelegrín —tomadas de su antología sobre poetas del 27 El huerto del limonar— Cernuda “es el poeta de la soledad; su biografía poética se debate entre la realidad y un anhelo de altura. Busca la armonía, la belleza clásica en sus poemas de exaltación amorosa y profunda amargura”. (p. 53)
 
A propósito de esta observación de Pelegrín, “biografía poética”, he recordado un artículo de Manuel Vilas sobre la Generación del 27 titulado Ampliación de capital (Babelia 9.09.17) en el que nos dice: “la generación del 27 dio un poeta importante y un poeta universal. El poeta importante es Luis Cernuda. El poeta universal es, claro, Lorca. A Lorca se le admira y se le quiere. A Cernuda lo acabas comprendiendo, entendiendo, lo que es peor. Esa fue la gran lección del autor de La realidad y el deseo: una poesía que cuenta la vida de un hombre. Fue un hecho en la historia de la poesía española, que culminará en la poesía conversacional de poetas como Gil de Biedma o Ángel González, que son los verdaderos herederos de Cernuda. (…) La poesía está tan apartada de la vida pública que ni siquiera los especialistas han advertido que quien primero hizo autoficción en la literatura española fue Cernuda.”
 
Queridas y queridos lectores, aquí os dejo, en buenas manos, digo, en buenos versos.
Como siempre, agradeceré mucho vuestros comentarios. ¡Feliz lectura!
 
Un saludo,
Estrella Ortiz