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3, ANTOLOGÍA POÉTICA Wislawa Szymborska

Libro que estamos comentando: 
Antología poética

3, ANTOLOGÍA POÉTICA Wislawa Szymborska
 
Buenos y calurosos días, estimadas personas que andáis atrapadas por los versos:
Iniciamos los comentarios de esta semana sobre la lectura que  abarca desde la página 125 hasta la 184. Un grupo de poemas seleccionados de estos dos libros de la autora: El gran número y Gente sobre el puente.
 
Espero que estéis disfrutando con esta poeta tan particular. Ya os habréis dado cuenta de que aunque los temas que elige son cotidianos y sencillos, sus reflexiones sobre ellos son de gran calado. Se acerca de una forma filosófica a las cosas, no se queda en la superficie, siempre anda en busca de sentido. De ahí que, por regla general, cada poema necesite varias lecturas para su comprensión. No obstante, y esto lo digo por animar, no tenemos que olvidar que la verdadera obra literaria nunca se agota en una primera lectura.
Si la forma de hacer de Szymborska os ha cautivado, pasado el tiempo volveréis a leerla y siempre encontraréis matices interesantes. Os lo digo por experiencia.
 
En Polonia Wislawa es una poeta muy querida, hasta el punto de que incluso se han hecho canciones de sus obras. La más conocida de todas ellas: Nada dos veces de la página 36. Si volvemos sobre este poema, de verso corto y con rima (la traducción intenta mantenerla), es una pieza optimista, casi una canción de amor. A pesar de que todo pasa y es irrepetible, por fortuna el amor nos acompaña.
A propósito de ella, os sugiero que miréis en youtube. Solo con que pongáis: “wislawa szymborska nada dos veces”, vais a tener la oportunidad de escuchar a la poeta leyendo su poema. Oh, qué bonito suena, lee maravillosamente. Os lo recomiendo.
 
 
La semana pasada comenté el poema Autotomía de la página 116 en el que se habla del cohombro, el extraño animal marino que, en su huida desesperada del depredador, muere sin morir. Pues bien, en ese poema se incluyen las palabras latinas non omnis moriar, una frase del poeta Horacio muy del gusto de la poeta, y que significa “no moriré completamente”. Ya nos la habíamos encontrado en el poema El resto (p. 64), y de nuevo volveremos a leerla en el primer poema de esta semana: El gran número (p. 125). Una pieza en la que se hace una declaración de intenciones: la poeta comienza diciendo que no le preocupa lo general, pues su imaginación siempre se detiene en lo particular, y esto la obliga a estar continuamente rechazando opciones para así elegir el propio camino, que es hacer poemas. No gran cosa, por cierto, pues fijaos lo que dice: “a costa de pérdidas indescriptibles, un poemita, un suspiro”. Sin duda, esto es un resultado minúsculo, ridículo, en el cómputo general y sin embargo, a pesar de las infinitas muertes (pérdidas, elecciones desechadas) la poeta continúa su fuego poético y aviva ese “espacio dentro de mí”.
 
Quisiera llamaros la atención sobre una forma peculiar en la que deriva esta supuesta necesidad imperiosa que existe en la vida de tomar decisiones. Porque a veces la autora se libra de ello y lo relativiza: no se limita a sí misma en sus juicios y mantiene en el aire un abanico de opciones. Como ejemplo emblemático, destaco el poema Atlántida de la página 52, que comienza diciendo: “Existieron o no existieron. En una isla o no en una isla. Un océano o no un océano lo tragó o no”. A propósito de ello, os trascribo a modo de comentario estas palabras de la autora, que se encuentran en el prólogo de su libro El gran número. Fin y principio editado por Hiperión: “La Atlántida, da igual si ha existido o no, es muy rentable. No solamente desde el punto de vista científico. También psicológicamente. Es necesaria como un ejercicio de imaginación. No vale la pena vivir desgastando toda nuestra imaginación en temas prácticos”.
Esta tendencia tan curiosa que tiene la autora a dejar abiertas las opciones del destino —lo que podríamos llamar un “suspense intelectual”, con una gran relatividad en las conclusiones—   podemos encontrarla en bastantes poemas, aquí os dejo unos cuantos: Si acaso (p. 107), La mujer de Lot (p. 131) y Retrato de mujer (p. 146). Muy interesantes los tres, por cierto.
 
 
La semana pasada os comentaba la llamativa capacidad de la poeta para abordar un tema desde un punto de vista sorprendente. Os dejo dos ejemplos de la lectura de esta semana: por un lado, la visión de la muerte desde la sencillez de un escarabajo (p. 133) en el poema titulado Visto desde arriba (por cierto, qué iluminador resulta el título); y este otro, un poema referido a las fronteras vistas desde un ángulo —no sin cierta ironía— de  su “permeabilidad”, titulado Salmo y que vais a encontrar en la página 129.
 
Y aquí os dejo, en las manos y palabras de esta magnífica poeta, risueña a pesar de todo, que le encanta repensar el mundo (volved sobre su poema de la página 54) aunque de momento este no deje de ser algo parecido a “Bach tocado con una sierra”. Y sin embargo… ahí está su maravilloso poema La feria de los milagros de la página 181.
 
¡Feliz vida milagrosa, queridos-as ATRAPAVERSOS, disfrutadla todo lo posible!
 
Hasta la próxima semana,
Estrella Ortiz