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1- Antología poética de Jaime Gil de Biedma

Libro que estamos comentando: 
Antología poética

 
¡Buenos días, feliz lunes y mejor semana!
Queridas gentes que os habéis animado a empezar o continuar esta aventura poética del Club de lectura ATRAPAVERSOS,
¡BIENVENIDAS!
 
Comenzamos este marzo con Jame Gil de Biedma, uno de los poetas que más me impresionó cuando yo apenas tenía 20 años, entenderlo, creo que lo entendí, de veras, después, con el paso del tiempo y de los años.
Este es el plan de lectura que os propongo para las próximas semanas:
Esta semana del lunes 4 de marzo nos saltaremos el prólogo de Javier Alfaya, y leeremos el primer apartado «De Compañeros de viaje» (1959) de la página 37 hasta la página 66. 29
La segunda semana del lunes 11 de marzo, leeremos el segundo apartado «De Moralidades» (1966) de la pág. 69 hasta la página 94. 25
La tercera semana del lunes 18 de marzo leeremos la segunda parte del segundo apartado «De Moralidades» (1966) desde la página que va de la página 94 a la 123. 29
La semana del lunes 25 de marzo, leeremos «De Poemas póstumos» (1968) de la página 127 a la 149. 22
Y terminaremos (a quien le apetezca) con el prólogo de Javier Alfaya de la pág. 11 a la 27. 16. TOTAL: 38
 
AVISO A NAVEGANTES: 121
(que va a ser una constante en mis entradas semanales).
Si yo estuviera en vuestro lado, creo que leería esta entrada tras la lectura de los versos, porque a mí personalmente no me gusta que me destripen la lectura y aunque yo intentaré no hacerlo, en la explicación que os doy de algunos poemas anticipo algunas cosas, en vuestras manos queda leer estas líneas antes o después.
 
Jaime Gil de Biedma es apenas un año mayor que Francisca Aguirre, a quien leímos el mes pasado, pero se produce un fenómeno curioso, Francisca Aguirre destruyó todo lo que había escrito hasta 1966, la lectura de Kavafis le cambió su percepción de la poesía, se deshizo de todo lo escrito y empezó de nuevo, publicó su primer poemario «Ítaca» en 1972, tardó seis años en escribirlo.
 
Por el contario Jaime Gil de Biedma comenzó a escribir muy pronto su primera producción consistió en dos plaquettes «Versos a Carlos Barral» data de 1952, y «Según sentencia el tiempo» de 1953 y se le suman algunos poemas en revistas literarias como «Papeles de Son Armadans, Fin de siglo», también de 1953.
Su primer poemario, al que pertenecen los poemas que leemos esta semana, lo publica en 1959 y su último poemario data de 1968.
(Eso no quiere decir que no escribiese nada más, están sus diarios y sus críticas y reflexiones literarias), pero en esa fecha dio por finiquitada su poesía.
 
Cuando Francisca empieza, Jaime acaba.
 
Jaime Gil de Biedma siempre contó que su estancia en Oxford en el año 1953 y la lectura de Auden y T.S. Eliot marcaron su poesía, provocó que huyese de determinadas vanguardias como el simbolismo y prefiriera utilizar un lenguaje coloquial, lo opuesto al hermetismo literario, que hace tan fácil y comprensible su poesía, pero si renunciar al juego inteligente de los tropos, las figuras retóricas.
 
Comenzamos con la lectura «De Compañeros de viaje» (1959) de la página 37 hasta la página 66.
 
En «Compañeros de viaje», título que que coincide con el de un poema de Neruda, nos encontramos con sus compañeros de viaje políticos y con sus compañeros poetas, en este poemario aún vemos pinceladas simbolistas, pero poco a poco va acercándose la poesía de la experiencia definida en el libro de Robert Langbaum, The poetry of Experience que leyó en 1957 y hará suyos muchos de los presupuestos teóricos de este autor.
Se trata de un Gil de Biedma adolescente, joven que está encontrando su camino, ya sabe o quiere que sus poemas reproduzcan una experiencia real o ficticia pero con un presupuesto ideológico claro, sin olvidar la distancia que hay entre lo que se escribe y quien lo escribe, pero está en proceso, poco a poco vamos viendo como sus poemas ganan en seguridad, en la certeza de cuestionar el mundo y en la búsqueda de su propia identidad, de ser capaza mirar atrás y descubrir quién es o quién quiere ser.
Y esto que puede parecer lioso al contarlo, al leer sus poemas queda claro.
 
Conmueve el poema Amistad a lo largo cuando dice:
Hay momentos felices / para dejarse ser en amistad.
...
«Ay, el tiempo! Ya todo se comprende». (pág. 38) (es curioso ver el uso del signo interrogativo y el exclamativo como en catalán y en francés).
 
Al releer los versos me doy cuenta de todo lo que hemos cambiado en estos años. Si quienes leéis estos versos sois mujeres y no os sentís incluidas en ese plural masculino pensad en el año en el que está escrito y sentiros incluidas, apartad por un momento esa mirada violeta, porque sería muy injusto despreciar una poesía tan hermosa y profunda por ese matiz que en aquel tiempo ni se cuestionaba. Estábamos en plena dictadura, las personas no teníamos derechos, pero las mujeres aún menos, se luchaba en la clandestinidad por intentar acabar con ese régimen autoritario y por la libertad.
Y en el nosotros sí estábamos nosotras, sin ninguna duda y, yo quiero creer que seguramente hoy Jaime Gil de Biedma con la sensibilidad que lo caracterizaba hoy habría escrito de otra forma.
 
En Las afueras
«La noche se afianza / sin respiro, lo mismo que un esfuerzo».
Noche se equipara a esfuerzo o se contrapone, se juega con las palabras y se le da un nuevo sentido.
 
 
II El magistral uso de la personificación del viento...
«Si subiera al salón / familiar del octubre / el templado silencio / se atrevería».
 
III «A veces ola y otra vez silencio».
¿Cómo se puede describir así?
 
IX Jaime es capaz de hacernos sentir que hemos sentido como él, que también nos ha pasado eso...
«¿Fue posible que yo no te supiera / cerca de mí, perdido en las miradas?»
 
X La manera tan peculiar de personificar y mezclar espacio y tiempo y de definir sensaciones con endecasílabos perfectos.
«Nos reciben las calles conocidas / y la tarde empezada»
...
«se acordase...La luz usada deja / polvo de mariposa entre los dedos».
 
Idilio en el café
«Queda también silencio entre nosotros, / silencio / y este beso igual que un largo túnel».
 
Aunque sea un instante
Y el durísimo verso que se adentra y te duele:
«Aunque sea un instante, deseamos / descansar. Soñamos con dejarnos».
 
Lunes
Qué bien explica Gil de Biedma el cansancio de los lunes...
 
Ampliación de estudios
El poeta se mofa de sí mismo y termina su poema poniendo en interrogativo un verso de Stephane Mallarmé de su poema «Le tombeau d´Edgar Allan Poe» (La tumba de Edgar Allan Poe).  
Aquí tenéis el poema completo en francés:
https://www.etudes-litteraires.com/mallarme/tombeau-edgar-poe
«Tel qu'en Lui-même enfin l'éternité le change?»
Que podemos traducir como: ¿De tal manera que en sí mismo finalmente la eternidad lo cambia?
 
El poema Las grandes esperanzas nos ofrece un rayo de luz...
«La cuestión se reduce a estar vivo un instante, /aunque sea un instante no más, / a estar vivo / justo en ese minuto / cuando nos escapamos / al mejor de los mundos imposibles».
 
De ahora en adelante
«y no me encontré solo»
 
Los aparecidos
Y la sensación de impotencia ante la penuria...
 
El miedo sobreviene
Sin más...
 
Piazza del Popolo
Decía María Zambrano «La palabra saca las cosas del silencio» y esto es lo que hace Jaime y dice en su dedicatoria que habla María Zambrano, o él a través del pensamiento de ella y nos muestra una realidad de una España que ya casi hemos olvidado y que conviene recordar quizás para que no se repita.
 
Y termina esta parte de la antología con Canción para ese día
 
Una antología como una traducción siempre es una posibilidad entre miles, yo quizás he echado de menos de ese primer poemario algún poema más, como uno de mis preferido que os dejo aquí:
 
Por lo visto
Por lo visto es posible declararse hombre.
Por lo visto es posible decir no.
De una vez y en la calle, de una vez, por todos
y por todas las veces en que no pudimos.
 
Importa por lo visto el hecho de estar vivo.
Importa por lo visto que hasta la injusta fuerza
necesite, suponga nuestras vidas, estos actos mínimos
a diario cumplidos en la calle por todos.
 
Y será preciso no olvidar la lección:
saber, a cada instante, que en el gesto que hacemos
hay un arma escondida, saber que estamos vivos
aún. Y que la vida
todavía es posible, por lo visto.
 
Hasta la semana que viene, nos leemos de nuevo a partir del 11 de marzo.
¡Feliz lectura y feliz semana!
Paula Carbonell