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Queridas viajeras, queridos viajeros: ¿cómo estáis?

Seguimos viaje con Mariana Enriquez y nos vamos a Cuba, Edimburgo, Londres, Praga y Argentina. ¡Comenzamos!

Necrópolis de Colón, La Habana, Cuba, 2001

De este capítulo, destacaría la historia de una amistad, la de Mariana Enríquez y Albertico. Fue Albertico quien le descubrió a la autora la Necrópolis de Colón, pues hay que recordar que ella fue a la isla para ver un concierto de su grupo favorito Manic Street Preachers ( y fue en unas circunstancias raras, la verdad). En esta historia la situación de Cuba, se mezcla con la desaparición del guitarrista del grupo, con las correrías de Albertico por La Habana, y me llamó mucho la atención esto:

“Albertico vivía en un mundo hermoso y a ese mundo te llevaba y ahí la realidad no era importante. No era un mecanismo de defensa ni ninguna tontería así: era una decisión.”

Además del ambiente en el concierto (por cierto, ¿qué asesor le diría a Castro que era buena idea llevar a ese grupo, porqué, cómo lo convencieron?), las declaraciones sobre que a Castro no se le podía matar porque así lo había decidido él… por supuesto está el recorrido por el cementerio de Mariana y Albertico. Por los nombres más literarios: Alejo Carpentier, Dulce María Loynaz, José Lezama Lima… y la historia de amor de Catalina Lasa, su mausoleo y su mansión.

¿Con qué palabras definiría este viaje de Mariana Enríquez? Misterio, absurdo, desasosiego. ¿Y vosotros?

 

Cementerio de Greyfriars, Edimburgo, Escocia, 2017

La autora visita Edimburgo con motivo del Festival de Literatura y en el marco del proyecto Outriders: un escritor escocés viaja a América Latina para tener un intercambio con un escritor local y además desarrollar un proyecto literario.

“Para mi escritor, Kevin MacNeil, se trata de Robert Louis Stevenson y su relación con Borges. Para mí es la influencia del religioso Robert Kirk y su clásico La Comunidad Secreta: un clérigo en el país de las Hadas, donde leí por primera vez una leyenda que fue la inspiración de mi cuento «Chicos que vuelven»”.

Así que allá que está nuestra autora y, con ella, hemos visitado este cementerio que es “viejo y oscuro, con el césped de verde brillante británico y las tumbas sobre Grassmarket Street decoradas con calaveras y huesos, querubines terroríficos con los ojos en blanco, cabezas de seres mitológicos talladas en piedra y aplastadas por columnas, lápidas con largas y detalladas descripciones del muerto, sus circunstancias y la familia que yace junto a él, máscaras mortuorias y esqueletos por todos lados…”

En su relato nos asaltan los ladrones de tumbas; los asesinos de tumbas que mataban a personas para venderlas a la Escuela de Medicina, y los ataques perpetrados desde y en el Mausoleo Negro, el mausoleo de George Mackenzie, un personaje tenebroso de la época (aunque según puntualiza Mariana Enríquez, no tanto como otros contemporáneos) que son, francamente terroríficos.

Sin embargo, Edimburgo es Harry Potter y las colas y el turismo de masa, y el cementerio no se sustrae a las visitas de los fans “Viene en busca de los personajes de Harry Potter. O, mejor dicho, los muertos cuyos apellidos J. K. Rowling eligió cuando paseaba por el cementerio rumiando la trama del libro que escribía en la cafetería The Elephant House”. Ya sabéis que la escritora también pergeñó su historia en Oporto y en la cafetería Majestic.

Cementerio de Highgate, Londres, Reino Unido, abril de 2019

Este y los otros dos últimos viajes de Mariana Enríquez a cementerios se han visto impregnados, de un modo u otro, de sus gustos musicales. Me llama mucho la atención esta condición de fan de la autora. ¿Y a vosotros?

Acá la tenemos en el Reino Unido, adonde ha ido tras una de sus bandas preferidas, Suede, y, ya que está, aprovecha para visitar uno de los “Siete Magníficos Cementerios de Londres”: Highgate que, además debe de ser enorme…

(Pero antes, no me resisto a enlazaros este episodio de pódcast de Gabinete de Curiosidades, de Nuria Pérez, sobre otro de esos cementerios magníficos: el cementerio de Brompton. Además del episodio, en la página que os enlazo encontráis más recursos en torno a él. Y lo hago porque la autora lo menciona y porque, además, en el epílogo de este libro, narra los cementerios a los que le gustaría ir y éste está entre ellos. Que lo disfrutéis.)

Highgate se divide en dos partes: el Cementerio del Este, que se puede visitar libremente tras adquirir una entrada, y el Cementerio del Oeste, que solo es posible visitar con un guía. Me han resultado fascinantes los personajes, las historias, las anécdotas, todas esas cosas que la autora nos cuenta, revelándonos mil y un detalles. La relación entre Dante Rossetti y Lizzie, la historia del vampiro de los años sesenta, la escritora lesbiana que era fascista y estaba llena de contradicciones, no sé, no sabría cuál me ha interesado o asombrado más. Quizás me ha conmovido mucho más que todas las otras tumbas y mausoleos de esas personas célebres y famosas la fosa común de diez mujeres frágiles, jóvenes y abandonadas, asesinadas por la crueldad y la avaricia de los hombros.

Y luego está esa nostalgia que arrastra Mariana Enríquez: “este viaje es mi fin de juventud, una despedida planeada y por eso más teatral, con rituales específicos”. No sé, creo que hasta tiene mucho de victoriana, como el cementerio.

 

 

Viejo Cementerio Judío y Cementerio de Vyšehrad, Praga, República Checa, 2019

Es esta la historia de un amor difícil y algo complejo, pero… ¿al final Praga enamoró a Mariana Enríquez?

“Una ciudad sepultada por su propia maravilla, pienso. Una ciudad que todo el mundo quiere ver y que, de tanto verla, la dejaron sin brillo, como a una atracción de feria vieja y solitaria a pesar de la marea de visitantes que sigue espiando tras las rejas para ver la cola de sirena, las escamas ya opacas. Pienso en el tan citado mito acerca de que una fotografía te roba el alma la sinagoga”

“¿Hay manera de sostener alguna apariencia de tiempo suspendido sin la invasión del turismo de lujo? O del turismo sin más”.

“le saco varias fotos al reloj astronómico y hago un pequeño video. Y no me da vergüenza porque no soy peor que nadie y todos estamos arruinando Praga de la misma manera”.

“Perderse, hablar, descubrir, es infinita, está sobrepasada, es donde quiere estar H. y la entiendo, porque esta tarde, en la mesa lúgubre del U Laury, yo también estoy enamorada de Praga”.

Cementerios israelitas de Basavilbaso y Villa Domínguez, Entre Ríos, Argentina, 2011

¡Qué sencillez y austeridad! Cementerios abandonados, personas dedicadas a sus quehaceres, dificultad de comunicaciones, y los trajines diarios, más importantes, mucho más, que acompañara a la escritora a la que ellos creen descuidada… qué contraste con el resto de cementerios que acabamos de visitar.

¿Cuba? ¿Praga? ¿? ¿Cuál es vuestro cementerio favorito?

Vuestro turno, lectores, lectoras. Salud y largo viaje.