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4ª parte. Hasta el final.

Libro que estamos comentando: 
Abril rojo
El domingo 23 de abril de 2000 se celebraba en Ayacucho el Domingo de Resurección, el fin de la Semana Santa; la celebración, mezcla de fiesta religiosa y pagana, en la que está ambientada la acción principal de ABRIL ROJO
 
"En cada esquina de la plaza atestada se quemaba la retama del domingo anterior. En la catedral, la imponente pirámide blanca de la Resurección empezaba a asomar por la puerta, entre los fuegos artificiales." Así describe una de las imágenes más reconocidas de esa Semana Santa de fama mundial, la de la salida de la imponente carroza por la puerta de la catedral, con la imagen de Crito resucitado y triunfante. Es el fin de la fiesta y también el fin y el desenlace de los acontecimientos relacionados con la aparición de varios cadáveres en la ciudad y los alrededores.
 
A primera hora de la mañana, Chaclatana ha acudido a las oficinas donde el comandante Carrión recoge sus pertenencias tras su cese. Han sido unos últimos días muy turbulentos en la vida del fiscal desde que el Viernes Santo acudió a la rectoría y se encontró con el cadaver del padre Quiroz, terriblemente deformado y mutilado con ensañamiento. Allí llego con la firme intención de tomar la iniciativa en la investigación de las muertes de varias personas con las que habia tenido relación en los últimos días.
 
Muchos sucesos ocurridos en esos días que acaban con su ánimo pusilánime y lo arrastran a una espiral de violencia e irrealidad. Félix Chacaltana no está preparado para enfrentarse con sus viejos demonios, que habían esperado silenciosos desde hace un año, cuando volvió a su ciudad natal. Todos los movimientos de esos días los hace con la seguridad que le ofrece la sensación de tener la pistola pegada a su costado.
 
A Carrión se enfrenta con una acusación que a los lectores nos resulta inesperada. No era Sendero el causante de las muertes. Le acusa de ser el responsable de las muertes de esos días y este, reconocida su culpabilidad, se muestra como personaje iluminado y con una gran desequilibrio mental. Si él fue el responsable material de las horribles muertes, lo hizo por la imposición de miles de voces de los muertos que habían regado con su sangre la región. "Yo no quería... Yo no quería que fuese así. Ellos me obligaron.", confiesa el militar, que por momentos abandona la firmeza y la autoridad de su rango y se retuerce por la presencia inmaterial de tantas almas que en esa tierra maldita buscaban la oportunidad para su regeneración.
 
"Me pedían que la sangre no fuese derramada en vano, Chaclatana, y yo lo hice: un terrorista, un militar, un campesino, una mujer, un cura. ahora todos están juntos. Forman parte del cuerpo que reclaman todos los que murieron antes." El enloquecido Carrión justifica aquí la desmembración de los cuerpos para completar con sus pedazos otro que sirviese para expiar las muertes anteriores y volver a recuperar la grandeza del pueblo oprimido. En ciertos momentos Carrión parece asumir cierto ideario milenarista de Sendero Luminoso.  
 
El trayecto que Chaclatana ha recorrido en estos días tambíen ha resultado perturbador y ha afectado al equilibrio mental del fiscal. En un momento concreto se sintió responsable de las muertes de las personas con las que se cruzaba en sus camino. De cierta forma, él era quien las mataba.
 
Los viejos fantasmas de su infancia renacieron cuando Carrión le contó la historia de la muerte de sus padres y le recordó su responsabilidad en el incendio de su casa. Y, por último, en una de las escenas más brutales de la novela (y tiene varias) consuma la violacíon de Edith y poco después reconoce que ella era la mejor mujer que había conocido en su vida. La única forma de redimirse que encuentra es reconocer que va a tener que casarse con ella y que todo lo va puede solucionar con un ramo de flores.
 
Poco después, en el alocado torbellino en el que giran sus pensamientos, la acusa de ser responsable de todas las muertes, de ser miembro de un grupúsculo terrorista y de haber utilizado su relación para obtener información que le permita cometer los atentados. El hallazgo del cadáver de Edith echa por tierra su acusaciones hacia la joven y le supone el inicio de un estado de enajenación mental cuyos detalles se relatan en las últimas partes de la novela.
 
Sendero Luminoso (Reportaje de Televisión Española)